Hemos llegado a un punto en el que ya da igual lo que se diga, lo 
importante es que quienes lo escuchen -la ciudadanía- crea, durante un 
rato, que es bueno y posible; evidentemente lo que la ciudadanía hará a 
continuación es asumirlo como verdad; durante un rato.
 No tiene importancia que ayer se dijese una cosa, hoy otra distinta y 
mañana otra diferente. Lo fundamental es que 1) se dice porque se exige 
que se diga, 2) quien tiene que aceptarla la acepta porque hay que 
cubrir un trámite, 3) cumple su función: armar un razonamiento que 
explique lo que sea conveniente.
 ¿La culpa es del Gobierno?. Sinceramente pienso que no. Ni este 
Gobierno ni cualquier otro de otro color que actualmente gobernase 
España, puede, pienso, hacer nada más que lo que le digan. España ha 
perdido toda capacidad de decisión y su Gobierno se halla cautivo de los
 compromisos que le obligaron a aceptar porque la alternativa era el 
KAOS, de España y de la UEM.
 España es un barco a la deriva en un mar de deuda total que no puede 
pagar, un barco que a lo único que puede aspirar es a pagar los 
crecientes intereses que la creciente deuda exige. En cinco años, según 
puede deducirse de las previsiones del Gobierno del reino del pasado 
Jueves, mañana ya veremos, el volumen de interese de la deuda se habrá 
incrementado el 30%, de 34,7 mM€ a 45,1 mM€. Insisto: según las 
previsiones de HOY.
 La deuda. Recordémoslo. En el primer trimestre del 2008 la deuda 
pública de España ascendía al 35,5% del PIB; cerró el 2011 en el 68,5%; 
el 2012 en el 94,2%; y llegará, en el 2016, según el propio Gobierno 
español, al 101,1%. Ya, ¿y por qué crece la deuda?, fundamentalmente 
porque España tuvo un saldo presupuestario en el 2009 del -11,2% del 
PIB.
 A partir de aquí, como el crecimiento anémico o negativo que España ha 
tenido junto al desempleo rampante que España está padeciendo, no ha 
permitido a España obtener los ingresos fiscales para cerrar la brecha 
presupuestaria existente. Las opciones (impuestas para permitirle a 
España seguir existiendo) han sido financiarla con deuda pública, subir 
los impuestos que se puedan, y recortes de gasto a lo bestia. Sigo 
insistiendo: pienso en opciones impuestas: el Gobierno de España ha 
operado al dictado, ha actuado por imposición. Por la troika o por el 
troiko, da exactamente igual porque da lo mismo.
 A España le aguarda una existencia pobre, anodina y triste. De 
postguerra. Quienes puedan se irán. Nacerá -si es que no existe ya- la 
figura del antiguo estraperlista, no venderá vales de gasolina ni cupos 
de chapa de acero en céntricos cafés, claro (aunque …) pero su figura, 
su imagen emergerá como símbolo de una España desigual y miserable en la
 que algunas minúsculas áreas podrán sobrevivir. Pero España continuará 
pagando los intereses de su deuda: lo dice su Constitución. ¿Por qué lo 
dice?, pues porque ya se aprendió de las resistencias y protestas que 
hubo en Latinoamérica en los 80 y 90. Latinoamérica: un buen ejemplo 
para los PIIGS (y no sólo): ¿cuál será el nivel de ‘economía informal’ 
(fabuloso concepto) de España en ese mágico 2016 en el que España y la 
Comisión dicen -HOY- que el déficit del reino equivaldrá al -2,7% del 
PIB? (¿Realmente lo creerán?).
 Porque ahí, en el déficit, está el tema: España dice que va a cerrar 
-HOY- el 2013 con un déficit del -6,5% (el 26 de Abril del año en curso 
iba a ser el -6,3%, y eso que España lleve meses recuperándose). 
Admitiendo que sea así, España ha de reducir 35.000.000.000 de déficit 
en tres años. Eso está firmado con sangre. Y ello asumiendo que España 
crezca lo que el Gobierno dice que va a crecer y que la Comisión Europea
 ha admitido porque tenemos que tener la fiesta en paz y los papeles se 
los lleva el viento: ya se irán haciendo ajustes según convenga, ajustes
 en el gasto y en los servicios, estatales, regionales, municipales. Y 
arañando los eurillos que se pueda a través de subidas de figuras 
fiscales o de la creación de nuevas: un poco el IVA por aquí, otro poco 
el IBI por allá, la viñeta para circular por vías sin peaje, más 
céntimos verdes, …
 Vale. España está fatal, casi terminal. Pero lo que me enciende es que 
se cuenten historias color pastel con aromas de caramelo. España hoy 
vive y seguirá viviendo durante muchisísimo tiempo, en ‘Grupo salvaje’ 
(Sam Peckinpah, 1969) no en ‘Pretty Woman’ (Garry Marshall, 1990). 
España está viviendo, y así seguirá durante mucho, mucho tiempo, ‘Quiero
 la cabeza de Alfredo García’ (Sam Peckinpah, 1974) y la cabeza, 
evidentemente, son los intereses de la deuda por lo que ya pueden 
deducir quien es Alfredo García.
 Historias. Miren el cuadro que viene a continuación:
 Señoras y Señores del Gobierno. Por favor, digan la verdad de una vez. 
No sugieran cosas que no serán porque no pueden ser ya que no está en su
 mano que sean. Y digan a la ciudadanía que el compromiso con mayúsculas
 firmado dice que los miembros del euro han de llegar a un déficit 
estructural del -0,5% y a una deuda pública del 60% en el 2020, que 
otros compromisos son acuerdos obligados; por nuestras circunstancias, 
claro, por nuestras circunstancias. Digan la verdad porque nadie se va a
 revolucionar: las revoluciones ya no están de moda. España tiene 
cáncer, ya es sabido, reconózcanlo. Así sabrá todo el mundo que lo que 
le viene encima es sólo la quimioterapia de rigor.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
No hay comentarios:
Publicar un comentario