Casi al mismo tiempo hemos conocido dos noticias sobre el mercado laboral alemán y español que dan mucho que pensar. Mientras el primer sindicato germano ha propuesto al Gobierno y está negociando implantar la jornada de cuatro días semanales respetando el salario, el FMI acaba de pedir más madera para España, es decir, una nueva rebaja de sueldos.
La central sindical IG-Metall ha reclamado, a instancia de una gran mayoría de sus afiliados, la introducción de la semana laboral de 30 horas para los progenitores, hombres y mujeres, con hijos menores. Sin recortes salariales y abonada como si fuera de pleno horario, supondría de hecho trabajar cuatro días a la semana. IG-Metall considera que esa exigencia debe implementarse paragarantizar el retorno de los trabajadores con hijos a las jornadas laborales completas.
La propuesta no es una reclamación de máximos del sindicato para forzar la consecución de otros objetivos menos ambiciosos. El Gobierno de coalición entre Merkel y los socialdemócratas está considerando esta propuesta muy seriamente. De hecho, el tema ya ha sido abordado por la nueva coalición de gobierno. Es más, la ministra de Familia, Manuela Schwesig, ha propuesto ya la introducción de una semana laboral de 32 horas para padres con hijos sin recorte salarial, aunque la canciller Merkel desestimó inicialmente esa iniciativa.
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Sin embargo, el Consejo de Ministros ha retomado el asunto. El presidente del SPD y vicecanciller federal, Sigmar Gabriel, cree que la iniciativa persigue que más mujeres se incorporen al mercado laboral desde sus obligaciones domésticas. Esto será posible, y compaginable con un deseado y apreciable aumento de la natalidad, si los hombres asumen más responsabilidad a la hora de criar y cuidar de sus hijos, afirma Gabriel.
Mientras tanto, el mercado laboral español parece no tocar fondo en su deterioro. Tras la agridulce encuesta de población activa del cuarto trimestre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que la caída de los salarios que se ha producido desde el año 2010 no ha sido suficientepara compensar la excesiva subida de los años anteriores, lo que según sus cálculos ha contribuido al aumento del paro.
Ese contraste social entre Alemania y España no solo se ciñe a los salarios. El Gobierno alemán acaba de aprobar la reforma de las pensiones acordada por la coalición que permitirá acceder a la jubilación anticipadamente a los 63 años para quienes hayan cotizado durante 45 años. La reforma, elaborada por la ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles, prevé asimismo mejoras para las madres y para las pensiones más bajas.
Para la aplicación del paquete se prevé un coste adicional de hasta 11.000 millones de euros anuales hasta 2030, que se financiarán con las propias reservas del seguro obligatorio de jubilación. Se espera que el paquete supere el trámite parlamentario en las próximas semanas, para que entre en vigor el próximo 1 de julio. En España, la edad de jubilación se ha elevado hasta los 67 años. Se aplica de forma progresiva, subiendo cada año un mes la obligación de cotizar.
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