lunes, 25 de marzo de 2013

La crisis financiera enmascara una realidad aún más preocupante


La crisis financiera actual, o mejor dicho, las sucesivas crisis económicas que estamos viendo desde el 2000, nos están ocultando una realidad si cabe más preocupante: El potencial de crecimiento a largo plazo en los países desarrollados ha caído. Esto, que en principio podría parecer muy alejado a las preocupaciones corrientes de los ciudadanos, tiene repercusiones directas. Una de ellas, es que la tasa de paro estructural se ha elevado. En el caso español por ejemplo, algunos economistas defienden que la tasa de paro estructural del país se situará por encima del 15% cuando la crisis finalice.
La crisis enmascara esta realidad, existiendo la percepción general, que una vez finalizada, volveremos a crecer de forma consistente a ritmos promedio posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Eso no sucederá.
El Consejo de Asesores Económicos de Barack Obama recientemente analizó esta realidad aplicada a EE.UU., aunque sus argumentos pueden extrapolarse a Europa también. The Economist recoge las palabras de este Consejo de Economistas, y analiza los motivos porque tras la peor recesión desde la Gran Depresión, las tasas de recuperación son tan exiguas.
Milton Friedman comparó una vez el ciclo económico a una cuerda elástica estirada sobre una tabla. Según estires la goma, así será el retroceso posterior. De manera similar, la profundidad de una recesión condiciona la fuerza de la recuperación. Pero las últimas experiencias en EE.UU. (y Europa), no están de acuerdo con la afirmación anterior. A pesar de que hemos asistido a la recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial, la recuperación ha sido decepcionante. En los tres años transcurridos desde el final de la recesión a mediados de 2009, el crecimiento promedio ha sido del 2,2%, apenas la mitad de la media del 4,2% de las siete últimas recuperaciones.
En parte esto ha sido debido a que las recuperaciones de las crisis financieras se han enfrentado a mayores dificultades. Los consumidores están demasiado endeudados, las empresas no pueden o no quieren gastar, un sistema bancario dañado ahoga el crédito. Sin embargo, en su informe económico anual, publicado el 15 de marzo, el Consejo de Asesores Económicos de Barack Obama, sostiene que esta no es toda la historia. El modelo supone que tras una recesión, la economía vuelva a una tasa de tendencia subyacente de crecimiento que está determinada por la oferta de trabajadores, de capital y de tecnología. Los economistas de Obama argumentan que la tendencia es ahora mucho menor que en el pasado. La recuperación, entonces, no es tan decepcionante, como a menudo es descrita, sino que los estadounidenses han puesto sus miras demasiado altas.
La idea de que el potencial de crecimiento de Estados Unidos ha caído no es nueva. Algunos economistas afirman que la crisis ha minado el ánimo de las empresas innovadoras para financiar y educar a algunos trabajadores, cuyas habilidades se han atrofiado por largos períodos de desempleo. El Consejo de Obama sin embargo, presenta un argumento diferente: la tendencia a la baja se inició antes de que la recesión comenzara.
El informe cita tres estimaciones para explicar esta débil recuperación. La primera de ellas, que se publicó en 2012 por James Stock de la Universidad de Harvard y Mark Watson de la Universidad de Princeton, se deriva de la tasa de crecimiento potencial de Estados Unidos a partir de las medias de largo plazo de variables como el empleo y la productividad. Este enfoque llega a la conclusión de que el 80% de la diferencia de los dos puntos porcentuales menos en el crecimiento en relación con otras recuperaciones, es causada por un menor potencial.
El Consejo de Economistas de Obama también estima esa caída en el potencial de crecimiento mediante el uso de una media a largo plazo de la producción real ajustada por el ciclo económico. Sugieren que el menor potencial de crecimiento representa un poco más de la mitad del déficit.
La tercera estimación la realizó el año pasado la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO). Utilizó el crecimiento subyacente de la mano de obra, el capital y la "productividad total de los factores" (PTF), un indicador que captura la eficiencia con que se utiliza el capital y el trabajo. La CBO justificó en este hecho las dos terceras partes del déficit de crecimiento actual. Usando las estimaciones de la CBO, la economía tendría que crecer sólo un 2,9% en la actualidad. Esto es mejor de lo que los EE.UU. están creciendo, pero muy lejos del 4,2% de media, o del 5,8% registrado tras la peor recesión anterior en 1981-1982.
El menor crecimiento potencial podría ayudar a responder a un enigma: ¿por qué ha disminuido el desempleo más allá de lo que la Reserva Federal o la Casa Blanca esperaban, a pesar de que la economía haya crecido tan lentamente? Desde finales de 2007 la población mayor de 16 años ha crecido en 11,6 millones personas y la fuerza laboral (los que estén trabajando o buscando trabajo) ha crecido sólo 1,6 millones. Como resultado, la fuerza laboral frente al total de la población ha caído del 66% al 63,5%, el nivel más bajo registrado en más de 30 años. Si los otros 10 millones quisieran trabajar pero simplemente no están buscando trabajo, sin duda se deberían incluir entre los desempleados. Pero, en realidad, sólo una quinta parte de ellos dicen que quieren trabajar.
El consejo de la Casa Blanca reconoce que la demografía está impulsando esta caída. La participación en la fuerza laboral es más alta entre los 25 y 54 años, si el porcentaje de la población menor de 25 años o mayores de 54 crece, arrastrará hacia abajo las tasas generales de participación. Para demostrar esto, el consejo construyó una tendencia en la tasa de participación, mediante la estimación de una tasa por cada grupo de edad y sexo, y luego la utilizó para calcular los cambios en la participación total ante cambios en cada grupo de población. A principios de 1980, cuando los “baby-boomers” y las mujeres entraron en el mercado laboral, esta tendencia en la tasa de participación aumentó en casi dos puntos porcentuales. En los últimos cinco años, cuando la generación de la posguerra comenzó a retirarse y la participación de las mujeres se estabilizó, se ha reducido en un punto. En ambos períodos, la participación real fue de alrededor de un punto porcentual menor que la tendencia, gracias a la influencia de una economía débil.
Esta explicación deja algunas preguntas sin respuesta. Incluso después de considerar los cambios demográficos, la participación de los hombres de entre 25 y 54 ha caído en  la última década de una forma mucho más pronunciada en Estados Unidos que en otros países ricos. Eso sugiere que Estados Unidos hace un pobre trabajo pobre por mantener a los desempleados, especialmente a los no calificados, en la fuerza laboral.
De cualquier forma, una menor participación no puede explicar totalmente la desaceleración del potencial de crecimiento. En otro artículo, John Fernald de la Reserva Federal de San Francisco divide el crecimiento potencial en componentes individuales -mano de obra, el capital y la PTF- y llegó a la conclusión de que el crecimiento en la productividad laboral y la PTF comenzó a ralentizarse antes de que se iniciara la recesión. El PTF en particular ha sido anémico desde 2003, que es cuando el impacto que Internet tuvo sobre la productividad empezó a desaparecer. John Fernald piensa que la tasa de crecimiento potencial de EE.UU. a largo plazo puede ser ahora sólo del 2,1%, en comparación con el promedio del 3% en los 20 años anteriores a la recesión.
lacartadelabolsa

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