"Mark Mobius, presidente de Templeton Emerging Markets, es uno de mis gurus favoritos. Mobius cree que el mejor indicador de si una acción es rentable o ha perdido su brillo (lo que podría llamarse una trampa de valor, o es baja pero aún así costosa en relación con su valor intrínseco) se reduce al crecimiento. “Si no vemos un potencial de crecimiento futuro, no vale la pena invertir en esa compañía, pero si tiene un precio razonable y las proyecciones de rentabilidad se ven bien, entonces puede haber una oportunidad de inversión. Por supuesto, cuando un mercado de valores en particular aumenta vertiginosamente, puede ser más difícil identificar valores individuales. Si una acción se aproxima a lo que consideramos su valor real, es posible que pensemos en reducir la posición”. Para todos los análisis específicos de acciones de Franklin Templeton Investments, Mobius agrega que también analizan factores macroeconómicos del país a fin de respaldar nuestros objetivos de inversión, sin tender a ser más alcistas en un país o región que en otro, dado que se concentran en cada compañía en particular. “Creemos que existen grandes empresas en todos los países del mundo, y que la mayoría de los mercados tiene al menos algunas acciones atractivas”. En este sentido, el experto reconoce haber mantenido la misma estrategia de inversión durante más de 25 años. “Y no esperamos cambiar”, afirma...Una lección magistral", me dice el analista jefe de un banco de inversión londinense, que añade:
"He leído proyecciones globales apocalípticas, aunque en algunos casos no las comparto, relativas al estancamiento de las políticas fiscales, una fuerte caída en los beneficios como responsables de la extensión y profundización de la Recesión Económica Global. También, que el PIB estadounidense caerá más de lo previsto por la Fed el jueves pasado y que la tasa de desempleo continuará en tasas altas, principalmente en el Sur de Europa; que seguirá la caída del rendimiento del bono a 10 años, que la economía del mundo se enfrenta a un escenario similar al de 1929 o que la amenaza de deflación es cada vez más alta y que la recesión en este 2014 vuelve a ser inevitable. Se ha dicho, del mismo modo, que la ampliación de los spreads volverá a tensionarse y que la normalización tardará en llegar. Que el consumo privado seguirá sin levantar cabeza a nivel global. El paro será el gran problema y las condiciones de crédito seguirán débiles tanto a familias como a empresas..."
“...Muchas compañías recortarán aún más los dividendos pagados, resultando una rentabilidad inferior a la actual. La deuda soberana sufrirá una reordenación, es decir, habrá defaults parciales. En los mercados emergentes, la prima de riesgo será muy alta. El dinero privado seguirá sin fluir hacia la Bolsa y los tipos de interés ya no sabrán qué camino tomar…
“...¿Y luego qué? ¿Por qué no nos ponemos a trabajar, a fabricar ideas, sí aunque sólo sean ideas, una vez comprobado que no son suficientes los trillones de dólares con que la Administración de Obama ha inundado los mercados de EEUU y animado al resto de las grandes (ahora débiles) potencias económicas a seguir sus pasos? ¿Es suficiente la fe, la creencia de las masas en que el presidente de EEUU no sacará de la ciénaga? ¿Es posible el milagro permaneciendo de brazos cruzados? ¿Arreglará todo la contabilidad creativa? ¿Nos aliviará la deuda histórica contraída y la que acabamos de contraer con las medidas de estímulo?...”
“...El patio de la Bolsa comienza a llenarse de operadores y de inversores finales, pero la desconfianza es absoluta. Abunda la confusión y los estados anímicos son ciclotímicos. Algunos discuten sobre el fondo del mercado, pero no hay ideas nuevas. Todo sigue igual que hace siete años, cuando empezó a dibujarse la tendencia bajista general, que muchos actores en los mercados y políticos de alto rango no quisieron ver… “
“...¿Hay que cerrar los ojos y esperar la muerte? ¿Dónde está aquél guru reputado, el que dijo “dadme una idea y moveré la Bolsa”? Ni una cosa ni la otra. No es el momento de lanzar una idea para que salte la Bolsa como una liebre asustada. Es el momento de lanzar ideas PARA HACER BIEN LOS DEBERES Y, ENTONCES, LAS BOLSAS SUBIRÁN POR LA LLEGADA DE FLUJOS DE DINERO al margen de cuáles sean los tipos de interés en esos momentos…”
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Moisés Romero
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