Al final el tiempo nos ha acabado dando la razón a los poquísimos que
decíamos que el problema del subsistema financiero español no era de
liquidez, sino de solvencia; problema que, pienso, afecta a otras muchas
entidades financieras del planeta, y ello, básicamente, por una simple
razón: porque prácticamente nadie puede pagar todo lo que debe.
Referido el tema a España la cuestión se traduce en un tema de
confianza: no se confía en el subsistema financiero español porque no se
confía en las entidades que lo forman: la pregunta que he formulado en
otras ocasiones: ¿cuántas bankias hay en España?, en un estado parecido a
Bankia, mayor, o menor; es decir: ¿cuál es el estado REAL de las
entidades financieras españolas?; y el de las francesas, y el de las
alemanas, y el de las belgas, y …
Pienso que lo más urgente es saber dónde estamos, pero de verdad de la
buena, a fin de hacer lo que sea conveniente hacer: A continuación
expongo lo que, pienso, debería hacerse en el subsistema financiero
español. (No, buscar culpables y responsables no lo está en la lista de
cosas urgentes a hacer: no lo he escrito, y no porque lo diga el Sr.
Presidente del Gobierno, sino porque hoy eso no es importante: saber las
burradas que pudieron hacer los órganos rectores de un banco sólo sirva
para distraer, pero no resuelve absolutamente nada; habrá que
investigarlo, y depurar lo que haga falta, pero después).
De entrada habría que hacer una lista por entidad financiera de toda la
porquería que cada entidad tiene, es decir, hacer una lista de sus
activos: todos; escribir al lado su valor contable y más a la derecha el
valor de mercado. También, por entidad, habría que hacer una lista de
lo que cada entidad debe y a quien se lo debe. Y, así mismo por entidad,
calcular una probabilidad de impago de cada crédito concedido en
función de las características y circunstancias de cada deudor.
Como lo que entra menos lo que sale más lo que se queda es lo que
cuenta, y si al aplicar a esta máxima a lo anterior no sale algo
conveniente, esa entidad financiera debería ser intervenida, pero no por
el Banco de España, sino por el Banco Central Europeo ya que de él
deberá venir la ayuda o la liquidación, siendo el Estado, en este caso
el español, quien debería garantizar la totalidad de las cifras que
constituyen los saldos de los depositantes, para lo que, entiendo,
debería pasarse a una intervención de depósitos que afectaría a su nivel
y forma de disposición: lo fundamental es que cada persona sepa que su
saldo, nadie se lo va a tocar y que no lo va a perder.
Posteriormente tendría que entrarse entidad por entidad a fin de
reestructurarla, reorganizarla, limpiarla, fusionarla, o cerrarla; y eso
lo debería hacer el BdE siguiendo las instrucciones del BCE. Es muy
importante que ese procedimiento se lleve a cabo en toda Europa con
idénticos criterios.
Supongo que habrán deducido que para proceder de tal modo es
fundamental que se lleve a cabo una investigación que llegue hasta el
fondo del fondo, hállese este donde se halle, y pasando por encima de
quien haga falta pasar, sea un ordenanza o el mismísimo presidente de la
entidad.
Pienso que con estas medidas de choque -luego se iría a los flecos:
valor bursátil, etc.- se evitarían los dos eventos que hay que evitar a
toda costa: que quiebre un solo banco y que se formen colas delante de
las oficinas bancarias.
Después vendrá una época triste, pero es que tras la administración de
una quimioterapia y mientras se aplica, lo que sucede no es agradable,
por ello lo que debe marcar el rumbo es el objetivo: curar el cáncer.
Y sí: después de esto nada volverá a ser igual, pero es que después de la Depresión nada fue igual a como había sido antes.
@sninobecerra
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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