Crisis sistémica: cambio de modelo. Abiertamente se admite ya que
esto-no-va aunque aún falten cosas por admitir: en Europa; en China y en
Latinoamérica, algo; pero todavía no con respecto a USA. Nadie habla ya
de decoupling: algo es algo que es mucho; y lo mejor: gentes que ayer
dijeron que digo era lo correcto, lo óptimo, ahora dicen -como si
siempre lo hubiesen dicho- que es Diego: algo es.
La salida: es en lo que menos se ha avanzado. Las soluciones: ‘decíamos
ayer’. Se continúa haciendo según un manual que ya está superado porque
la realidad hace imposible sus recetas. Ya no es posible ir-a-más
porque es imposible; luego hay que ir a lo-posible. Y lo posible es
tener menos, hacer menos, obtener menos; y no, no es un decrecimiento,
es un no-crecimiento según los parámetros que aún son los nuestros.
De la Depresión se salió yendo-a-más porque era lo lógico: si todo el
mundo tiene poco y existe la posibilidad de que haya mucho de todo,
diseñemos un modelo para que todos tengan cada vez más; y funcionó
mientras los recursos no escasearon, mientras el exceso de capacidad
productiva era un mero supuesto teórico, mientras ‘ocupación del factor
trabajo’ y ‘aumento del PIB’ fueron de la mano, mientras la capacidad de
endeudamiento podía seguir creciendo. Cuando todo eso cambió …
Saldremos de esta, ¡claro!, pero saldremos diferentes a como entramos y
haciendo las cosas de una manera totalmente distinta. Ni se puede
continuar consumiendo de todo como se consumía, ni intentando maximizar
la capacidad productiva con que se cuenta, ni ocupando a toda la
población activa que se pretendía, ni soñando que se puede ser lo que se
quiere cuando se quiere y donde se quiere.
La salida, pienso, será por la parte de abajo. Liquidando capacidad
productiva, siendo muy eficientes, fabricando y consumiendo lo
necesario, ocupando a quien se necesite, adecuando fielmente oferta y
demanda: ¿Una nueva Ley de Say?: ‘Toda oferta y demanda se adecuan’. Y
sobre todo: coordinando, colaborando, acordando, aunando criterios y
esfuerzos.
Resumen del resumen: ‘Lo necesario es lo importante’; ‘El individuo es
importante en función de lo que aporte al grupo’. Nada que ver con lo
hasta ahora vivido, con el mensaje distribuido, con el objetivo buscado,
¿verdad?. ¿Detrás de eso?, pura necesidad, es decir, escasez; no
piensen en otras cosas.
El resto para llegar ahí ya son sólo los flecos: la deuda que no se
puede pagar, la volatilidad bursátil, las primas de riesgo, la situación
en cada país, las dudas de ‘los mercados’… España. ¿España, de qué
dudan ‘los mercados’? (‘For Whom the Bell Tolls’, Ernest Hemingway,
1940).
Dudan de que España pueda pagar lo que debe: todo lo que debe; de que
pueda crecer lo suficiente para seguir existiendo y pagar lo que debe;
de que los bancos españoles sigan siendo viables a medida que vayan
teniendo que actualizar el valor de sus activos y que sus impagados
vayan incrementándose a medida que la situación en general -actividad,
ocupación- vaya degradándose; de que pueda cumplir las cosas a las que
se ha comprometido, como llegar ya a un déficit de casi-nada-por-ciento;
de que, en definitiva, España no pueda entrar en la rama inferior de
una ‘L’ con crecimientos ridículos del casi-el-0%, . Pero eso, en el
fondo, son flecos que de una u otra manera se resolverán, flecos que, en
alguna medida, todas las economías tienen.
Lo importante es la salida: el nuevo modelo cuyas características ya
están aquí y que no pasa por hacer lo que se hizo en los 50 porque
aquella puerta llevó al lugar del que ahora nos estamos marchando porque
ya no nos podemos quedar.
No es una salida bonita, no. Pero ahora toca eso. For Whom the Bell Tolls.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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