En apenas 15 años, Enron
pasó de ser un don nadie a la séptima mayor empresa de EEUU, con 21.000
empleados en más de 40 países. Pero el éxito de la empresa resultó ser
una elaborada estafa. A través del uso de agujeros contables, entidades
de objeto especial e informes financieros falsos, los directivos
pudieron esconder miles de millones de deuda de acuerdos y proyectos
fracasados. Entre los delitos de la empresa se encuentran: manipular el
mercado energético de Texas, sobornar a gobiernos extranjeros para
conseguir contratos y manipular el mercado energético de California.
En 2001 en el artículo de la revista fortune ¿Está sobrevalorada Enron? se
cuestionó que la compañá pudiera mantener el elevado valor de su
acción, que cotizaba 55 veces el valor de sus ganancias, destacó que los
analistas e inversores no sabían exactamente cómo conseguía Enron sus
ingresos. A McLean le llamó primero la atención la situación de la
empresa después de que un analista sugiriese que viera el informe fiscal
de la sociedad, donde detectó “extrañas operaciones”, “flujo de caja
errático” y “enorme deuda”. En julio de 2001, Enron informó de unos
ingresos de 50,1 mil millones, superando las estimaciones de los
analistas en 3 céntimos por acción. No obstante, aumentaban las
preocupaciones. En octubre Enron informó de unas pérdidas de 638
millones del tercer trimestre y reveló una reducción de 1,2 mil millones
del valor de las acciones, provocando el inicio de una consulta de la
Securities and Exchange Commission de las cuentas de la empresa. Más
tarde ese mismo mes Enron anunció que la consulta de la SEC se había
convertido en una investigación formal, y en noviembre se vio obligada a
revisar sus estados financieros de los cinco años anteriores
para justificar pérdidas de 586 millones. Después de esto, la empresa
de contabilidad de Enron, Arthur Andersen, recibió una citación federal y
fue encontrada culpable de cometer un fraude con las cuentas de Enron. A
medida que se desenmascaraba el engaño, los inversores y acreedores se
retiraban, obligando a la empresa a declararse en quiebra.
12 años después, en la Universidad de Virginia, un
ingeniero, un profesor y una ONG especializada en transportes ecológicos
realizaron un estudio sobre las emisiones de los coches diesel en
Estados Unidos.
En el estudio analizaron tres tipos de vehículos, dos de ellos eran
del grupo alemán. Tras las pruebas los resultados fueron claros, los
Volkswagen emitían hasta 40 veces más de óxido de nitrógeno de lo
permitido. Comenzó entonces la investigación para saber cómo era posible
que eso ocurriera. Hace 10 días VW admitió que había hecho trampas.
¿Y cómo de gordo es este fraude? Según Financial Times, más que el de Enron.
El artículo ofrece siete razones:
- Enron costó dinero, mucho dinero pero nada más. Sin embargo, una mayor contaminación del aire cuesta vidas y se carga el medio ambiente.
- VW ha estado a la cabeza del lobby que pretendía convencer a la clase política sobre los beneficios del motor diesel, en detrimento de otras tecnologías. Ahora carecen de credibilidad y su capacidad de presión es mínima.
- Las multas y demandas inminentes para VW posiblemente serán mayores que las que sufrió Enron. Sólo en EEUU see estima unos 18.000 millones de dólares. Ya sabéis lo que les gusta demandar a los americanos.
- El fraude de Enron ocultó pérdidas masivas, mientras que Volkswagen podría quedar aniquilado a pesar de que la empresa es financieramente saludable. En estos momentos su valor en bolsa es menor que el valor de sus activos. Por otro lado Enron era una empresa jóven, VW tiene 78 años y es una parte importante del PIB alemán.
- VW es el principal representante de la industria automovilística alemana. La imagen tanto de alemania como de sus coches ha quedado seriaamente dañada. Enron apenas afectó a la imagen de EEUU. VW se ha cargado la “marca Alemania”.
- El escándalo afectará a todas las empresas que hayan apostado por el Diesel, incluso si han jugado limpio. Y estos desarrollos son muy caros y a muy largo plazo.
- Tecnología y ecología no podrán ir en la misma frase durante mucho tiempo, al menos en el mercado automovilístico. Se ha roto, con razón, la confianza.
- Y para terminar (aunque no lo cita el artículo) 592.500 personas trabajan directamente en VW siendo millones los empleos indirectos que dependen de la empresa en el mundo. Por ejemplo, en una zona tan remota como La Puebla de Méjico, supone entre el 18 y el 25% de su PIB
Como bien dijo Michael Horn el jefe de Volkswagen en Estados Unidos,
la han cagado. Ahora queda por ver como lo arreglan ya que en el fondo
es una empresa que sabe hacer las cosas muy bien.
fuente: http://www.euribor.com.es/
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