Los mercados se dispararon la semana pasada después de que el Banco
Central Europeo anunciara su nuevo plan de compras de bonos (denominado
como OMT por su sigla en inglés). Muchos estrategas de Wall Street han
expresado un cauto optimismo desde que el presidente del BCE, Mario
Draghi, reveló los detalles del programa de rescate diseñado para
reducir los costos de endeudamiento del Gobierno español e italiano.
El estratega de Morgan Stanley Laurence Mutkin es uno de ellos - por lo
menos, por ahora. En una nota titulada OMT - OMG, que recoge Matthew
Boesler, Mutkin escribió que el nuevo plan del BCE proporciona un
"potencia de fuego suficiente" para reducir los tipos de los bonos en
España - más o menos como lo que el BCE desea - pero sólo por un tiempo.
Mutkin también dijo a sus clientes que, a largo plazo, es "muy
probable" que las "Transacciones Monetarias Directas" (OMT) anunciadas
por el BCE serán recordadas como otra terrible idea concebida por las
instituciones europeas encargadas de sofocar la crisis del euro.
Como tal, el OMT probablemente profundizará la recesión en Europa, según Mutkin:
La paradoja del ahorro soberano
Ciertamente, las perspectivas a corto plazo de los rendimientos de los
bonos periféricos han mejorado en gran medida por el impulso del OMT.
Pero nos preocupa que, tomadas en su conjunto, la arquitectura en torno
al programa OMT es pro-cíclica y por lo tanto potencialmente
contraproducente.
La condición previa para la activación de la OMT es que el país en
cuestión pida la entrada en el programa EFSF/ESM. Si el pasado sirve de
guía, para ello será necesaria más austeridad fiscal. Una política
pro-cíclica - de nuevo, si la experiencia es una guía (por ejemplo,
Portugal, Grecia) - es muy probable que profundice la recesión y así
empeore la sostenibilidad fiscal del país afectado. Una forma (tal vez
exagerada) de expresarlo sería decir que la condición previa para la
asistencia del OMT sería inscribirse en un plan que exige un "acantilado
fiscal", del tipo que los inversores en EEUU tienen tantas ganas de
evitar.
Exigir austeridad fiscal a cada país del euro con las perspectivas
económicas tan débiles también podría reducir las perspectivas de
crecimiento para la economía de la eurozona en su conjunto, que provoca
lo que Keynes llamó la paradoja del ahorro, pero a nivel soberano.
Así que el riesgo es que el paquete OMT, en su conjunto, podría
mantener los peligros a largo plazo para la deuda soberana, aunque es
sin duda una buena noticia en el plazo más cercano.
Ciertamente, el OMT y la arquitectura que lo rodea, aunque es un gran
paso hacia la reparación del mecanismo de transmisión monetaria, no es
en sí mismo una medida de estímulo económico. Así que el panorama
económico seguirá siendo sombrío.
Fuentes: Morgan Stanley
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