Hay textos que tienen la virtud de reflejar y a la vez condensar ‘lo que sucede’ con muy escasas palabras; pienso que este es uno de ellos:http://economia.elpais.com/economia/2015/10/10/actualidad/1444496602_910217.html
Este texto, tomando como base el hoy de una compañía aérea, muestra que la realidad es, hoy, totalmente diferente a la realidad de ayer y que ya nada volverá a ser como fue.
El hecho reflejado es la situación por la que está pasando la compañía Air France, hasta ayer una de las cinco compañías aéreas que todo el mundo nombraba cuando en una encuesta eran solicitados nombre de empresas aéreas; una situación que la aboca a algo inimaginable hace 35 años, es decir, ayer.
Ayer el objetivo era el pleno empleo del factor trabajo; hoy la ocupación ha de ser la necesaria en cada momento para generar la producción conveniente. Ayer los salarios debían ser crecientes a fin de que el consumo aumentase y tirase del empleo y del PIB; hoy la masa salarial ha de ser decreciente a fin de que los costes caigan y lo que no se consuma en el país pueda exportarse. Ayer la estabilidad en el empleo era un bien en sí mismo ya que aportaba seguridad y esa estabilidad era ofrecida por la demanda de trabajo; hoy lo que se busca por parte de esa demanda de trabajo es la máxima flexibilidad, la jornada a medida, el contrato a tiempo parcial por el tiempo necesario. Ayer la protección social era un fin en si mismo; hoy la protección social lleva años a la baja porque no se dan los supuestos que se tomaron cuando ayer se implemento y porque ya no hay que comprar la paz social. Ayer la redistribución de la renta a través de una imposición progresiva y del gasto público era el portaestandarte de los programas de todos los partidos políticos mientras que hoy no es en absoluta necesaria porque no lo es mantener un cierto nivel de consumo interno no calmar a una desideologizada clase obrera.
Las condiciones que desea / precisa modificar la compañía Air France eran las normales hace 35 años, incluso mejores, pero hoy, en general, sólo existen dos referentes: un ultraminoritario lujo o un envolvente low cost. Y en el rechazo del 67% de los franceses mucho tiene que ver la percepción de la ciudadanía de que cada vez los sindicatos menos pueden conseguir solo, si acaso, intentar defender.
Hace 35 años viajaban en avión los ricos, y no para ir a la esquina porque los pasajes eran prohibitivos. Hoy, al menos hasta ahora, viaja quien quiere porque el precio de un billete puede ser menor que lo que cuesta un menú en un bar del aeropuerto en el que se va a producir el embarque.
Hoy el avión se ha popularizado hasta niveles impensables hace 35 años cuando el mero hecho de viajar en avión ya suponía un cierto nivel de lujo. Pero en ese tránsito se han perdido cosas: lo que supone diseñar el plan b que detalla el texto referido.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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