martes, 10 de abril de 2012

A España, ¿qué le pasa?. España, ¿dónde está?

¿La nota de prensa de ayer ‘a las cinco de la tarde’ sobre los 10.000 millones?, pienso que un hito más en el proceso de portugalización que ya empezó España en Mayo del 2010, sólo que ahora se ha acelerado porque hay prisas para acotar compromisos. ¿La ‘reflexión personal’ del Sr. Ministro de Economía?, pienso, también, que no es más que un nuevo sinónimo para un muy conocido eufemismo.

Lo que le pasa a España es que ha agotado su capacidad de endeudamiento y debe cuatro billones de dólares, por lo que está al final de donde con su modelo productivo podía llegar. En resumen, España no puede avanzar más: no puede crecer significativamente más debido a que no tiene posibilidades físicas para crecer, pero, aún así, tiene una deuda gigantesca que pagar.

España creció a base de conceder crédito a sus consumidores-de-todo, un crédito que no se correspondía con la renta de esos consumidores para que consumieran de todo a unos niveles que nada tenían que ver con la productividad del país; unos fondos que en gran medida le eran prestados por el exterior debido a que el ahorro interno no alcanzaba; fondos que le prestaron porque, a fin de generar negocio (no había otra manera), los mercados consideraron que el riesgo de todas las economías del euro era prácticamente el mismo.

Gracias a ese montaje ‘España fue bien’, es decir, su PIB aumentó, aunque la productividad fue cayendo cuanto mejor iba España debido a que el valor generado por unidad de factor productivo caía cuanto España más crecía ya que la española es una economía de cantidad, de volumen, no de calidad. Cuando España agotó el combustible que impulsaba su crecimiento comenzó a detenerse; y hasta hoy.

Hoy España se halla en una situación en la que debe lo referido, en la que sólo de intereses de la deuda pública va a tener que pagar este año, sólo en intereses, casi 30 mM€ y en la que, yendo las cosas bien, este año crecerá el -1,5% y yendo mal el -4,0% (Standard & Poor’s el día 4 de los corrientes); una situación que despierta toda la desconfianza posible: España debe la tira, con su modelo productivo es incapaz de crecer, y no está claro que pueda ir devolviendo todo lo que debe.

Y para colmo, sus entidades financieras se hallan hasta los bordes de unos activos que sólo valen en la medida que se compran, venden y pagan a un precio que se halla a años luz del valor actual de mercado, a un precio que ha sido el patrón con el que esos activos se hallan contabilizados en esas entidades financieras a un valor, en consecuencia, irreal; y con unas probabilidades decrecientes de cobrar en tiempo lo que les deben. Por ello el estado real de la totalidad de esas entidades financieras, es decir, del sistema financiero español es una incógnita.

Hoy España no crece, por lo que su recaudación fiscal será baja, o muy baja, peligrosamente baja como para pagar lo que tiene que pagar y atender los servicios a los que sus ciudadanas y ciudadanos estaban acostumbrados y que las demandas de su ciudadanía requería, por ello a España le piden que recorte gastos, que elimine compromisos con su pueblo, que reduzca partidas presupuestarias que supongan salidas de pasta, y que a ello le acompañe el empeoramiento de las condiciones laborales: ‘para mejorar su competitividad’ se dice. De ahí ese presupuesto recientemente aprobado.

Lo que le pasa a España, decíamos, es que no crece, por ello del tema ya ni se habla, y se halla en un punto en el que, como conjunto, no puede crecer. A partir de ahí … la mera subsistencia para una parte de la población ya no necesaria, en forma de, por ejemplo, ‘la vuelta al campo’ de la que ahora se habla.

(Se vuelve a ‘lo de antes’: se han dado cuenta la cantidad de comunicados encubiertos, noticias fugaces, adelantos informativos, que se han producido a lo largo de estos días de fiesta?. Con el plástico más o menos lleno, durante las fiestas la ciudadanía está más pendiente de otras cosas, por ello es buen momento para este tipo de anuncios; como antes, como antes).

(Me preguntan: ‘¿Qué quiere decir ‘asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario’?’. Pues algo tan simple como paralelar los servicios que se prestan a la pasta que se tiene. Como hoy las regiones ingresan menos que ayer y se espera que mañana van a ingresar menos, como la competencia de sanidad fue transferida a las regiones (a algunas con un Gobierno del mismo color que el actual les obligaron a que las tomaran: Aragón, La Rioja), y como las decisiones con consecuencias feas aún tienen consecuencias en las urnas, el Gobierno del reino va a dictar unas normas que reduzcan las prestaciones sanitarias que se brindan a la ciudadanía a fin de poder pagarlas con esos ingresos que se esperan decrecientes. En eso consiste la sostenibilidad.

Ya, en la sanidad pública española se han cometido abusos; y existen diferencias abismales de gasto sanitario por habitante entre regiones que reciben y regiones que dan; y se han llevado a cabo aberraciones como el turismo sanitario, y todo eso no se abordó, y también me preguntan el por qué, ‘Pues porque entonces España iba bien y como iba bien todo tenía cabida y nadie protestaba y al ir bien podían continuar sucediendo cosas como esas’, es mi respuesta. Y si, van a pagar justos por pecadores, es lo que pasa cuando pasan cosas como las que van a pasar; el ‘café para todos’ tiene esos efectos.

También me preguntan por lo que puede suceder en Educación. Bueno, contesto, yo fui a uno de los colegios con mejor reputación de España: violencia institucionalizada y muy alta calidad científica, y en clase éramos entre 40 y 47; un colegio en el que en Mayo llamaban a los padres de los alumnos que iban a suspender dos asignaturas y les recomendaban que les sacasen ya del colegio porque era imposible que en Septiembre aprobasen (entonces había exámenes de Septiembre) y en ese colegio nadie repetía, y en el que también llamaban a los padres de los chicos que iban a suspender una materia y les decían que con un esfuerzo descomunal su hijo podría aprobar en Septiembre, pero que, por si acaso, no estaría de más que fuese buscando otro colegio que permitiese repetir curso. ¡Ah! y gratuitos pocos centros, en cualquier caso insuficientes. Era otra época, ya, pero, por qué no puede volver algo parecido).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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