El pasado día 1 de Octubre, en su Pág. 18, El País publicaba un
artículo de esos que hacen meditar larga, muy largamente. Su título era
harto significativo: ““Que se vayan todos”, sin distinción”. Léanlo, de
verdad.
El 25 S hacía poco más de diez meses que un partido político había
ganado unas elecciones de forma apabullante, totalmente arrolladora, que
había arrasado, vamos, y sin embargo, como bien detalla el texto la
ciudadanía está en contra de los representantes que eligió: tanto de los
del partido que ganó como de los que perdieron. Cierto, podría
argumentarse que en Madrid no estaban frente al Parlamento todas/os
aquellas/os que votaron el 20 N, pero las distintas encuestas que se han
ido publicando lo constatan claramente: el desencanto crece contra
todos los políticos. ¿Por qué?.
La Democracia, no hay que olvidarlo nunca, nació por evolución y por
necesidad. Aquella burguesía del XVIII con creciente poder económico
necesitaba que las medidas de política económica y de política-política
dejaran de depender de los caprichos de un rey sin talla y de una
cohorte de validos, pero necesitaban que alguien liquidase físicamente
esa estructura, y, ¿quién mejor que un pueblo mísero, oprimido y sin
futuro?.
Cierto: durante siglo y medio esa burguesía machacó, y mucho, a ese
pueblo que le ayudó a cortarle el cuello al rey, pero tras la Depresión
volvió a necesitarle, y esta vez el ofrecimiento fue total: ‘No sólo
empleo y salario te daré sino que te lo daré indefinidamente y en
permanente aumento, y además te daré capacidad de compra infinita, y
además elegirás a quienes te gobiernen’.
Y aquella promesa se cumplió, y la Democracia se expandió. La máxima
manifestación de la Democracia fue un binomio: votar con absoluta
libertad a quien se quería y poder acceder a un BMW; y ambas cosas
fueron posibles; y España fue bien y la Democracia también fue bien.
¿Hubiese sido imaginable un 25 S en el 2006?. ¡En absoluto!. En el
2006, dándose todos los actos de corrupción política presuntos y ya
juzgados, no se intentó rodear ningún Parlamento … porque los políticos
elegidos estaban haciendo las cosas muy bien y el Gobierno también
porque se crecía tenaz e imparablemente. ¿Recuerdan lo que decía en el
2006 la que entonces era la oposición y los argumentos que utilizaba?.
Consulten las hemerotecas.
El error terrible ha radicado en creer que la Democracia que conocemos
iba a permanecer inalterada en ausencia de lo que la acompañó durante
estas décadas pasadas: la mejora continuada y permanente en el estándar
de vida de una población que siempre quiere más porque constantemente le
han estado diciendo que lo bueno era querer más. Cuando ya no ha sido
posible acceder al BMW y cuando la ciudadanía ha sido consciente de que
esa posibilidad no va a volver jamás, el elemento por antonomasia que
perfila la Democracia, el Parlamento, ha sido cuestionado: el “Que se
vayan todos” era para todos, incluido el Gobierno: ‘Que se vayan todos
porque nos han engañado: no tenemos presente y nos han quitado el
futuro’.
El BMW: el símbolo: un empleo, el colegio de los niños, la atención de
la abuela, la pensión y las vacaciones, la hipoteca, Navidad y Reyes. De
golpe todo aquello se ha acabado y las voces que se lo habían anunciado
son las que se lo están quitando. La ciudadanía no ha leído a Locke ni a
Voltaire y no entienden la filosofía que subyace en la Democracia ni
saben porqué ha sido tan necesaria la democracia. Pero saben muy bien de
ese binomio antes referido, y perciben que lo han perdido; y si un
binomio pierde uno de sus miembros deja de ser tal.
Perdido el acceso al miembro que a ‘Democracia’ acompañaba en el
binomio es como si se hubiese entrado en la deconstrucción de un
presente y que lleva a aquella situación en el pasado que Joan Manel
Serrat magistralmente reflejó en “Temps era temps”, una situación de la
que cuando el autor publicó su canción se estaba saliendo (*).
‘Democracia’ quedó entendido como equivalente de ‘ir a mejor’. ‘Si ahora
se está yendo a peor y a peor se va a seguir yendo, ¿qué simbolizan
esos a quienes elegimos democráticamente para que nos guiaran hacia una
vida mejor?’
Es decir, ‘¿para que queremos a unos políticos que nos conducen a la
miseria y que no saben o no pueden revertir esta situación que nos
ahoga?’; ‘¿para qué queremos a unos políticos que no saben o no pueden
hacer regresar las cosas a como estaban antes de que se produjese este
desastre?’. Ahí, pienso, radica el trasfondo del 25 S. Si esta noche la
Tierra fuese bañada por un rayo lanzado por una civilización
extraterrestre y España y el mundo volviesen a una situación económica y
social idénticas a las existentes en el 2006, ¿qué creen que diría la
población si fuese preguntada en las encuestas?, ¿creen que se
produciría otro 25 S?.
(Ya: juego con una carta marcada: el pasado puede repetirse, pero nunca
de la misma manera; pero para el caso pienso que tanto da).
(*) Aquí, tras la letra en catalán, tienen la traducción al castellano de la canción mencionada: http://www.moragrega.com/serrat/letras/talcom.html#tema1. Y aquí, si les apetece, la interpretación de la canción por su autor: http://www.youtube.com/watch?v=bS21N-PzUHc.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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