El fuerte rebote de las acciones del pasado jueves y viernes no debe adormecer a los inversores en una falsa sensación de complacencia: el mercado de valores de ese país todavía no está fuera de peligro. Además de estabilizar los precios y mantener un proceso de recuperación gradual de los precios, el gobierno debe asumir el reto de restaurar el funcionamiento normal de un mercado sacudido por las suspensiones de acciones y la manipulación.
Dados los vínculos económicos y financieros significativos entre China y Estados Unidos, lo que pasa en China importa más a los inversores estadounidenses que el desenlace de la crisis griega.
Estas son las cinco consideraciones que tienen que tener los inversores sobre el devenir de la crisis en China (vía Mohamed El-Erian):
1. Los precios de las acciones chinas están experimentando una clásica corrección del mercado que sigue a una subida sobre-extendida. La reciente caída del 30 por ciento del mercado de valores ha capturado la atención del mundo - y ha sido una rápida caída - pero palidece en comparación con la impresionante subida que le precedió. Y las últimas etapas de la fase de expansión fueron alimentadas por el ingreso de los pequeños inversores y la difusión simultánea de posiciones largas apalancadas.
2. Este revuelo no sólo se produce por la caída de los precios; también es por el funcionamiento del mercado. Uno de los aspectos más preocupantes de la corrección del mercado chino es su estrecha relación con una serie de fallos en el mercado - desde importantes suspensiones de cotizaciones a una extensa intervención directa y una manipulación por parte del gobierno y de las casas de bolsa.
3. Las amenazas más inmediatas incluyen dificultades que frenen el crecimiento económico como resultado de un efecto riqueza desfavorable (precios más bajos que conducen a una disminución de la riqueza y reduce el consumo), así como retrocesos en los proceso de liberalización financiera de China. Pero esto no es sólo una cuestión de economía y finanzas: La oleada de ventas también tiene posibles consecuencias sociales y políticas. Después de haberse unido a la fiesta relativamente tarde, muchos pequeños inversores están siendo particularmente castigados por el reciente desplome, y muchos están culpando al gobierno por atraer a los invertir y luego no protegerlos.
4. En comparación con muchos otros países, el Gobierno chino tiene una gama más amplia de instrumentos para recuperar el control de la situación. Lo más importante es que es capaz y está dispuesto a complementar las inyecciones directas de efectivo con herramientas administrativas, como asustar a vendedores y prohibir ciertas actividades de mercado.
5. Recuperar el control tendrá costes y riesgos. Cuanto más interfiere el gobierno directamente en el funcionamiento de los mercados, mayores serán los costos en el futuro para la economía, que necesita más medidas de liberalización hacia un sistema de mercado que lleve al país hacia una sociedad de ingresos medios.
En suma, a diferencia de Grecia, los inversores a nivel mundial están mucho más expuestos a los efectos de contagio procedentes de China.
Una China dañada económicamente reduciría la demanda de exportaciones de Estados Unidos y perjudicaría las ganancias corporativas. Cuanto más tire China de sus enormes tenencias de reservas internacionales para apoyar a sus mercados internos, mayor será el riesgo de presión sobre los activos financieros de Estados Unidos que posea China. Y cuanto más se retrasen las reformas de mercado, más tiempo tardará China en asumir sus responsabilidades de pleno derecho en la economía global.
Estas son las cinco consideraciones que tienen que tener los inversores sobre el devenir de la crisis en China (vía Mohamed El-Erian):
1. Los precios de las acciones chinas están experimentando una clásica corrección del mercado que sigue a una subida sobre-extendida. La reciente caída del 30 por ciento del mercado de valores ha capturado la atención del mundo - y ha sido una rápida caída - pero palidece en comparación con la impresionante subida que le precedió. Y las últimas etapas de la fase de expansión fueron alimentadas por el ingreso de los pequeños inversores y la difusión simultánea de posiciones largas apalancadas.
2. Este revuelo no sólo se produce por la caída de los precios; también es por el funcionamiento del mercado. Uno de los aspectos más preocupantes de la corrección del mercado chino es su estrecha relación con una serie de fallos en el mercado - desde importantes suspensiones de cotizaciones a una extensa intervención directa y una manipulación por parte del gobierno y de las casas de bolsa.
3. Las amenazas más inmediatas incluyen dificultades que frenen el crecimiento económico como resultado de un efecto riqueza desfavorable (precios más bajos que conducen a una disminución de la riqueza y reduce el consumo), así como retrocesos en los proceso de liberalización financiera de China. Pero esto no es sólo una cuestión de economía y finanzas: La oleada de ventas también tiene posibles consecuencias sociales y políticas. Después de haberse unido a la fiesta relativamente tarde, muchos pequeños inversores están siendo particularmente castigados por el reciente desplome, y muchos están culpando al gobierno por atraer a los invertir y luego no protegerlos.
4. En comparación con muchos otros países, el Gobierno chino tiene una gama más amplia de instrumentos para recuperar el control de la situación. Lo más importante es que es capaz y está dispuesto a complementar las inyecciones directas de efectivo con herramientas administrativas, como asustar a vendedores y prohibir ciertas actividades de mercado.
5. Recuperar el control tendrá costes y riesgos. Cuanto más interfiere el gobierno directamente en el funcionamiento de los mercados, mayores serán los costos en el futuro para la economía, que necesita más medidas de liberalización hacia un sistema de mercado que lleve al país hacia una sociedad de ingresos medios.
En suma, a diferencia de Grecia, los inversores a nivel mundial están mucho más expuestos a los efectos de contagio procedentes de China.
Una China dañada económicamente reduciría la demanda de exportaciones de Estados Unidos y perjudicaría las ganancias corporativas. Cuanto más tire China de sus enormes tenencias de reservas internacionales para apoyar a sus mercados internos, mayor será el riesgo de presión sobre los activos financieros de Estados Unidos que posea China. Y cuanto más se retrasen las reformas de mercado, más tiempo tardará China en asumir sus responsabilidades de pleno derecho en la economía global.
Fuentes: Mohamed El-Erian
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