viernes, 17 de enero de 2014

El ángel exterminador

Exacto: es el título de un film de Luís Buñuel (1962), y su argumento no puede ser más simple: un grupo de personas, pertenecientes a la burguesía medio-alta, llegan a la conclusión de que les es imposible salir de la mansión en la que se hallan porque creen que un monstruo deambula por el exterior y que serán devorados si abandonan la casa. Magistral. Si aún no la han visto, véanla.

Tomando su simbología, la lectura de este film puede hacerse de otra manera. Una sociedad, tras varios años de crisis sistémica empieza a creer que la recuperación por fin ha llegado tras oír las explicaciones de grupos de políticos, las indicaciones de los responsables de ciertos organismos, y las interpretaciones y medias palabras de técnicos algunos de los cuales se hallan bastante vinculados con los dos grupos anteriores; y todo ello embaldosado con manifestaciones optimistas de algunos banqueros, algunos grandes inversores y algunos analistas. Bien, pues eso, pienso, es lo que está sucediendo hoy.

Desde Noviembre del 2013 está sucediendo lo expuesto en el párrafo anterior, y a partir de Año Nuevo el fenómeno ha alcanzado velocidad de crucero. Es mundial, pero, posiblemente en Europa la incidencia sea mayor, y en países como España alcance niveles de paroxismo. Es un fenómeno que pertenece a la familia de ‘los brotes verdes’, de ‘los destellos’, ‘de las luces al final del túnel’, de ‘las flores de invernadero’, pero que va mucho más allá porque tiene la voluntad de permanecer, al menos de que permanezca durante un tiempo suficiente; suficiente, ¿para qué?.

En Septiembre y Octubre del 2013 los mensajes eran los que eran, pero el trasfondo estaba claro: ‘tal vez, pero …’, desde finales de año el mensaje es otro completamente diferente: ‘sí, sin duda’. ¿Qué ha cambiado en el escenario económico planetario en estos tres meses? ¿Qué ha sucedido en USA, en Europa, en Japón, que lleve a pensar que la realidad económica ha cambiado de tercio?. Respuesta: absolutamente nada.
En la fase de ‘el mundo va bien’, entre el 2000 y el 2007, el 65% del crecimiento habido en el planeta fue a parar, lo hizo suyo, pasó a ser controlado, por el 1% de la población mundial; y el 83% del habido en la fase de precrisis y el 2012 se concentró en ese mismo 1% (Jordi Angusto); en USA, el 1% de la población ha hecho suyo el 95% del crecimiento habido en el país entre el 2009 y el 2012 (Paul Krugman), es decir, en el período en que, en USA, la economía se estaba recuperando. En España, en el 2013, las retribuciones de los altos directivos crecieron el 6,9%, las de los mandos intermedios cayeron un 3,8% y las del grueso de los empleados un 0,4% (El País).

Está aumentando la desigualdad, ya, exponencialmente, pero eso ahora no importa, lo que importa es que esa cacareada recuperación está afectando a un muy minúsculo porcentaje de la población, es decir, esa recuperación, anémica, limitada, insuficiente para el colectivo de un país, de una zona, está yendo a parar a un minigrupo muy concreto. Y luego está todo lo otro.

La deuda total de los países está donde estaba. La privada ha descendido algo entre otras razones porque la capacidad de nuevo endeudamiento está congelada, pero la pública ha tomado el relevo; España es un ejemplo destacado: recuperación en marcha según la versión oficial, pero en su informe del 08.10.2013 el FMI escribió que la deuda pública de España podía llegar al 105% de su PIB en el 2018. (35,5% en el primer trimestre del 2008, 68,5% en el 2011)
El desempleo se halla en cotas incontrolables, el subempleo en niveles imposibles de imaginar diez años atrás, y la pobreza cerca de afectar a uno de cada tres residentes en España; son las pensiones de abuelos, algún subsidio y alguna actividad sumergida las fuentes de ingresos que permiten subsistir a numerosas familias. No obstante Sr. Ministro de Economía hace en Octubre unas manifestaciones sobre la creación de empleo y el Lunes 13 de Enero otras completamente diferentes.

Pregunten a pymes, pequeños talleres, negocios de barrio que tipo de recuperación esperan pasadas Navidades y Rebajas (oficiales); a hoteles, a restaurantes que no sean de cinco estrellas gran lujo y de tres estrellas Michelin (y …) como está evolucionando su facturación media por habitación y mesa. Pregunten en grandes comercios como está evolucionando el mix del carro de compra medio.

Claro, claro, a una corporación presente en 120 países le está yendo bien, su consolidado. Tiene músculo para cerrar, reorganizar, cambiar de rumbo; y tiene reservas para alimentar ese músculo y grasa para lubricar convenientemente a sus ejecutivos (por cierto, ya no se utiliza ese concepto). Pero incluso esos monstruos siguen teniendo un exceso de capacidad productiva de narices.
Y por encima de todo, o junto a todo, bits de ordenador en forma de dinero distribuido por variados medios inundando entidades financieras y permitiendo que el tiovivo continúe girando.

Ahora toca ‘buen rollo’, más en Europa: elecciones en Mayo, y auditorías de la banca que ya se verá, y más de cara a unas ciudadanías que ya están cansadas de oír cosas feas. No hay base para construir nada porque la deuda está donde está; porque no hay capacidad para absorber todo lo que puede producirse y, así, ocupar a parte de la población activa ahora no necesaria; porque la evolución tecnológica tiene las posibilidades de barrer cualquier atisbo de reducción del desempleo, de mejora en el empleo, porque la competitividad y el precio son los ejes para moverse en este mundo. A partir de que empiecen a filtrarse cosas de la auditoría de la banca, ¿en Julio?, las cosas cambiarán.
Pienso que no, que nada más lejos de una recuperación. Patada adelante, un poco de maquillaje, muy buenas palabras, estrujar al limón su última gota. Concentración de la mayor parte de la actividad en unas cuantas corporaciones gigantescas; y muchas, muchas, muchas ‘reformas’ y ‘consolidaciones’, es decir, pérdida de beneficios sociales y recortes de prestaciones. Y nada más: a finales de año nueva película.

2014: un año zombie: procede de un año muerto, el 2013, y que va a transitar mordiendo a unos cuantos cadáveres. ¿Recuperación?, mayor acumulación para unos muy pocos, nada para el resto. En ese escenario no es extraño el tweet que hace unos días alguien me escribió: tengo el salario supercongelado pero cada mes me cuesta más acabarlo; claro, nos hallamos en una situación deflacionaria: no hay actividad, luego los precios bajan, pero ojo: algunos precios, el del trabajo sí, por ejemplo, el de la energía eléctrica no, también por ejemplo.

Pienso que nos hallamos en una situación como la descrita por el film de Luís Buñuel: fuera hay una recuperación y hay que salir para disfrutarla; sólo que, cuando se salga lo que se verá es que lo que en realidad hay es la misma crisis que había, nada más. Y esta vez, a diferencia del film, sí habrá monstruo.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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