A menudo me preguntan sobre qué probabilidad real hay de ganarse la vida con los mercados. Mi respuesta es que es posible siempre que se den algunas condiciones: Capital suficiente para invertir, gastos no excesivos, formación y disciplina inversora, situación económica para poderse permitir largas temporadas fuera del mercado, entre otras.
También me preguntan qué posibilidades hay de hacerse rico en la bolsa. Mi respuesta suele ser que es posible pero poco probable. La bolsa no está hecha para que la gente se haga rica. De hecho, son muy, muy pocos los que lo consiguen, y la mayoría porque terminan gestionando el dinero de otros y cobrando por ello. La bolsa es una opción de inversión que históricamente ha demostrado tener un mayor rendimiento que otros activos alternativos en el largo plazo. Pero únicamente por un par de puntos porcentuales. No más.
Ayer decíamos que nuestro instinto como humanos nos hace incurrir en muchos errores a la hora de invertir. El miedo y la avaricia nos hacen débiles mentalmente para el mundo financiero. Y aún que esa afirmación está respaldada por hechos, la gran mayoría de inversores activos con los que hablo, creen que pueden llegar a ser el próximo Warren Buffet, y que no en mucho tiempo podrán vivir holgadamente por su operativa en los mercados. Eso les hace en su gran mayoría tomar riesgos imprudentes, y a la larga, perder parte de su capital.
Mark Hulbert recientemente publicó un artículo en el Wall Street Journal con el título: ¿Cómo invertir como un multimillonario? Y en el que mostraba que las principales fortunas a nivel mundial no se habían alcanzado por su inversión en bolsa.
Hulbert afirmaba que de la última lista de Forbes la razón más común para alcanzar los primeros puestos era la creación de sus propias compañías, seguido por haber heredado la fortuna. De estos multimillonarios únicamente Warren Buffet ha hecho su fortuna en bolsa, y Hulbert no está completamente seguro de eso. Pone el siguiente ejemplo:
El valor en libros de Berkshire Hathaway ha crecido un 19,7% anual desde 1965. ¿Con cuánto dinero hubiera necesitado empezar a invertir a la edad de 25 años para con esa rentabilidad poder retirarse a los 65 multimillonario? La respuesta es con 12,1 millones de dólares.
En suma, creo que hay muchos inversores que se acercan a los mercados por la razón equivocada. Es muy poco probable que hagan fortuna en las bolsas. Es más, cuánto mayor sea nuestro deseo por “hacernos ricos”, mayores serán las probabilidades de perder gran parte de nuestros ahorros.
Para finalizar les expondré un caso que viví personalmente.
Hace muchos años, en uno de los bancos de inversión donde trabajaba, se había habilitado una sala para que los pequeños accionistas clientes del banco invirtieran. Era un sitio agradable, repleto de pantallas de cotizaciones, sofás donde algunos clientes dormitaban o hablaban de su vida cotidiana. En aquella sala no se tomaban grandes decisiones. Se compraban algunas Radiotrónicas (los más veteranos conocerán el valor), Telefónicas, o Endesas. El problema se inició cuando por la clara tendencia alcista de las bolsas, algunos de esos pequeños inversores empezaron a ganar más dinero del que en principio habían pensado.
Recuerdo en particular el caso de un taxista, que llegaba a la sala a la hora del café y tomaba algunas posiciones compradas. Volvía a la hora de la comida para ver cómo iban, y de nuevo al finalizar su turno para cerrarlas a menudo con beneficio. Cada vez eran más frecuentes las visitas de este taxista para operar, hasta que viendo que ganaba en unas horas en la bolsa más de lo que en todo el día sentado al volante, decidió vender su licencia y dedicarse a invertir a tiempo completo.
Pasó el tiempo y los mercados empezaron a complicarse. Ya no funcionaba lo de comprar por la mañana para venderlo por la tarde con un 3 o 4 por ciento de beneficio. A veces era al contrario y las ganancias se convertían en pérdidas. Este taxista, viendo que su operativa diaria no le daba para cubrir sus gastos comunes, decidió entrar en el mercado de derivados sobre índices. Sus apuestas cada vez eran más osadas, y sus pérdidas cada vez mayores. Doblaba sus posiciones contra tendencia, y no aplicaba ningún stop de protección pues su mente no podía asumir las pérdidas.
El triste final se produjo cuando una mañana, al incorporarme al trabajo, me le encontré en el pasillo de la sala de inversión llorando. Había perdido gran parte del dinero de la venta de su licencia de taxis, y ahora se encontraba en una situación desesperada.
Este hombre pasó de ver la bolsa como una forma de incrementar modestamente sus ingresos laborales, sin presión y por tanto, sin la necesidad de realizar operaciones diariamente, a creer que podría ya no solo vivir de ella, sino hacerse millonario. Se equivocó como tantos otros.
fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/que_probabilidad_hay_de_que_me_haga_rico_en_bolsa
No hay comentarios:
Publicar un comentario