Output Gap (new). Banca. Parlamentarios.
¡Bueno! ¡Por fin! Los organismos internacionales, los expertos
oficiales ya están empezando a decir cosas en la línea de las que unos
muy pocos llevamos diciendo desde hace años: es imposible volver al
2006, ni España ni nadie.
No se puede volver al 2006 porque no se puede recrear el escenario
existente en el 2006 con las políticas y las medidas que se tomaron
entonces y que desembocaron en una situación de ensueño entre el 2003 y
el 2007 y que empezó a fraguarse en el 92.
Y, ¿por qué no pueden volverse a adoptar aquellas medidas?; pues porque
se financiaron a base de deuda, una deuda que hoy es impagable; y
porque los recursos son escasos (aunque hoy su precio esté bajando). Se
intentó: los planes E buscaban eso: reeditar las medidas maravillosas, y
ya vieron como acabó la película.
Ahora está empezando a decirse que el modelo que posibilitó que ‘el
mundo fuese bien’ se agotó, por tanto y siendo lógicos los conceptos que
le son propios deben remplazarse, o redefinirse, o recalcularse. El
output gap es uno de ellos.
Pienso que no tiene sentido que esas instituciones continúen utilizando
conceptos superados. ¿Qué sentido tiene hoy referirse a la plena
utilización de los factores productivos cuando utilizando sólo una parte
la oferta ya supera con creces a la demanda? ¿Cuál es la razón de
seguir utilizando el concepto de ‘aumento de la productividad’ desde la
óptica de producir más cantidad cuando el consumo no tiene capacidad de
absorber esa teórica mayor producción?.
Se continúa diciendo que la población está envejecida. Dicho así parece
que sería deseable que la gente se muriese antes (igual lo es), ¿por
qué no se dice claramente que como se sigue pensando en términos del
antiguo modelo se necesitaría que naciesen muchos más bebés y que la
población aumentase?. Claro que aumentar la población, ¿para qué si la
tecnología está amortizando puestos de trabajo a velocidad creciente
aunque mucho más lentamente de lo que sería posible?.
Pienso que es al revés: hoy en el planeta existe un excedente de
capacidad productiva que jamás se va absorber porque nunca habrá
capacidad para ello; una capacidad productiva que día a día va ser más
arcaica y cara de utilizar porque habrán nuevas tecnologías que podrán
aumentar más y más la productividad –utilizar cada vez menos factores
productivos–produciendo menos o mucho menos según convenga. Y claro, lo
que ahora denominamos ‘desempleo estructural’ aumentará.
No se va a volver al 2006, ni en Suecia, ni en USA, ni en Brasil, ni en
China, ni, por descontado, en España. En ninguna parte. Claro que unas
zonas, que no países, estarán menos mal que otras porque serán más
necesarias: las prótesis biomecánicas que hagan falta pueden fabricarse
donde sea (ya no digamos que se impriman, entonces …) la cosa será donde
se halle la conceptualización de tales prótesis y quienes las
conceptualicen. (Cierto, estos pueden hallarse físicamente en cualquier
parte, pero deberán estar integrados en una red de conocimiento además
de disponer de los medios que precisen).
Nunca se volverá al 2006, cada vez lo dicen más (entre ellos gentes que
antes decían lo contrario), pero mientras se sigue con lo mismo: por
ejemplo, ahora al FMI le ha dado por las obras en infraestructuras.
Pienso que mejor sería ir trabajando en concienciar a las ciudadanías
hacia donde se va, en posibilitar y apoyar que sepa como aprovechar las
oportunidades que se puedan tener, y en empezar a mentalizar a políticos
y similares que, sí o sí, es preciso instaurar la renta básica.
(Publicado 12.10.2014)
Está bien lo de ‘predicar con el ejemplo’, pero lo cierto es que en el
2004, en el 2005, en el 2006, cuando el dinero corría a raudales y a los
perros no se les ataba con longanizas sino con correas de Chanel a la
inmensa mayoría de las ciudadanías, fuesen banqueros o limpiacristales,
lo que les importaba era ‘obtener’ más, y aún más cierto es que se
preguntaba muy poco como se conseguía o qué había detrás de aquella
nueva maravilla. Ahora sí, se barajan conceptos conocidos, pero ni
siquiera ahora se tocan otros, como es de ‘responsabilidades’: no las
hubo.
Las ‘políticas prudenciales’, la idea es buena, pero hay un problema:
un megafondo de renta fija, un megabanco que acumule billones de
activos, ¿quién puede ir contra los intereses de alguien así si sus
intereses no coinciden con los intereses oficiales?. Recuerden Lehman, y
AIG, no eran las más gordas en su nicho, y la que estuvo a punto de
liarse con sus problemas. (No se lo digan a nadie, pero, ¿saben lo que
pasa?, pues que el modelo se construyó de tal manera que los problemas
de estos monstruos son los problemas de todos. Eso y no otra cosa es lo
que significa ‘entidad sistémica’ y ‘demasiado grande para caer’. Y
piensen en más sectores, no sólo en compañías que mueven dineros:
recuerden que GM fue rescatada).
Interesante: “Pregunta. ¿No cree que las exigencias resultantes de las
pruebas de resistencia europea pueden lastrar más el crédito?.
Respuesta. La regulación trata de hacer los bancos más seguros, si
captan capital eso ayudará también a conceder más crédito. Pero es muy
importante que los bancos tengan capacidad para generar capital de forma
orgánica. En la zona euro hay aún 800.000 millones de euros en
préstamos dudosos, lo que impide que estos activos bancarios estén
destinados a fines que podrían mejorar la rentabilidad bancaria”. Mi
lectura: los proyectos que conduzcan a cosas necesarias desarrollados
por gente solvente tendrá crédito, el resto … (Por cierto: ese volumen
de ‘créditos dudosos’ equivale al … ¡8,4% del PIB de la UEM!).
(Publicado 12.10.2014)
Si esas 'actividades externas' las declaran, no entran en conflictos
con su actividad parlamentaria, y el reglamento del Parlamento lo
permite ... es dinero privado, y si es limpio y es declarado nada que
objetar. Puede parecer bien o no, pero nada que objetar.
La pregunta es otra: ¿Se ganan los parlamentarios los importes con los
que les remunera el Parlamento? Eso sí que importa: es dinero público.
(Publicado 12.10.2014)
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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