Quince años pueden parecer mucho tiempo, y el año 2000 puede parecer
un mundo diferente. En aquellos días felices de principios del milenio,
en Estados Unidos la atención mediática la acaparaba el escándalo
Lewinsky y la economía disfrutaba de un buen momento. Parecía que la
economía "puntocom" iba a cambiarlo todo, con nuevas empresas de
Internet que se disparaban en el mercado de valores todas las semanas.
Pero en marzo de 2000, hace 15 años, la burbuja de las puntocom, que se
había estado acumulando durante los tres años anteriores, explotó. Las
acciones se hundieron. Las empresas quebraron. Se perdieron fortunas, y
la economía estadounidense comenzó a caer para terminar en una completa
recesión.
Hoy en día, en medio de otro boom de las empresas tecnológicas, vamos a
mirar hacia atrás para ver qué lecciones aprendimos (vía The Time).
El ascenso hasta la cima
La burbuja de las puntocom comenzó a crecer a finales de los años 90,
mientras el acceso a internet se expandía y la informática era cada vez
más importante en la vida cotidiana de las personas. Las ventas on-line
fueron uno de los mayores impulsores de este crecimiento.
La inversión y la emoción sobre esta nueva tecnología provocaron que
los valores bursátiles se dispararan al alza. El valor del Nasdaq se
incrementó desde los 1.000 puntos de 1995 a más de 5.000 en 2000. Muchas
empresas salieron a bolsa y alcanzaron precios astronómicos, muchas
veces duplicando su valor el primer día de negociación. Fue uno de los
grandes espejismos bursátiles de la historia y todo el mundo creía que
podía ganar dinero.
El estallido
En marzo de 2000, todo empezó a cambiar. El 10 de marzo, el valor
combinado de todas las acciones del Nasdaq era de 6.71 billones de
dólares. El crash comenzó el 11 de marzo. Para el 30 de marzo, el valor
del Nasdaq era de 6,02 billones. El 6 de abril de 2000, era de 5,78
billones. En menos de un mes, casi un billón de dólares se había
evaporado por completo. Un analista de JP Morgan señalaba en abril de
2000 que muchas empresas estaban perdiendo entre $10 y $30 millones por
trimestre - una tasa que era obviamente insostenible, y que iba a
terminar con muchos sitios web quebrados, dejando a los inversores con
grandes pérdidas.
Las empresas comenzaron a cerrar (Pets.com fue uno). Los grandes medios
de comunicación comenzaron a publicar reportajes aconsejando formas de
limitar su exposición al sector tecnológico, sintiendo que la gente iba a
perder mucho dinero si estaban demasiado expuestos a los valores de
internet.
Durante la Super Bowl de 2000, 17 empresas puntocom pagaron 44 millones
de dólares en anuncios publicitarios, según un artículo de Bloomberg.
En la Super Bowl de 2001, sólo tres empresas puntocom se anunciaron
durante el juego.
¿Se repite la historia?
La sombra de la burbuja de 2000 se cierne especialmente ahora, cuando
la economía está en otra época de gran crecimiento en el sector
tecnológico. La empresa de comercio electrónico Alibaba registró la
mayor opv de la historia el pasado otoño. Empresas como Uber, Palantir y
AirBnB son "Unicornios" (empresas privadas con un valor de más de 1.000
millones de dólares, que se llaman así porque la gente pensaba que no
podrían existir).
¿Estamos en otro estallido de la burbuja?
El empresario y dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban cree que sí,
argumentando recientemente en su blog que la diferencia entre la burbuja
de 2000, y la economía de hoy es que la burbuja de hoy no es realmente
sobre el mercado de valores. También incluye las inversiones privadas
"ángel", que no se venden sólo como acciones. Y eso, dice, es un
problema:
¿Por qué esta burbuja es mucho peor que la burbuja tecnológica de 2000?
Porque la única cosa peor que un mercado con altas valoraciones es un
mercado sin valoraciones y sin liquidez. Si las acciones de una empresa
valen lo que alguien va a pagar por ella, ¿cuál es el valor de una
empresa cuando no se puede vender?
En esencia, Cuban cree que a pesar de las enormes inversiones que están
recibiendo muchas start-ups, no hay ningún dinero real en esas
empresas. Con el tiempo, eso se pondrá de manifiesto, pero los
inversores se quedarán atrapados.
Sin embargo, muchos creen que estamos a salvo, ya que los inversores
son más precavidos ahora. En respuesta a Cuban, el empresario Amish Shah
escribió en Business Insider que los inversores actuales no están
buscando el tipo de retorno rápido que se buscaba en 2000. En cambio,
saben que la inversión privada es un proceso de largo plazo, donde se
tardarán años en obtener beneficios. Además, añade, los inversores
actuales son tan precavidos por lo que pasó hace 15 años que miran con
lupa sus inversiones. En otras palabras, si el mundo ha aprendido algo o
no sobre la burbuja del 2000, hay algo que no se olvidará: fue
terrible, y nadie quiere que suceda de nuevo.”
Fuentes: Ben Geier, The Time
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