martes, 20 de mayo de 2014

Concentración de la riqueza – 1

Hablar de concentración de la riqueza está de moda. Cuando el mundo iba bien no lo estaba, ahora sí. Es verdaderamente curioso: la desigualdad, en las economías desarrolladas está aumentando desde mediados de los años 70: cuando el papel redistributivo del Estado empezó a descender, pero es ahora, con la crisis en la que nos hallamos inmersos, cuando más se está tratando el tema. (Los gráficos que vienen a continuación fueron aportados por uno de mis alumnos de este curso, en uno de sus análisis).
En este primer gráfico puede verse la concentración de la riqueza planetaria por intervalos de riqueza:

Fuente: bp-working-for-few-political-capture-economic-inequality-200114-es.pdf  

Los números no pueden ser más claros: el 0,7% de la población mundial acapara el 41% de la riqueza del planeta, mientras que el 68,7% ostenta la posesión del 3%. La ‘clase media-media’ (muy sui genereris: 50.000 USD es un fortunón en Costa de Marfil, por ejemplo) es propietaria del 13,7%.
En este tipo de estudios siempre se pone el acento en los extremos: en los muy ricos y en los muy pobres, por ello un dato interesante es el valor del patrimonio neto de los multimillonarios del mundo como porcentaje del PIB mundial. Es lo que muestra el gráfico siguiente:


Y lo que muestra es que, de forma continuada e inexorable, los megaricos han ido aumentando su riqueza en relación al valor de la producción mundial: del 3,5% en 1996 al 8,8% en las estimaciones realizadas para el 2014: 5,3 puntos en 18 años.
Las recesiones no han acabado afectando en nada al conjunto de los más adinerados: caídas más bien leves compensadas con posteriores recuperaciones mucho más enérgicas, en particular la actual crisis: a una caída brusca en el 2009 que situó su tasa de control a niveles semejantes a 1999, le ha sucedido una serie de subidas que han colocado el porcentaje en un valor superior al que tenía la tasa antes de su caída. La conclusión es doble: a) en términos generales un rico se recupera con rapidez de una caída que haya podido experimentar, y b) en general, la caída en la riqueza de un rico es transitoria.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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