En medio de un desplome de la economía rusa y del rublo, el Banco Central ruso elevó las tasas de interés desde el 10,5 al 17 por ciento en un intento por frenar la caída libre del rublo, que ha perdido un 50 por ciento durante 2014 frente al dólar. Es un movimiento desesperado para salvar la moneda rusa, que se produce a costa de sacrificar la economía. Así que incluso si "funciona", y el varapalo que sufrió ayer no es esperanzador, las cosas se van a poner mucho peor.
Es un tipo clásico de crisis de mercados emergentes, señala Matt O'Brien en el Washington Post. "Una pequeña simplificación es decir que Rusia no tiene tanto una economía, como un negocio de exportación de petróleo que subsidia todo lo demás. Es por eso que la combinación de una mayor oferta de los Estados Unidos, y menos demanda de Europa, China y Japón ha golpeado de manera particularmente dura al país. Un petróleo más barato significa que las empresas rusas tienen menos dólares para convertir en rublos, eso es sólo otra forma de decir que hay menos demanda de rublos - lo que implica una caída del precio. No ha ayudado, por supuesto, que las sanciones por la incursión de Rusia en Ucrania hayan dejado ya al país escaso de dólares.
Sumamos todo, y el rublo ha caído algo así como un 22 por ciento frente al dólar el mes pasado, y más de un 40% durante diciembre. Como se puede en el gráfico adjunto, el rublo ruso ha caído aún más que la hryvnia ucraniana o petróleo Brent este año. El único activo, y utilizo esa palabra a la ligera, que lo ha hecho peor ha sido el Bitcoin.
Y esto sólo va a empeorar. Rusia se ha quedado atrapada en un callejón sin salida. Su economía necesita menores tasas de interés para impulsar el crecimiento, pero sus empresas necesitan mayores tasas de interés para impulsar el rublo y hacer que todos los dólares que pidieron prestados no valgan tanto. Así que, están condenados hagan lo que hagan. Si se hubieran mantenido los tipos de interés bajos, entonces el rublo se hubiera encaminado a la desintegración, la inflación se habría disparado, y las grandes corporaciones habrían entrado en default, pero al menos el crecimiento no habría caído tanto.
En lugar de ello, Rusia ha optado por una medida agresiva elevando las tasas desde el 10,5 al 17 por ciento en un solo golpe. Unas tasas tan altas enviarán a la moribunda economía de Rusia a una profunda recesión - que su banco central ya estima que contraerá entre un 4.5 al 4,7 por ciento si el petróleo se mantiene en 60 dólares por barril - pero puede que no detengan el desplome de la divisas, como se demostró ayer. Ya veremos."
¿Qué opciones tienen las autoridades rusas para frenar esta crisis?
Realmente, no muchas.
1) El banco central puede continuar defendiendo el rublo, gastando sus reservas de divisas para apoyar la moneda. Aunque Rusia tiene una de las mayores reservas de divisas del mundo debido a sus ingresos por el petróleo y gas, su efectivo se está reduciendo rápidamente. En 2014, se gastaron 80 mil millones de dólares para apoyar el rublo, alrededor de una quinta parte del valor de sus reservas.
2) El banco podría elevar las tasas de nuevo, pero esta sería perjudicial para los prestatarios, agravando la desaceleración económica del país.
3) La otra opción es el control cambiario - impedir que la gente saque dinero del país. Pero esto podría convertir una crisis en un pánico en toda regla.
La Rusia de Putin, como la URSS anteriormente, es sólo tan fuerte como lo es el precio del petróleo. En la década de 1970, Estados Unidos cometió el error de pensar que la invasión de la URSS en Afganistán significaba que estaba perdiendo la guerra fría, cuando la realidad era que había caído en su propia Vietnam y sólo podía darse el lujo de alimentar a su población, siempre y cuando el petróleo cotiza a precios altos. El espejismo económico de la URSS, sin embargo, fue evidente para todo el mundo después de que los precios del petróleo tocaran fondo en la década de 1980. Esa historia se repite ahora, sólo que sin el marxismo-leninismo. Putin podía permitirse el lujo de invadir Georgia y Ucrania, cuando los precios del petróleo estaban cómodamente por encima de 100 dólares, pero no cuando están a la mitad. Rusia no puede permitirse nada desde entonces.
Fuentes: Washington Post
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