Una consideración importante tanto para las compañías que los colocan en el mercado como para los inversores que los adquieren en busca de rentabilidad, es que los bonos son un instrumento clave a la hora de invertir. No obstante, antes de adentrarnos en este mundo y con el fin de no cometer errores, hay que conocer algunos detalles importantes:
1) Los bonos, similares a un préstamo de dinero
Las compañías y los gobiernos emiten varios tipos de títulos para financiar sus operaciones diarias como proyectos específicos. Cuando un inversor los compra, éste está dejando su dinero al emisor por un período de tiempo. A cambio, el inversor recibe el capital más los intereses que el emisor se compromete a pagar al termino de dicho tiempo.
2) La renta variable no siempre ha gozado de un mejor rendimiento que la renta fija
Sólo después de la Segunda Guerra Mundial, el mercado de acciones superó a los bonos en rendimiento. Las tasas de unas y otros se situaron a la par entre los años 1870 y 1940. Finalmente, en 2000, 2001 y 2002, la renta fija se adelantó hasta que el mercado de renta variable se encontró nuevamente en primera posición en 2003 y 2004 en los países desarrollados. De cualquier forma, en los mercados emergentes, este escenario no se cumple dada la volatilidad que hay en ambos instrumentos.
3) No siempre se gana dinero
La renta fija no es la panacea. Aunque se ha fijado desde un primer momento tanto su duración como el pago de los intereses, no ocurre lo mismo con los retornos.
4) Si buscamos ingresos fijos, mejor optar por los títulos de corto y medio plazo
Para aquellos inversores que busquen un ingreso fijo, podrían decantarse por una cartera compuesta por bonos de corto y medio plazo. Este tipo de carteras da la posibilidad de medir los riesgos a los que se está exponiendo. Incluso, existen algunos títulos que pagan interés en forma mensual, muy demandados por quienes buscan una renta mensual.
5) Nunca invierta todo el dinero para su jubilación en el mercado de renta fija
La inflación suele dañar el valor de los instrumentos de renta fija, mientras que en los retornos de las acciones ocurre lo contrario. De esta forma, uno tiene más oportunidades de superar la inflación. Al margen de las grandes pérdidas que ocasionan los papeles, más de una vez, la gente joven y de mediana edad debería invertir una buena parte de su dinero en renta variable. Incluso aquellas personas que ya se han jubilado deberían poseer algunas en sus carteras, más ahora que se ha extendido la expectativa de vida.
6) El precio de los títulos se mueve en forma opuesta a las tasas de interés
Cuando las tasas de interés caen, el precio de los bonos sube, y viceversa. Pero si uno mantiene un título hasta la fecha de vencimiento, las fluctuaciones en los precios no serán de importancia ya que el precio será siempre el de su compra. De esta forma, al final, obtendrá el valor inicial del bono junto con los intereses esperados.
7) Bonos indexados: una buena forma de mantener el dinero
Los títulos que pagan un interés que es variable en función a la tasa de inflación son conocidos como bonos indexados, y pueden ser una buena alternativa para cubrirse de los efectos nocivos de la inflación sobre el poder de compra del dinero. Tanto en los Estados Unidos como en otros países de Europa y del mundo existen instrumentos que funcionan de esta manera y suelen ser demandados por toda clase de inversores.
Sólo después de la Segunda Guerra Mundial, el mercado de acciones superó a los bonos en rendimiento. Las tasas de unas y otros se situaron a la par entre los años 1870 y 1940. Finalmente, en 2000, 2001 y 2002, la renta fija se adelantó hasta que el mercado de renta variable se encontró nuevamente en primera posición en 2003 y 2004 en los países desarrollados. De cualquier forma, en los mercados emergentes, este escenario no se cumple dada la volatilidad que hay en ambos instrumentos.
3) No siempre se gana dinero
La renta fija no es la panacea. Aunque se ha fijado desde un primer momento tanto su duración como el pago de los intereses, no ocurre lo mismo con los retornos.
4) Si buscamos ingresos fijos, mejor optar por los títulos de corto y medio plazo
Para aquellos inversores que busquen un ingreso fijo, podrían decantarse por una cartera compuesta por bonos de corto y medio plazo. Este tipo de carteras da la posibilidad de medir los riesgos a los que se está exponiendo. Incluso, existen algunos títulos que pagan interés en forma mensual, muy demandados por quienes buscan una renta mensual.
5) Nunca invierta todo el dinero para su jubilación en el mercado de renta fija
La inflación suele dañar el valor de los instrumentos de renta fija, mientras que en los retornos de las acciones ocurre lo contrario. De esta forma, uno tiene más oportunidades de superar la inflación. Al margen de las grandes pérdidas que ocasionan los papeles, más de una vez, la gente joven y de mediana edad debería invertir una buena parte de su dinero en renta variable. Incluso aquellas personas que ya se han jubilado deberían poseer algunas en sus carteras, más ahora que se ha extendido la expectativa de vida.
6) El precio de los títulos se mueve en forma opuesta a las tasas de interés
Cuando las tasas de interés caen, el precio de los bonos sube, y viceversa. Pero si uno mantiene un título hasta la fecha de vencimiento, las fluctuaciones en los precios no serán de importancia ya que el precio será siempre el de su compra. De esta forma, al final, obtendrá el valor inicial del bono junto con los intereses esperados.
7) Bonos indexados: una buena forma de mantener el dinero
Los títulos que pagan un interés que es variable en función a la tasa de inflación son conocidos como bonos indexados, y pueden ser una buena alternativa para cubrirse de los efectos nocivos de la inflación sobre el poder de compra del dinero. Tanto en los Estados Unidos como en otros países de Europa y del mundo existen instrumentos que funcionan de esta manera y suelen ser demandados por toda clase de inversores.
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