Tras el buen dato de empleo del mes de abril sitúa a la Reserva Federal estadounidense un paso más cerca de la esperada primera subida de sus tipos de interés, que cada vez parece más claro que se producirá en septiembre. Algunos, como Rick Rieder, director de inversiones de renta fija fundamental en BlackRock y cogestor del BGF Fixed Income Global Opportunities, apuestan por esa fecha porque la Fed “tiene un ventana de oportunidad ahora que los mercados son estables, que el empleo crece con fuerza y que otros bancos centrales, como el BCE y el Banco de Japón, han tomado el relevo de las políticas acomodaticias”. De hecho, como señala Rieder, “la última vez que el empleo creció con tanta fuerza en un periodo de doce meses, a principios de los 2000, el tipo de interés de la Fed rondaba el 6%”.
Sin embargo, existen muchas dudas sobre cómo reaccionarán los mercados al fin de la política ultralaxa de los últimos años. Un informe elaborado por el BlackRock Investment Institute intenta arrojar algo de luz sobre las dinámicas y las consecuencias de este importante cambio. Pese a que las medidas de política monetaria aplicadas desde el estallido de la crisis no tienen parangón en la historia y hacen de la situación en la que nos encontramos algo único, puede resultar útil ver cómo reaccionaron los mercados en los tres últimos ciclos de subidas de tipos estadounidenses.
Como puede observarse, los tipos de interés del bono del Tesoro estadounidense a diez años aumentaron en los meses posteriores a la primera subida de la Fed, y lo hicieron con especial virulencia en 1994, cuando la institución decidió subir tipos de una forma mucho más brusca de lo esperado. Las acciones mundiales, por su parte, registraron ganancias en los meses previos a la primera subida y mantuvieron los avances en los meses posteriores, excepto en 1994, lo que lleva a los expertos de BlackRock a concluir que “las acciones se comportaron bien antes y después de las subidas de tipos cuando las subidas fueron graduales y/o predecibles”, como en 1999 y en 2004.
Aun así, advierten de que las bolsas suelen reaccionar mal en los dos meses posteriores a la primera subida por la incertidumbre que genera la retirada del exceso de liquidez. En este sentido, los datos demuestran que la estabilidad de los tipos de interés reales contribuye a un mejor comportamiento de las acciones en este periodo.
Más volatilidad...
Los expertos de BlackRock anticipan un aumento de la volatilidad de los mercados financieros que ya se ha manifestado en el mercado de divisas en lo que llevamos de año.
Sin embargo, “lo que importa no es tanto el grado de volatilidad, sino el mero repunte de la volatilidad”, apuntan, dado que “en un mundo con los tipos de interés prácticamente al 0%, muchos inversores han asumido más riesgo”, y señalan que“los mercados donde las ganancias han venido impulsadas por la rápida expansión de múltiplos, en vez de por el crecimiento de los beneficios, son los más vulnerables ante las correcciones".
El sector de las empresas de suministros públicos (utilities) es particularmente sensible a las subidas de tipos. “Su correlación con la variación diaria del tipo del treasury a diez años es la más alta que ha registrado cualquier sector en la historia reciente, por lo que estos valores suelen comportarse mucho peor que el resto de las acciones mundiales cuando suben los tipos de interés”. Aunque esta correlación ya se daba antes de la crisis (punto morado del gráfico inferior), se ha acrecentado en los últimos años.
... y aumento de las correlaciones
Sin embargo, el verdadero cambio que destacan los expertos de BlackRock es que ahora todos los sectores de la renta variable son más sensibles a las variaciones en los tipos. “Todos los sectores, excepto utilities, mostraban una correlación con los tipos de interés cercana a cero en el periodo 2005-2007. Sin embargo, las correlaciones han aumentado últimamente, lo que denota que la política de la Fed ha influido en el comportamiento de las acciones”.
Esta situación provocará resultados dispares: mientras que sectores como consumo básico y telecomunicaciones, cuyas acciones se han venido comportando como bonos, se verán especialmente afectadas por las subidas de tipos, otros como seguros, empresas financieras, bancos y energía saldrán especialmente beneficiados.
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