El pasado viernes, en el artículo titulado “Wall Street tiene que tratar su adicción, porque si no nos llevará al desastre” publicábamos que según el libro de Jeremy Siegel “Shares for the long run”, en el que estudió la historia de los mercados desde 1801 al 2000, los mercados se comportan de una manera aleatoria. No hay razones obvias para el 75% de los movimientos alcistas o bajistas de largo plazo en las bolsas, ¿o si las hay y las estamos buscando en un lugar equivocado? El analista financiero del Reino Unido John Hampson realiza un exótico análisis de mercado, en el que vincula la actividad del ciclo de las manchas solares, y de los ciclos de la luna, con el comportamiento del mercado.
Lo sé, suena extravagante, pero si todo un premio nobel de economía afirmó que los mercados son absolutamente impredecibles, ¿qué perdemos con echar un vistazo a este estudio? Vamos allá.
La actividad solar, que produce perturbaciones geomagnéticas en la Tierra, se mueve en ciclo de 11 años. El sol también es responsable de los ciclos lunares, que duran aproximadamente un mes.
La investigación psicológica y de comportamiento, vincula el geomagnetismo y las fases lunares, con el estado de ánimo de los seres humanos y su excitabilidad. Por otro lado, existen estudios que vinculan los estados de ánimos alterados, con comportamientos más cautelosos, incluyendo decisiones financieros.
En los últimos 150 años se han publicado varios trabajos que demuestran las correlaciones entre fenómenos naturales, y los mercados financieros, así como con variables macroeconómicas. Sin embargo, tal vez debido a la falta de consenso científico sobre la causalidad, los fenómenos solares siguen siendo ignorados como factores influyentes en la operativa de mercado y en la economía.
Hay cuatro metodologías de análisis de los mercados financieros:
1. Análisis fundamental y macroeconómico.
2. Análisis técnico.
3. Análisis cuantitativo
4. Y astrología financiera.
En 1843 el astrónomo alemán Scwabe, descubrió el ciclo de las manchas solares. En 1875 Jevons William S publicó su teoría sobre que los ciclos económicos estaban relacionados con los ciclos de las manchas solares, con el argumento de que la actividad solar afectaba al clima, lo que influía en la producción agrícola, y en los precios, lo que influía en la actividad económica general. Este autor fue desacreditado por sus contemporáneos. Sin embargo, Garcia-Mata y Shaffner retomaron el estudio de Jevon en 1934, y concluyeron que había una clara correlación estadística entre los ciclos mayores de actividades empresariales no agrícolas en los EE.UU. y el ciclo solar.
Mientras tanto, Alexander Tchijevsky escribió el estudio Physical Factors of the Historical Process (factores físicos de los procesos históricos). Él comparó el los registros de las manchas solares con los principales acontecimientos históricos en 72 países desde el 500 antes de Cristo hasta el 1922, y encontró una concentración en torno a los máximos solares. Él dividió el ciclo solar en 4 periodos y encontró correlaciones entre el comportamiento humano y estos periodos:
1. Período de tres años de actividad mínima caracterizado por pasividad y gobierno autocrático.
2. Período de dos años durante el cual las masas empiezan a organizarse bajo los nuevos líderes.
3. Período de tres años de excitabilidad máxima, revolución y guerra, y por último
4. Período de tres años de disminución gradual de la excitabilidad hasta que las masas son apáticas.
En 1965, Charles Collins encontró, basándose en datos de 93 años, que un techo mayor de mercado se producía cuando el número promedio anual de manchas solares se elevaba a más de 50.
Edward Dewey en 1968 encontró 43 actividades cuya evolución se correlacionaba con los ciclos solares de 11 años, incluyendo el precio de las materias primas, el precio de las acciones, la actividad bancaria, la actividad empresarial, la producción industrial y la productividad agrícola.
Bryan Walsh escribió un artículo en 1993 en la revista “Cycles” poniendo algunas de las afirmaciones de Dewey a prueba. Calculando la tasa de cambio en el campo geomagnético en los últimos años, junto con la evolución de la tasa anual de algunas medidas económicas y financieras, encontró que las primeras anticipaban a las últimas en un período de 6 a 12 meses, y que tenían una media de correlación del 65%.
Krivelyova y Robotti encontraron un fuerte apoyo empírico a favor del efecto que tenía las tormentas geomagnéticas en el rendimiento de las acciones.
En cuanto a los ciclos lunares y su correlación con los rendimientos del mercado de valores, ha habido varios recientes trabajos. Illia Dichev y Janes Troy demostraron que la rentabilidad de las acciones en los 15 días alrededor de una luna nueva, eran del doble que los 15 días alrededor de la luna llena. Esto se producía en los principales índices bursátiles mundiales (estudiaron 100 años del mercado de valores de EE.UU. y 30 años del resto de mercados).
K Yuan Zheng L y Q Zhu investigaron la correlación entre las fases lunares y los retornos de los mercados de valores de 48 países, y encontraron que los rendimientos son más en torno a las lunas llenas, y más altos en torno a las lunas nuevas, de alrededor de un 3-5% anual. Marco Hickey encontró una correlación parecida.
En la actualidad, hay evidencias crecientes que los cambios de los campos geomagnéticos y los máximos de las manchas solares, afectan a los sistemas biológicos. Cada vez hay más pruebas que indican que los ciclos lunares influyen en el comportamiento humano y en el estado de ánimo.
El siguiente gráfico muestra visualmente la correlación entre los extremos de las fases lunares y el S&P 500.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/para_ganar_dinero_en_bolsa_olviden_los_graficos_simplemente_miren_la_luna
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