miércoles, 14 de enero de 2015

La deflación actual: ¿Buena o mala para las acciones?

El precio del petróleo Brent ha extendido el desplome de finales de 2014 y en lo que va de año ya se deja más de un 10%. Arabia Saudita muestra muy pocas señales de restringir el suministro y los economistas han comenzado a reducir sus previsiones de inflación a nivel mundial en consonancia con la nueva realidad en el mercado del petróleo. Para los inversores y banqueros centrales, dos preguntas dominan la discusión: 1. Cuánta deflación veremos en 2015 y 2. Cuál es el riesgo para la economía mundial, ya que la deflación está ocurriendo simultáneamente en dos formas diferentes.
La primera es la deflación "buena", derivada del desplome del petróleo por la elevada oferta. Pero la segunda es la deflación "mala", derivada de una persistente escasez de demanda agregada en las economías desarrolladas, especialmente en la zona euro, dice Gavyn Davies en el Financial Times.
"En la actualidad, la deflación buena está dominando el panorama mundial, y está pesando positivamente en los mercados de activos. Pero la amenaza de una deflación mala en la zona euro todavía retumba de fondo.
¿Cuánto bajará la inflación en los próximos meses? El impacto de los precios de las materias primas recortará la inflación mundial en alrededor de un 1,2%, y en un 1,6% para las economías desarrolladas. La inflación global, incluyendo los mercados emergentes, se reducirá a menos del 1% a la mitad de 2015, la lectura más baja sin estar presente una recesión en los últimos 40 años. En las economías desarrolladas, la inflación general será negativa durante gran parte del año.
En Estados Unidos, es probable que el período de deflación dure relativamente poco, a condición de que los precios del petróleo se estabilicen, y siempre que el impacto en la inflación subyacente (sin energía) sea relativamente menor. La inflación general debería volver al terreno positivo en el cuarto trimestre de 2015, y luego volverá automáticamente a su tasa subyacente de entre el 1,5 al 2,0% a principios de 2016.
Por tanto, el choque deflacionario para Estados Unidos será fuerte, pero muy temporal.

En la zona euro, sin embargo, las cifras son bastante diferentes
El impacto de la caída de los precios del petróleo rebajará la inflación armonizada subyacente a cerca del 1,0%, menos de la mitad del impacto en los EE.UU.. Sin embargo, debido a que la tasa de inflación general antes del desplome del petróleo ya estaba tan baja como en el 0,5%, la crisis del petróleo seguirá manteniendo la inflación en territorio negativo durante un período prolongado.
¿Cuál será el impacto de este descenso en la inflación de la eurozona y los Estados Unidos en el panorama económico mundial? Después de mucho debate, el mercado cree que la caída de la inflación de precios, con una inflación salarial sin cambios, se traducirá en un importante impulso en el gasto real de los consumidores en las economías desarrolladas.
Según JP Morgan, esto ya se ve claramente en los datos de las ventas minoristas en las economías desarrolladas que ahora crecen a una tasa anualizada superior al 3 por ciento. El crecimiento en el gasto de los consumidores reales debe ascender al 5 por ciento en los EE.UU. en los próximos trimestres, y puede llegar al 2 por ciento en la zona euro. Esto está empezando a afectar a la producción industrial, que está creciendo a una tasa anual del 3.5 por ciento en las economías desarrolladas.
Es verdad que habrá efectos negativos sobre la inversión en los sectores de energía, sobre todo en EE.UU.. Pero un excelente informe del Banco Mundial publicado la semana pasada estima que el PIB real mundial en el medio plazo ganaría un 0,5 por ciento, en el supuesto de que los precios del petróleo cayeran un 30 por ciento. Con la caída mucho mayor actual, el impulso a la producción mundial podría estar más cerca del 1 por ciento. Tenga en cuenta que esta es una ganancia permanente en el nivel de producción, durante el tiempo en el que los precios del petróleo se mantengan en los niveles actuales.
Esta evaluación relativamente optimista de la deflación se está viendo en los mercados. Aunque una gran cantidad de comentarios económicos se han centrado en el lado oscuro, sobre todo porque los rendimientos de los bonos han caído a nuevos mínimos, los mercados han reaccionado de una manera racional al mayor peso de la buena deflación, frente a la mala la deflación, desde mediados del pasado año.
Esta deflación debería haber sido buena para la renta variable (no para las petroleras), que de hecho ha aumentado un 6 por ciento, y malas para el sector de la energía, donde los precios de las acciones han caído un 15 por ciento.  Y el alza del dólar también parece racional, dada la relativa ausencia de mala la deflación en los EE.UU..
Los mercados financieros a menudo malinterpretan los fundamentos económicos, pero yo no creo que no ha sido así esta vez."
Fuentes: Gavyn Davies - Financial Times

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