lunes, 7 de julio de 2014

Café para todos. Cocktail. Le Parisien.

Recolección. Café para todos. Cocktail. Le Parisien. Escenario y horizonte.
¿Qué tiene que ver la producción con el consumo? Nada, ¿verdad?. Con todo pienso que para esos niños lo peor, con ser terrible, no es que trabajen en las plantaciones, sino que, a) sus familias necesitan los escasos dólares que puedan ganar, y b) no tienen otra alternativa. Y, ¿saben que pasará?,

pues que se acabará robotizando la recolección y entonces ya no harán falta ni adultos ni niños y se engrosará el colectivo del paro estructural.
(Publicado 15.05.2014)

El plan ‘café para todos’ pienso que es un error garrafal, y no por la inflación, sino por la mayor deuda que supondrá. Pienso que sería más lógico asumir que tal economía, tal zona, puede llegar (crecer) hasta ‘aquí’ y a partir de ahí, mantener.
(Publicado 15.05.2014)

Al final siempre se acaba igual: con la dependencia: que si en USA pasa esto, que si en EUR aquello, que si en China lo otro, cosas que repercuten sobre economías limitadas que dependen de que inviertan en ellas y de que les compren a buenos precios lo que venden. A esto, y por esto, añadan el gran peso de la economía informal y la cuasi nula igualdad de oportunidades.
Un cocktail complejo.
(Publicado 17.05.2014)

Absolutamente demoledor, y lógico, y perverso. La renta cuenta, claro, pero hay que computarla en base al poder adquisitivo que otorga. Y sucede que intentos para aumentar el PIB desemboquen en aumentos de la presión de los precios y crecimientos de la pobreza, y al revés. Y junto a esto los déficits fiscales interregionales reduciendo o aumentando las bandas de pobreza.
¡Que poco hablan de esto los políticos: independientemente de su color!.
(Publicado 17.05.2014)

Muy significativa la encuesta de Le Parisien: tres de los cuatro Presidentes más valorados de Francia desde la II Guerra Mundial lo fueron entre 1959 y 1981.
Mi lectura: la ciudadanía de Francia recuerda y añora una época en que todo-iba-a-más: rentas, empleo, bienestar, expectativas, … Para meditar.
(Publicado 19.05.2014)

Se van viendo cosas: el FMI a Alemania: sí a más inversión, pero no a un salario mínimo, y razona el porque no: disminuirá la desigualdad, pero aumentará el paro.
Ya saben: pienso que la demanda de trabajo ya no es función del salario, pero lo importante no es eso, sino la contradicción que ha dejado de serlo: el aumento del paro es más importante que la desigualdad, aunque salarios deprimidos la generen.
La conclusión: no es posible disminuir la desigualdad y quienes dependan de un salario que se acostumbren a un bajo poder adquisitivo; según el FMI, si se hace eso, el paro puede ser reducido (del subempleo nada dice); y eso es lo que yo creo que no: el ‘Yo, ¡por menos!’ tenía su peso en el siglo XIX, no hoy; de ahí lo mucho que, pienso, va a crecer el desempleo estructural.
(Publicado 20.05.2014)

Durante los años del ‘España va bien’ aumentó la oferta de todo a los precios que fuese porque, debido al crédito desatado, había capacidad de compra de cualquier cosa. Agotada la capacidad de endeudamiento, cerrada la fuente del crédito y con un desempleo disparado, tal capacidad de compra se esfumó. Reflexión: ¿es posible que entre los excedentes que de todo han aparecido y siguen apareciendo también se hallen los locales comerciales?.
Si la variable fundamental es hoy el precio y la demanda se ha hundido, menos tiendas serán precisas y tal vez con distintas estructuras, agrupaciones y localizaciones. En consecuencia no sería cuestión de reactivación sino de adaptación. Insisto: es una reflexión.
(Publicado 20.05.2014)

Era previsible, y abre la puerta a un escenario completamente nuevo que está por definir y por iluminar, porque, ¿hasta dónde puede llegar el “lejos de pretender integrarse en el mercado laboral”?.
La libre circulación de personas en la UE se estableció en un momento en que a) la demanda de trabajo era alta, y b) el desempleo era reducido. Una situación completamente diferente a la actual.
No es difícil imaginar los desarrollos y evoluciones que puede tener esta sentencia en el previsible horizonte ante el que nos hallamos.
(Publicado 20.05.2014)
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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