Desde el 2008, ya pero es desde hace un poco más de un año y sobre todo
 desde hace seis meses cuando el tema ha saltado a la calle con toda su 
violencia. Coincidiendo con el aumento del desempleo, con las 
previsiones a peor que organismos y entidades de todo el planeta están 
elaborando para la economía española, con la aprobación -con mayoría 
absoluta- de unos Presupuestos que son irreales porque están basados en 
un punto de partida imposible, con la certeza de que tales Presupuestos 
van a ser rehechos por los MiB en cuanto quien tiene que dar la luz 
verde para que se ponga en marcha el segundo rescate parcial del reino 
la de.
 Las revoluciones ya no están de moda por lo que ninguna va a haber, 
suceda lo que suceda, si; y no será por las medidas represivas que los 
cuerpos de seguridad del Estado y de Gobiernos regionales desarrollen, 
no, sino porque ahora no existe un caldo de cultivo revolucionario por 
la sencilla razón de que las ideologías se han ido con el viento. Las 
revoluciones no están de moda, pero la ciudadanía cada vez se siente 
peor porque cada vez está peor teniendo en cuenta que hasta hace cuatro 
días le decían que todo iba de cine. ¡Pero si hasta el Sr. Ministro de 
Hacienda dijo en el Parlamento cuando la ‘discusión’ parlamentaria de 
los Presupuestos que los actuales iban a ser los del ‘fin de la 
recesión’!.
 La ciudadanía está hasta allí de que sus ingresos cada vez den para 
menos, porque, no nos engañemos, el problema de España y de las 
españolas y españoles es de ingresos, no de gastos. Pienso que la 
inmensa mayoría de la población estaría de acuerdo en que ‘vale, no me 
puedo cambiar el Audi cada año ni cada año puedo ir a esquiar a Cortina 
d’Ampezzo, pero es que tengo que comprar los yogures por unidades y no 
sé si me va a llegar para pagar la hipoteca’. Ese es EL problema: que 
los ingresos medios de la gente media -de la ‘clase media’- ya no dan 
para lo esencial. Ahora añádase aquí todo lo que se quiera.
 Ingresos. El 16,9% de la población mayor de 65 años es pobre, lo es el 
21% de las personas con edades comprendidas entre 16 y 64 años, y el 
26,5% de la menor de esa edad. Pobreza: está perfectamente delimitado lo
 que es la pobreza: unos ingresos anuales por todo concepto menores al 
60% de la renta mediana. ¿Cuánto es eso? 7.818 euros anuales para un 
adulto, 10.163 para un adulto y un menor, 11.727 para dos adultos, 
14.072 para dos adultos y un menor, 16.418 para dos adultos y dos 
menores; son datos recientísimos de Cáritas, y lo son para toda España, y
 sí, ya sé que el nivel de precios no es igual en Roses, Girona, que en 
Algeciras, Cádiz. (Deberes: dividan las cantidades anteriores entre 12 y
 verán lo que sale).
 Pero lo peor no es eso. En 1997, cuando ESP empezaba a ‘ir bien’, la 
tasa de pobreza global era del 20,1%; en el 2006, cuando cualquiera 
podía acceder a la vivienda de sus sueños, lo era del 19,9%; el año del 
crash, el 2010, del 20,7%, y en lo que llevamos del 2012 lo es del 
20,7%. En ESP la tendencia de la pobreza nunca ha inflexado, y a la vez 
se han destruido a decenas de miles puestos de trabajo con 
remuneraciones suficientes; ya, ya, con remuneraciones de boom 
insostenible, pero eso al PIB del momento no le importa en absoluto. Y 
no: sobre todo esto nunca jamás ningún político de ningún color ha dicho
 nada en absoluto.
 Ahora, como ESP está mal, muchas de esas personas no pueden pagar las 
cuotas de las hipotecas que se les concedieron cuando ESP iba bien a fin
 de que fuese mejor, y eso es algo que va a seguir porque ESP va a peor.
 Pienso que el tema de los impagos de hipotecas se ha enfocado mal, y no
 me estoy refiriendo a cambiar ninguna ley promulgada en 1909 porque 
cuando esas hipotecas fueron solicitadas y concedidas unos y otros 
sabían lo que iba a pasar si se impagaban, y si no se sabía tenía que 
haberse informado y preguntado. Pero la situación peor es aquella en la 
que alguien tiene toda la razón y quienes tiene enfrente no tienen 
ninguna; ¿por qué?, pues porque entonces muchos pierden y nadie gana; 
aunque parezca que sí; máxime cuando lo que ahora está sucediendo con 
los desahucios estaba, en el 2008, más que visto que iba a suceder. Y 
sí, como en muchas situaciones el tamaño es importante: aunque en el 
fondo lo sea, no es lo mismo que anualmente se desahucien a 1.000 
familias que a 10.000.
 Pienso que Bancos + Autoridades + Constructoras + Asociaciones de 
consumidores + Entes locales, tenían que haber diseñado algún 
procedimiento. Simplifico todo: si una familia debe un capital más 
intereses de X a pagar en 30 años y no puede pagar X/360 al mes, pues se
 prolonga el plazo los años que sea necesario, a un interés mayor, se 
compensa con fondos públicos a la entidad financiera en cuestión, y 
punto pelota. Hubiese salido muchísimo más barato y el Banco Malo, S.A. 
podría, incluso, no haber existido (o haber estado limitado 
exclusivamente a terrenos), las viviendas por acabar se hubiesen 
terminado y se hubieran evitado esos esqueletos inútiles que jalonan la 
geografía de ESP. ¿Las segundas residencias?, pues se alquilan por 
temporada: al menos algo se hubiese sacado: ahora se están pudriendo.
 Y lo mejor: se hubiese evitado esa tragedia de los desahucios.
 Ahora Uds. se preguntarán porqué no se ha hecho nada de nada en un 
sentido como este. Pues deduzcan, que para eso son Uds. muy 
inteligentes.
 (El del fondo pregunta (hacía tiempo que estaba callado): ‘¿Y quienes 
no pueden pagar nada de nada?’. Primero concentrémonos en los primeros).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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