No, no es un error, estas líneas no van sobre si es sostenible, o no, el actual sistema de pensiones, sino para exponer los motivos por los que no es sostenible; si en España ni en ninguna parte.
Euskadi es un muy buen ejemplo para muchas cosas, para hablar sobre pensiones también, por varias razones: es un territorio pequeño, con una población bastante estable en cuanto a su número, con una renta media elevada y, por tanto, con una pensión media también elevada. Y a la vez es un territorio que lleva en transformación en cuanto a la estructura de su PIB desde los 1980s.
Antes un apunte para centrar el tema y para recordar conceptos. Las pensiones de jubilación en su estructura actual fueron implementadas en Europa en los 1950s (donde se hizo, en España, no) partiendo de tres premisas: 1) un esperanza de vida de 65 años, 2) demanda de trabajo constantemente al alza que garantizaba el pleno empleo del factor trabajo y, de rebote, un desempleo estructural prácticamente nulo, y 3) salarios crecientes, lo que se traducía en ingresos crecientes al sistema de pensiones. Ninguna de esas tres premisas se dan ahora. (Había una cuarta premisa no económica ¿o sí?: personas protegidas sanitariamente, con ayudas públicas y en la jubilación tenderían a portarse bien en un escenario de Guerra Fría: al fin y al cabo esa protección la iban a financiar ellas con sus impuestos. Esa premisa tampoco se da ahora).
La esperanza de vida está, en España, en los 80 años, 84 para las mujeres; en gran medida esa mayor esperanza de vida se ha obtenido gracias a una calidad sanitaria al alza, pero eso a la vez presiona el presupuesto sanitario (lo que no sucedía en los 50). La demanda de trabajo es decreciente porque cada vez se precisa de menos factor trabajo para producir lo que sea en las cantidades que sean, algo que va a continuar; luego las cotizaciones sociales medias se están reduciendo y tienden a reducirse más. Como consecuencia de ello la demanda de trabajo tiende a menos teniendo en cuenta que la oferta de trabajo no decrece, por lo que los salarios se ven presionados a la baja doblemente, y de ahí los pagos por cotizaciones sociales. Por ello un mayor envejecimiento de la población no es importante ni una mayor emigración solucionaría absolutamente nada ya que, o esos inmigrantes no encontrarían trabajo o lo encontrarían a base desplazar a los nativos al aceptar salarios menores lo que incidiría en menores ingresos por cotizaciones sociales.
Pienso que la esperanza de vida caerá a medida que vayan generalizándose y aumentando los recortes en el modelo de protección social: lo sucedido en Rusia tras la desaparición de la URSS es un buen ejemplo, ello reducirá el gasto total anual a pagar en pensiones, pero desde luego no compensará la disminución de ingresos por menores cotizaciones tanto en número: más paro intermitente y más desempleo estructural, como en cuantía: menores salarios medios. Y nada compensará la caída ininterrumpida en la demanda de trabajo debido a los Nuevos Métodos de Manufactura.
España lo tiene peor que otros porque tiene 46 M de habitantes, un desempleo mayor, un componente de empleo bastante estacional, un paro estructural que ya es elevado, un desempleo juvenil elevadísimo, una estructura de PIB sustentada en el medio y bajo valor lo que supone un salario medio bajo lo que se traduce en bajas cotizaciones sociales, … ; por lo que cuando dentro de entre 3,5 y 4 años la caja de reserva de las pensiones se acabe …
Las pensiones de jubilación fueron diseñadas con arreglo a unas premisas que ahora no se dan y que menos aún van a darse en el futuro; y encima no son necesarias desde una perspectiva geopolítica. Ni tan siquiera son ya interesantes los pensionistas en términos electorales: todo lo importante ya se decide en instancias que se hallan fuera y por encima de los Gobiernos.
No, las pensiones no son sostenibles en su forma actual, ni en Euskadi ni en ningún país. Habrá que ir pensando en fórmulas alternativas.
http://m.elcorreo.com/bizkaia/economia/201411/02/estado-gasta-millones-mensuales-20141101190529.html
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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