jueves, 22 de enero de 2015

Los bancos centrales están llevando al sistema financiero mundial fuera de control

El profeta económico que pronosticó la crisis de Lehman con una precisión asombrosa está ahora aún más preocupado por el sistema financiero de todo el mundo. Las devaluaciones que empobrecen al vecino se están extendiendo a todas las regiones. Todos los grandes bancos centrales están avivando burbujas de activos deliberadamente. Esta vez, los mercados emergentes también se han hundido en el lodazal, corrompidos por la flexibilización cuantitativa (QE) de Occidente.
"Estamos en un mundo sin control", dijo William White, el presidente del Comité de Revisión de la OCDE, en un artículo en The Telegraph. "Estamos viendo verdaderas guerras de divisas y todo el mundo lo está haciendo, y no tengo ni idea a dónde nos llevará."
“White es un ex economista jefe del Banco de Pagos Internacionales - el banco de los bancos centrales - y actualmente asesor de la canciller alemana, Angela Merkel.
Dijo que los excesos han llegado a casi todos los rincones del mundo, y la deuda combinada pública/privada está un 20% por encima del nivel al que estaba antes de la crisis de Lehman.
Advirtió que la QE en Europa está condenada al fracaso en esta última etapa y en vez de ayudar profundizará la crisis. "Los rendimientos de los bonos soberanos no han estado tan bajos desde la Peste Negra".
"La QE no va a ayudar absolutamente nada. Europa tiene ahora una mayor dependencia de las pequeñas y medianas empresas que Estados Unidos y esas empresas consiguen el dinero de los bancos, no del mercado de bonos", dijo.
"Incluso después de las pruebas de estrés a los bancos todavía están en "modo trincheras". Los bancos no están prestando a las pequeñas empresas por una serie de razones. El diferencial de tasas de interés sigue subiendo", dijo.
Las advertencias vienen justo cuando el Banco Central Europeo prepara una campaña de compras de bonos.
La potencia psicológica de este programa dependerá de si el BCE opta por una opción de choque o implementa el estímulo lentamente. También depende del mecanismo exacto utilizado para llevar a cabo la QE.
El presidente del BCE, Mario Draghi espera que las compras de bonos provoquen que el dinero fluya a la economía real a través de un "efecto riqueza", pero los críticos temen que sea peor que inútil si conduce a una burbuja de activos sin generar un impulso real a la economía.
White dijo que la QE es una forma disfrazada de devaluación competitiva. "Los japoneses ahora lo están haciendo así, pero nadie puede quejarse en Estados Unidos porque nosotros lo empezamos", dijo.
"Existe un riesgo significativo de que esto vaya a terminar mal, porque el Banco de Japón está financiando el 40% de todo el gasto del gobierno. Esto podría terminar en una alta inflación, tal vez incluso en hiperinflación.
"Los mercados emergentes se subieron al vagón resistiendo la presión al alza sobre sus monedas y construyendo enormes reservas de divisas El problema en este momento es que las empresas de estos países, especialmente en Asia y América Latina, han prestado 6 billones de dólares en dólares, a menudo a través de empresas extranjeras. Esto provocará serios problemas si el dólar sube aún más y los tipos estadounidenses repuntan".
El panorama que dibuja William White es bastante sombrío. Adquirió gran autoridad en sus largos años dentro del BPI cuando abanderó la idea de que los bancos centrales del mundo estaban cayendo en una trampa al mantener los tipos reales tan bajos en la década de 1990, robando crecimiento futuro a través de efectos "intertemporales".
Argumentó que esto creó una dinámica traicionera. Las autoridades alargaron el ciclo de tasas bajas cada vez más, construyendo mayores desequilibrios en cada ciclo, en un descenso inevitable al "límite cero", donde las palancas monetarias dejan de funcionar correctamente.
Bajo su dirección, los informes anuales del BIS durante los tres años previos a la crisis de Lehman fueron un crescendo de advertencias, en momentos en los que otros analistas y economistas estaban dormidos. Su legendario informe de junio de 2008 discutió abiertamente si el mundo estaba en el borde de eventos que podrían provocar una Gran Depresión.
White dijo que los bancos centrales se han puesto en una posición ingrata, obligados a responder a un trastorno económico tan profundo que está más allá de su poder. La última víctima fue el Banco Nacional de Suiza (SNB), que fue aplastado la semana pasada por las grandes fuerzas globales, tratando de repeler los flujos de refugio seguro hacia el franco. El SNB estaba condenado hiciera lo que hiciera. "La única opción que tenían era recibir un golpe en la mejilla izquierda, otra en la mejilla derecha," dijo.
También deplora la QE como una "moda irreflexiva". Los que sostienen que EE.UU. y el Reino Unido están creciendo más rápido que Europa porque aprobaron una QE hace tiempo, confunden "correlación con causalidad". Los pioneros anglosajones todavía tienen que pagar el precio. "Hay efectos secundarios graves que se acumulan y no sabemos qué va a pasar cuando traten de revertir lo que han hecho."
La dolorosa ironía es que los bancos centrales pueden haber provocado exactamente lo que más temían, intentando mantener boyante el crecimiento a toda costa, argumenta, y no permitiendo que las ganancias de productividad reduzcan los precios suavemente como ocurrió en episodios del siglo 19. "Ellos han creado tanta deuda que pueden haber convertido una buena deflación en una mala deflación después de todo."
Fuentes: Ambrose Evans, The Telegraph

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