En las últimas semanas, ha resurgido el temor a la debilidad económica mientras que los inversores han comenzado a vender activos de riesgo como las acciones.
El índice de sorpresas en los datos económicos ha vuelto a caer, lo que indica que los datos económicos están defraudando las previsiones del mercado.
El índice de sorpresas en los datos económicos ha vuelto a caer, lo que indica que los datos económicos están defraudando las previsiones del mercado.
"Es difícil evitar la realidad de que la imagen general de los datos macro es más triste ahora que hace unos meses", dice Aleksandar Timcenko, uno de los vicepresidentes del equipo de estrategia global macro de Goldman Sachs.
En una nota a los clientes, que recoge Matthew Boesler de BI, Timcenko examina los datos que forman parte del índice de Goldman Sachs denominado "Indicador Líder Mundial" (GLI, por sus siglas en inglés, un indicador que se utiliza para conocer el crecimiento global y su deriva.
"Nuestro indicador principal Global sugiere ahora que el período de crecimiento acelerado terminó en septiembre de 2013", escribe.
Los últimos meses sugieren "Desaceleración", habiéndose reducido la tasa mensual de crecimiento a la mitad, desde alrededor del 0,40% por mes al 0,20%.
La primera vez que el GLI (el indicador de crecimiento de Goldman) señaló desaceleración fue en la lectura preliminar de noviembre de 2013, publicado a mediados de diciembre. En ese punto, la debilidad se concentró en los componentes de los Mercados Emergentes (incluidos las exportaciones de Corea, y el índice de precios de los metales industriales). Además, el PMI Mundial - aunque mejorando - mostró lecturas mixtas, ya que los Mercados Desarrollados mejoraban mientras los Emergentes se debilitaban. En ese momento, la interpretación de Goldman Sachs era que la debilidad estaba localizada.
Pero ahora, tras la lectura de enero, que se dio a conocer la semana pasada, la debilidad parece haberse extendido. Seis componentes disminuyeron: el índice Baltic Dry, diferencial de los nuevos pedidos mundiales a inventarios, índices PMI mundiales, el índice ponderado por el comercio del dólar australiano y el dólar canadiense, las exportaciones coreanas y la relación inventarios/ventas en Japón. Cuatro componentes mejoraron: las encuestas manufactureras de Bélgica y Holanda, la confianza del consumidor global, el índice S&P GSCI de metales industriales, y las solicitudes iniciales de desempleo en Estados Unidos.
Cuando se miran los componentes del GLI, las evidencias sugieren que la desaceleración del GLI en curso - cuyo inicio datamos ahora en noviembre - no es muy acusada, pero se extiende a través de los componentes.
Pero durante el último mes, los descensos se han vuelto más pronunciados: el diferencial nuevos pedidos a inventarios cayeron en alrededor de una desviación estándar y el PMI mundial cayó media desviación estándar, descensos casi dramáticos.
Un componente que cayó mucho durante los últimos tres meses fue el índice ponderado por el comercio del dólar australiano y dólar canadiense. En un horizonte de tres meses, el índice se redujo en más de dos desviaciones estándar. Continuó cayendo el mes pasado, aunque a un ritmo algo más moderado.
Compensando a esta debilidad generalizada, la confianza de consumo mundial fue particularmente fuerte.
En general, la dispersión de los datos de los componentes del GLI están cerca de sus promedios históricos, lo que sugiere que no hay "valores atípicos" que hayan sesgado la impresión final, y que la más reciente debilidad, aunque no es inusual y todavía no alarmante, es probablemente un reflejo justo del actual panorama macro.
No fue sino hasta mediados de enero cuando los mercados de riesgo, en particular las bolsas, empezaron a tomar nota y ajustarse en consecuencia a la primera parte de la desaceleración.
Mientras que Goldman y la mayoría de las casas de análisis no esperan que la desaceleración persista, la preocupación es que la reciente volatilidad en los mercados financieros se extienda a la economía real, y la desaceleración pueda entrar en una nueva fase.
"Si, en contra de nuestras expectativas, estas turbulencias del mercado persisten durante varias semanas más, habrá naturalmente algunos efectos dominó", dice Andrew Cates, economista de UBS.
La inestabilidad financiera global conducirá inevitablemente a la inestabilidad económica a través de las preocupaciones por los balances, las primas de riesgo, el costo del capital, la confianza, el gasto y el comercio internacional. Sin embargo, un análisis de simulación sugiere que las recientes perturbaciones inducidas por los Mercados Emergentes no se revierten por sí mismas, pero tampoco se extienden.
Fuentes: Aleksandar Timcenko, Goldman Sachs - Matthew Boesler, BI
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