"¿Por qué han tardado tanto algunas superpotencias en reconocer la
gravedad de los sucesos en Siria? ¿Se justifica el segundo baño de
sangre de las Bolsas en apenas una semana por la supuesta intervención
conjunta de EEUU-Inglaterra-Francia en territorio sirio? ¿Cuál es el
movimiento inicial: la guerra o la caída de la Bolsa? O dicho de otra
manera ¿por qué se han recuperado las grandes Bolsas del mundo después
de una gran contienda en los últimos trescientos años? En nuestra
gestora consideramos que la extensión internacional de lo que hasta
ahora es una Guerra Civil en Siria es una parte más del gran problema
que arrastra la primera Bolsa del mundo a raíz de las inyecciones
masivas de liquidez (QE) patrocinadas por la Reserva Federal de Estados
Unidos y el anuncio de que el grifo se irá cerrando de manera
progresiva. Esto ha provocado ya alzas severas en los tipos largos y
retrocesos, aún escasos, en Wall Street. Como siempre, la tormenta que
se cierne sobre Estados Unidos descarga plomo fuera de sus fronteras y
ha causado estragos, así, en los Emergentes y ¡cómo no! en pobrecitos
periféricos europeos, que, animados por algunas mejoras macroeconómicas,
han sacado pecho en la primera quincena de agosto. Poco ha durado la
alegría: en apenas una semana, los índices periféricos han vuelto a
morder la lona. Consideramos, por tanto, que en el ánimo de los actores
en los mercados pesa más en la actualidad el miedo a una catástrofe
bursátil en Wall Street, que los efectos colaterales de una intervención
militar en Siria liderada por Estados Unidos y al margen de la ONU", me
dice el CEO de una importante gestora de fondos.
Pero centremos hoy el tiro en las Guerras y en la posible extensión del
conflicto en Siria. De ser así ¿Cuál sería el impacto?: Roberto Ruarte,
Analista, Ruarte's Report escribía hace tres años, a propósito de los
conflictos entre China y Japón, que la manifestación de psicología
negativa más cruda que tiene el ser humano como conducta de masas, es la
guerra. Muchos consideran que con la evolución de la humanidad, se
debería haber aprendido de los errores y que con los múltiples
organismos mundiales liderados por la ONU, se deberían evitar estos
conflictos. Los países desarrollados se encuentran combatiendo el
terrorismo, pero también ha habido enfrentamientos entre países como en
Irak, Afganistán, Kuwait, Sudán, los Balcanes, entre otros. ¿Por qué las
naciones o las sociedades con los organismos respectivos no pueden
evitarla?
El comentario del premio Nobel de la Paz y actual presidente
estadounidense, Barack Obama dejó un mensaje polémico cuando dijo que en
determinadas circunstancias las guerras son necesarias.
Desde el análisis de los mercados existe una interpretación a esto: las fuertes caídas bursátiles duraderas en el tiempo, en muchas oportunidades han generado conflictos bélicos importantes.
Desde 1695 hubieron subidas en las bolsas que llevaron a la gran euforia de 1710-1720 que terminó con la fortuna del célebre Isaac Newton. El abanderado de la época de la razón, cayó en la codicia y la euforia de las grandes burbujas.
Desde 1720 hasta 1790 hubo una gran caída que duró prácticamente 70 años, y le quitó a los índices casi el 99% de su valor, o sea, entró en un gran ostracismo. Recién a partir de allí, se vio una gran recuperación.
Estos derrumbes crearon entre 1770-1815 años de guerras de independencia en América, la decapitación del rey de Francia y fin de la monarquía en ese país. En este último caso, en el que el pueblo muerto de hambre se abalanza sobre Versalles para luego ajusticiar al monarca, el rey, se puede apreciar el estado de crispación social, y cómo cuando llega a niveles muy altos desemboca en la peor de las manifestaciones: la guerra, el asesinato, la guillotina.
Luego, hubo un gran avance hasta aproximadamente 1838, donde se vivió una gran euforia, con 48 años de subidas para ubicarse en niveles muy similares a los de 17201. Allí sobreviene una caída que fue de cerca de entre el 70 y el 75% de su valor desde 1838 que, en realidad, fue una tendencia de ajuste que recién culmina hacia 1862.
Este descenso, que duró 25 años hasta que pudiera revertirse, fue el protagonista de la Guerra de Secesión en los EE.UU., que se produjo luego de la caída bursátil tan importante en el país.
Luego, sobrevino un nuevo y vigoroso avance desde 1862 hasta 1929 que desembocó en la gran euforia y burbuja financiera que llevó a la Bolsa de valores de 5 hasta niveles de 440 puntos.
Pero entre 1929 a 1932, el índice Dow Jones se derrumbó de 440 a 40 puntos entre 1929 y 1932, lo que generó la Gran Depresión de 1930 y desembocó en la Segunda Guerra Mundial, que culminaría en 1945.
La Bolsa de Nueva York subió dese 1932 hasta 1966 y su indicador de referencia alcanzó los 1.000 puntos por primera en su historia, aunque, en 1974 se desplomó hasta los 574, tiempos en los que sobrevino la guerra de Vietnam, que tuvo a los EE.UU. como protagonista.
Desde 1981, con Ronald Reagan como presidente, el Dow Jones comenzó una gran tendencia positiva y alcanzó los 2.750 puntos en agosto de 1987. Sin embargo, en octubre de 1987 cayó un 40% en tres días (conocido como Black Monday).
Pero recién en el derrumbe de 1990 se generó una recesión pequeña en los EEUU, junto con una rápida guerra: la de Kuwait. Para cuando los cazabombarderos arreciaron Bagdad, en enero de 1991, el índice ya estaba subiendo nuevamente.
El Dow Jones siguió con su meteórica alza hasta los 12.750 puntos y el Nasdaq alcanzó la marca de los 4.840 en marzo de 2000. Desde allí, los mercados se desplomaron hasta bien avanzado 2002 con pérdidas que rozaron el 30% para el primero y el 80% para el segundo.
Entre 2001 y 2003 se desató la lucha contra el terrorismo, donde el mundo presenció la caída de las Torres Gemelas (11 de septiembre de 2001), la guerra de Afganistán y, luego, la de Irak.
En el lapso que va desde 2007 hasta comienzos de 2009, ocurrió un nuevo derrumbe del Dow Jones, donde perdió casi el 60% de su valor en poco menos de un año y medio. Allí, no ocurrieron conflictos bélicos importantes, sólo escaramuzas como la de comienzos de 2009 en la franja de Gaza, entre Israel y Palestina.
Ahora, si hubiera una nueva caída en las Bolsas estadounidenses y mundiales hacia 2012 (no debe descartarse como ocurriera en la década del “˜70 o en la del “˜30), las posibilidades de conflictos armados serán altas.
Hay que estar atentos a los mercados ya que si se pusieran en una tendencia bajista que perdure en el tiempo más de un año o año y medio, es posible que haya nuevas escaramuzas y más aún si las pérdidas sobrepasan el 50%. La tensión puede desatar nuevas guerras de mayor escala que las que se vieron.
Si la recuperación de 2009, se frustra y se ven fuertes caídas hasta 2012, las posibilidades que los conflictos se presenten serán muy altas como lamentablemente ha ocurrido en los últimos 320 años de historia.
Extraído del libro El poder de los mercados, de Roberto Ruarte (editorial Turmalina)
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Moisés Romero
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