martes, 12 de agosto de 2014

La industria bancaria global está en una encrucijada. Los 5 pilares que definirán el sector bancario

La industria bancaria global está en una encrucijada, y la evidencia del cambio es más tangible que nunca. Las unidades de renta fija y trading de acciones de los bancos han sido las principales víctimas durante los últimos meses, como resultado de tendencias tanto seculares, como cíclicas: un descenso exacerbado por la falta de inversión en tecnología para trading. Hay muchas causas para las reestructuraciones bancarias que estamos presenciando, incluido el creciente coste del capital, la disminución de los márgenes de beneficio, el riesgo de litigios, la mayor complejidad tecnológica y los costes. El modelo bancario universal puede verse amenazado como consecuencia de estos cambios, pero es demasiado pronto para escribir su epitafio. Sin embargo, en este momento, las futuras viabilidad y rentabilidad de los bancos se determinarán por las decisiones que tomen respecto de las innovaciones e inversiones en tecnología. Una vez que un banco ha tomado la decisión acerca de los negocios en los que quiere o en los que aún puede participar, la decisión sobre cómo involucrarse en la intermediación y el proceso de trading se vuelve crucial. Una buena comprensión de cómo evoluciona la infraestructura del mercado será esencial para tomar decisiones informadas. En mi opinión, la nueva estructura de mercado que está surgiendo tendrá cinco pilares fundamentales:
● En primer lugar, las bolsas de valores globales, que han sobrevivido la liberalización y la fragmentación del trading a través de la innovación para satisfacer las necesidades de una cartera de clientes cada vez mayor y más diversificada. También han logrado poner a las regulaciones a su favor mediante la expansión y la diversificación de sus ganancias. Lo mismo puede decirse de otras entidades como las cámaras de compensación y las instituciones para el depósito de valores.
Estas entidades no sólo sobrevivirán, sino que serán siendo fundamentales para la estructura del mercado en el futuro, mientras sigan adaptando sus modelos de negocio al mercado y retengan la escala.
 
● En segundo lugar, los grandes broker-dealers. Estos seguirán existiendo a pesar de la tendencia hacia los menores márgenes y rentabilidad. Sin embargo, habrá menos actores con la escala y la liquidez necesarias para facilitar el trading en las clases de activos claves como los derivados. En la medida en que puedan romper sus propios silos internos e invertir para reemplazar su tecnología obsoleta, estos pocos actores selectos sobrevivirán y prosperarán.
 
● En tercer lugar, los bancos globales. Mientras que los broker-dealers están a la vanguardia de la innovación de productos, los bancos globales desempeñan un papel clave en la distribución de productos financieros a través de sus unidades minoristas, la gestión de la riqueza a través de sus unidades de banca privada y la protección y segregación de activos a través de sus unidades de custodia. La amplitud de estos servicios conducirá inevitablemente a una "carrera armamentista" para lograr la escala y la eficiencia, lo que impulsará la especialización por clase de activo o tipo de cliente.
 
● En cuarto lugar, los creadores de mercado que han logrado ocupar un papel cada vez más importante en la actual estructura del mercado. Son grandes clientes de las bolsas de valores y cada vez toman más parte de la ejecución de las operaciones que han sido tercerizadas por muchos de los broker-dealers. Han revolucionado el mundo del trading de acciones. Su reciente movimiento hacia otras clases de activos como el forex es un signo de su capacidad de seguir alterando el status quo.
 
● En quinto lugar, los proveedores de software y tecnología, que si bien no compiten con los anteriores, desarrollan herramientas para otros participantes del mercado. Los actores como los brokers y los bancos regionales, los bancos privados y los gestores de dinero tercerizan cada vez más su tecnología de trading a las compañías de software para darles la capacidad de desarrollar la escala y aumentar la eficiencia del proceso de intermediación de clientes y trading.
 
Trazar la estructura de mercado del futuro me recuerda la llamada “destrucción creativa", un término acuñado por Joseph Schumpeter en la década de 1940 para denotar la destrucción de lo viejo por la creación de lo nuevo. Se trata de un término que los entusiastas de la era puntocom quizás hayan utilizado en demasía, pero que tiene algunas aplicaciones para la industria bancaria actual.
 
Estamos entrando en una era de alta especialización impulsada por la consolidación hacia una estructura de mercado de cinco pilares. Una vez extraído este exceso de capacidad del sistema, los participantes del mercado tendrán cada vez menos opciones por tipo de cliente o clase de activo, y dependerán de las compañías que combinan diferentes servicios.
 
En un entorno en el que la tecnología está creando un cambio, la complacencia y las iniciativas de proteger el status quo sólo conducirán a la destrucción del valor y a la pérdida de participación de mercado. Los actores del mercado que entiendan sus fortalezas, determinen en qué mercados quieren estar presentes y luego utilicen la tecnología para lograr la escala son los que conservarán la rentabilidad en esta nueva era.
 
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