Irse fuera, irse fuera porque aquí las cosas están muy mal. Unos días
atrás un lector me remitió un mail. Iba de esto, claro, y enlazaba con
otra charla anterior que habíamos tenido.
“Hace unos meses le envié un email comentándole mi intención de irme a
Inglaterra. La cuestión es que me gustaría comentarle cual es mi
situación actual. Le pongo en antecedentes porque, obviamente, no me
recordará. Soy el típico joven menor de 30 años muy formado (carrera y
máster) que harto de no encontrar trabajo (en NADA) decide coger las
maletas.
Para no aburrirle le explicaré muy brevemente mi experiencia. Me vine
con las maletas, una delante y otra detrás, a la aventura (pero con
dinero mas que suficiente "en el bolsillo"). Llegué el día 22 de
Febrero, una vez encontré alojamiento, el dia 29 empecé a buscar
trabajo, y el día 6 me llamaron para una entrevista como camarero en un
hotel (lo típico). El día 7 tenía trabajo. Exactamente 7 días en
encontrar algo. Desde entonces me han llamado de otro hotel y de una
tienda de electrónica, entrevistas a las que ni siquiera fui porque lo
que me ofrecían era peor que mi trabajo actual.
Lo que he podido observar en este mes es la ENORME FLEXIBILIDAD que
existe aquí, gente con 2 trabajos de 4 horas en dos sitios diferentes,
gente con hijos que solo trabaja por las mañanas o noches, otra gente
que trabaja fines de semana...”
Mi respuesta fue:
“En USA ocurre exactamente lo mismo, pero más: hay personas que tienen
hasta seis empleos, todo temporal, todo a tiempo parcial, nada fijo. ¿No
ha encontrado absolutamente nada si quiera algo en línea con su
formación?. Pienso que hoy irse a-ver-que-encuentro es complicado porque
en todas partes la oferta de trabajo es superior a la demanda,
fundamentalmente en los empleos de valor”.
Y su re-respuesta:
“Mi formación es Licenciado en Derecho económico-empresarial por
(nombre de una universidad española) y un Master en Banca, Finanzas y
Seguros por (nombre de iotra universidad española distinta a la
anterior). En el tiempo que llevo aquí, un mes escaso, no he buscado
nada relacionado con mi formación, ya que primero necesito adquirir un
buen nivel de ingles que me permita poder competir de "tu a tu" con
personas inglesas en una entrevista. Por eso mi objetivo prioritario a
corto plazo es mejorar el idioma.
Usted siempre recomienda no "irse a la aventura" y en gran medida estoy
de acuerdo con usted, porque es complicado. El problema es que cuando
ya no queda otra salida (como es mi caso) hay que arriesgarse porque no
puedo estar con 27 años en España, sin encontrar trabajo (en nada)”.
Bien. De este cruce de mails pueden sacarse varias cosas. Una
fundamental, ya conocida, y orientada a los jóvenes: hay que saber
Inglés, sí o sí. Otra también sabida: que una formación, aunque sea
completa no es suficiente para desempeñarse profesionalmente en
lo-que-es-de-uno si no va a acompañada de algo más: de un algo que
constituya un hecho diferencial: experiencia, lo que sólo puede lograrse
si se obtiene durante los estudios de eso que va a ser lo-de-uno; una
experiencia que permita moverse con soltura en el entorno, que demuestre
que la persona conoce la calle. Y otra más: contactos; algo
megasuperultrafundamental, contactos que no facilitan despachos que sólo
abren puertas, algo que hoy es más que mucho.
Y recordando que, en prácticamente todo, la oferta de trabajo es superior a la demanda.
En relación a esto: el irse fuera, un lector me remite un texto publicado en Diagonal.net el 20.09.2011. Aclarador, revelador:
“Entre 2008 y 2010, 110.000 personas emigraron desde España en busca de
trabajo. La Cámara de Comercio Alemana (Deutsche Handelskammer)
organizó en junio un acto informativo para jóvenes licenciados españoles
sobre las posibilidades laborales en Alemania. Unos 250 ingenieros
españoles participaron en las jornadas. El investigador social Lars
Niggemeyer señala que en mayo había 22.000 ingenieros alemanes en paro.
Esa cifra está por encima del número de ofertas. Es por eso, asegura,
que no hay necesidad general de trabajadores cualificados, sino un
desempleo masivo y una demanda de expertos en determinados ámbitos, “En
casi todas las profesiones hay más parados que puestos libres“, concluía
Niggemeyer.
Karl Brenke, del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW,
por sus siglas en alemán), a su vez, señala que no existe ninguna
necesidad de trabajadores extranjeros, excepto médicos y
electrotécnicos. Lo que hay detrás de este llamamiento, para Brenke, es
un deseo de las empresas alemanas de que haya más candidatos para
decidirse por los más baratos. El matemático español (nombre y apellido)
también se ve afectado por esta precariedad: “Si yo, que soy matemático
y trabajo en el sector de la informática, solamente encuentro Minijobs o
empleos temporales, está claro que en otras áreas menos cualificadas es
lo único que se puede encontrar ahora mismo”.
También los profesionales alemanes emigran al extranjero. En Alemania
viven 15 millones de personas con historias familiares de migración.
Unos 40.000 alemanes de origen turco emigraron a Turquía el año pasado.
En los últimos 20 años, un 0,7% de la población alemana emigró al
exterior”.
¿Por qué cuando se cuentan películas casi nunca se explican completas?.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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