El Gobierno está preparado para pedir el rescate a la Eurozona. La
decisión está tomada y la solicitud formal podría producirse antes
incluso del fin de semana. Según informa Reuters, citando a fuentes
oficiales europeas sin identificar, el Ejecutivo habría transmitido a
las autoridades de la UE su disposición a activar ya el mecanismo de
ayuda de la Eurozona, para que el Banco Central Europeo pueda comprar
deuda soberana. "Los españoles se habían mostrado algo reticentes, pero
ahora ya están listos para pedir la ayuda", asegura, según la agencia,
un alto funcionario europeo.
No obstante, la petición podría verse frenada por las dudas del
Gobierno alemán. Angela Merkel teme toparse con problemas para sacar
adelante en el Parlamento la nueva inyección de dinero.
Fuentes del Gobierno consultadas por este diario sostienen que "no hay
nada decidido" y que de momento no sienten una sensación de urgencia
para pedir el rescate, según informa Javier. G. Gallego. "Lo prioritario
ahora para España es que se cumplan los acuerdos de la última cumbre",
señalan en Moncloa en referencia a la creación de un supervisor bancario
único que facilite la recapitalización directa de la banca, entre otros
acuerdos alcanzados el pasado junio.
En cualquier caso en el Ejecutivo existe la convicción de que si pide
el rescate las condiciones que impondrá el Eurogrupo no serán duras
porque prácticamente todas las recomendaciones de Bruselas ya han sido
adoptadas en las últimas reformas económicas. Eso sí, existe la
preocupación de que algún país pueda frenar el rescate, si finalmente se
solicita, en sus respectivos trámites parlamentarios, tal y como ha
publicado este lunes El Mundo.
Según fuentes del Ejecutivo, existe el riesgo de que España pida la
ayuda y ésta quede bloqueada por la negativa de ciertos países a
concederla. En ese caso, el problema podría ser irreversible ya que la
ayuda del BCE quedaría paralizada por una cuestión de política nacional.
De forma muy gráfica un alto funcionario de Moncloa explicaba la semana
pasada que "existe un extintor para apagar el incendio pero quizá el
cristal que hay que romper para acceder a él es demasiado duro".
En la Eurozona hay siete países que están obligados por ley a someter
cualquier ayuda del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) a la
aprobación de sus respectivos parlamentos. Son Alemania, Italia,
Holanda, Finlandia, Estonia, Eslovenia y Malta, que entre todos suman un
53,22% de los derechos de voto del nuevo fondo de rescate permanente
que ya ha entrado en vigor.
Según el Tratado, que regula este mecanismo, cualquier asistencia
financiera que solicite un Estado miembro debe ser aprobada por
unanimidad. Aún así, existe la posibilidad de actuar de urgencia "cuando
la Comisión Europea y el BCE concluyan que la no adopción de forma
urgente de una decisión para conceder o aplicar una asistencia
financiera [...] amenazaría la sostenibilidad económica de la zona
euro". De esta forma sólo sería necesario contar con el 85% de los votos
expresados. Es decir, en la práctica sólo Alemania (con un 27,14% de
los derechos de voto), Francia (20,38%) e Italia (17,91%) tienen por sí
mismos capacidad de veto.
España necesitaría contar con el respaldo de estos tres países y dos de
ellos –Alemania e Italia– tienen la obligación de someter el rescate a
la aprobación de su cámara baja. El caso de Alemania es especialmente
delicado porque cada vez le está costando más al Gobierno de Angela
Merkel obtener el visto bueno de la oposición e incluso de algunos
socios de coalición.
Merkel pidió a su colega italiano, Mario Monti, que frenara cualquier
petición de ayuda para ganar tiempo en el Parlamento. Y lo mismo ha
tratado de hacer con España a través de varias insinuaciones públicas de
su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. La intención de Berlín es
hacer coincidir los rescates de Chipre, España y, quizás, Eslovenia para
evitar un excesivo desgaste político y el riesgo de que el Bundestag
tumbe alguno de estos programas de ayudas.
Con el respaldo parlamentario de los tres grandes países España
obtendría ya el 65% de los derechos de voto, pero necesitaría el
respaldo de más países. Por ejemplo, le bastaría con que Bélgica, Grecia
y Portugal apoyasen también el rescate. Estos tres países deben hacer
una consulta al Parlamento, pero no someterlo a aprobación. Así, España
podría obtener el rescate con el apoyo de sólo seis países (sin
incluirse a sí misma) aunque Finlandia y Holanda lo rechazaran en sus
parlamentos, algo que parece probable dadas las reticencias de ambos
países a gastar más dinero en ayudar a sus socios.lacartadelabolsa
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