Los inversores están buscando ansiosamente activos que den "alta" rentabilidad y esta caza está entrando en un nuevo territorio. La histórica decisión del Banco Central Europeo para dar rienda suelta a la flexibilización cuantitativa marca el inicio de una fase precaria en este ciclo económico errático. Precaria porque el movimiento parece eliminar la distinción entre lo que es arriesgado y lo que es seguro. Los bonos del gobierno pueden haber sido inversiones tolerables cuando sus rendimientos estaban a casi cero, pero es poco probable que sea así ahora. La compra hoy de deuda soberana a menudo significa que estamos asegurando pérdidas a vencimiento.
Esto no quiere decir que los rendimientos no puedan caer aún más en territorio negativo. El Banco Central Europeo, algunas instituciones financieras fuertemente reguladas y los bancos, pueden seguir comprando deuda del gobierno a cualquier precio. Y la deflación podría ser un enemigo más obstinado de lo esperado, provocando una mayor caída de los rendimientos de los bonos soberanos.
Sin embargo, la situación a la que se enfrentan los inversores, en su búsqueda de activos "seguros", es la más dura que se recuerda, dice Percival Stanion, de Pictet Asset Management, en un artículo en el Financial Times.
"Debido a la agresiva actuación de los bancos centrales, nunca en la historia ha sido tan generalizado un panorama tan amplio de rentabilidades negativas en los bonos. Después de que el BCE hiciera público su plan de alivio cuantitativo, los rendimientos de los bonos nominales se volvieron negativos en varias franjas del mercado de deuda soberana.
En un momento dado, alrededor del 16 por ciento de los bonos del índice de bonos del gobierno de JPMorgan, unos 3,6 billones de dólares, y uno de cada cuatro bonos soberanos de la eurozona estaban ofreciendo rendimientos negativos.
Mientras tanto, los inversores que deseen prestar dinero al gobierno suizo en un período de hasta 10 años se han encontrado con que tienen que pagar por ese "privilegio". La tendencia también se ha extendido al mercado de deuda corporativa, donde los rendimientos de los bonos de Nestlé a cuatro años cayeron por debajo de cero.
Es dudoso que los inversores puedan soportar esto durante mucho tiempo. Para evitar una pérdida casi segura, es posible que terminen tomando más riesgos.
Hay una gran cantidad de evidencias que demuestran la poderosa aversión a las pérdidas. Esto se demostró hace más de 30 años por el economista del comportamiento y premio Nobel Daniel Kahneman, que encontró que los individuos estaban dispuestos a asumir más riesgos de lo normal si la alternativa - no hacer nada - significaba aceptar una pérdida. Es revelador que el estudio mostrara que el dolor de una pérdida de 100 euros fuera mucho más intenso que la satisfacción de una ganancia de 100 euros.
En otras palabras, cuando la probabilidad de sufrir una pérdida es alta, los individuos sufren un poderoso impulso hacia la búsqueda de riesgo. Este es el principio fundamental de la teoría de la perspectiva.
Desde este punto de vista, es fácil ver cómo los inversores pueden responder a la última dosis de represión financiera de los bancos centrales. Las clases de activos que anteriormente se consideraban con un riesgo plausible podrían adquirir cualidades de refugio.
Es cierto que hay muchos candidatos que compiten ahora por el título de "Nuevo Refugio". Esta es otra característica distintiva de este ciclo financiero: a diferencia de los períodos de deflación del pasado, los inversores no tienen mucho donde elegir cuando se trata de opciones de inversión de renta fija.
Los bonos de los mercados emergentes son unos de los candidatos, ya que los países en vías de desarrollo tienen menos deudas que sus homólogos desarrollados, poseen características demográficas favorables y están probablemente mejor gobernados de lo que han estado nunca.
Los mercados de bonos corporativos, por su parte, se están convirtiendo en una rica zona de caza, sobre todo en Europa, donde los bonos están reemplazando a los préstamos como el vehículo de financiamiento favorito para una amplia gama de empresas. Y hasta el momento, las tasas de morosidad se han mantenido muy por debajo de la norma histórica.
Las acciones que pagan dividendos se encuentran en la zona con mayor riesgo, pero, como los patrones de flujo de inversión muestran, se ven favorecidas por sus atributos defensivos. Desde 2011, las entradas netas en fondos de renta variable han promediado 4.200 millones de euros al año.
Así que la búsqueda de rendimiento está favoreciendo a medio plazo a los valores defensivos y los títulos de crédito.
A largo plazo, la imagen podría no ser tan saludable. Comprar crédito adicional requerirá que los inversores tengan que ser más exigentes. Pero la solvencia de las empresas de alto rendimiento, por ejemplo, no es inmutable.
Y ya que los bancos centrales continuarán experimentando con medidas no convencionales, las expectativas de inflación probablemente se vuelvan más volátiles en el largo plazo. Los bonos pueden ser el activo que hay que comprar si la inflación sigue siendo baja, pero no van a ofrecer la preservación del capital en caso de que la inflación se acelere."
Fuentes: Percival Stanion - Pictet Asset Management
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/que_inversiones_se_consideran_ahora_refugio
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