jueves, 2 de febrero de 2012

‘Yo no he sido, has sido tu; y tu, malo y feo más’

No estoy de acuerdo con quienes dicen que Alemania en particular y Europa en general lo está haciendo mal por no echar carbón a un fuego que arde en una caldera que ya está carcomida por el óxido: con aquellos que dicen que Europa debería inyectar liquidez a mansalva, y comprar deuda por un tubo. Y tampoco lo estoy, obviamente, con quienes dicen que USA lo está haciendo muy bien porque está estimulando y así va a seguir, incluso yendo a más. No estoy de acuerdo. (Y no, no le estoy dando la razón a Alemania: sigan leyendo).

El modelo, el que aún es nuestro modelo (el lema de Davos de este año ya dice que lo va a seguir siendo por poco tiempo más) caracterizado por ese ‘estado de bienestar’ que le caracterizó durante dos décadas, se empezó a resquebrajar en el 73. En los 80 el offshoring de todo hacia todas partes y el inicio del fin de la vinculación entre ‘crecimiento’ y ‘empleo’ prolongó una ilusión que entre el 87 y el 91 explotó por lo monetario y que se remendó a base de más y más, y más aún, crédito desde ahí hasta el 2007. Pero ya está, se acabó, no hay más, la cosa no da más de sí.

La capacidad de endeudamiento de todos se ha agotado, es un agotamiento físico, esencial, primario. Ha pasado lo que sucede con un muelle cuando e estira, y estira, y estira: llega un momento que su elasticidad se rompe, y eso ha sucedido con nuestro modelo: ha agotado la capacidad que tenía para continuar creciendo al acabarse la capacidad de consumir ya que no puede pagarse lo que se debería consumir para seguir creciendo; pero, además, el volumen de lo que se debe es tan absolutamente monstruoso que no se puede pagar; y, para colmo las cantidades que se era necesario consumir para seguir yendo a más eran tan tremendas que suponían acabar aceleradamente con unos recursos que hoy se saben escasos.

Quienes hablan de que para salir hay que seguir-con-más, o no son conscientes de las implicaciones de su postura no de donde estamos: la economía y todos los humanos; o son unas cigarras que piensan que después de ellos el diluvio; o son seres beatíficos que creen que cuando estemos cayendo por el abismo alguien nos colocará un paracaídas salvador. No, pienso que ya no hay lugar para más estímulos, ni para más gasto: al rey ya se ha acabado la pólvora porque hasta el rey no puede pagar lo que debe.

La salida a esta situación, pienso, es liquidar lo que imposibilita salir del pozo en el que nos hallamos y, una vez fuera, emprender un camino diferente a fin de no caer en un pozo como el que hemos caído. (Mientras estaba escribiendo estas líneas dos jóvenes del sitio universitario http://www.patatabrava.com han venido a hacerme una entrevista. Una de sus preguntas ha sido: ‘¿Aprenderemos algo de esta crisis?’, mi respuesta ha sido: ‘Si, claro, de todas las crisis sistémicas se aprenden cosas, cosas que sirven para no cometer los mismos errores, pero que no evitan cometer otros parecidos. El dicho dice que ‘el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra’, pienso que no es correcto, debería ser: ‘el hombre es un animal que tropieza muchas veces en piedras parecidas’).

Pienso que la salida no está en gastar más, cualquiera que sea la forma que adopte ese gasto, sino eliminar aquellas deudas que son imposibles de pagar, compensando entre acreedores; también eliminando toda la porquería que acumulan entidades financieras sea esta del género que sea; y mejorando productividades, y ahorrando recursos; y haciendo todo esto de forma coordinada. Esto para empezar, claro.

¿Utópico?, tal vez sea ese el motivo por lo que nos estamos dirigiendo hacia una Dystopia.

Curioso lo que manifiesta el Sr. Alberto Nadal, Vicesecretario de Asuntos Económicos, laborales e Internacionales de la CEOE: que la rebaja de las cuotas empresariales a la Seguridad Social ayuda a crear puestos de trabajo. ¿Quiere decir con ello que con la reducción de los pagos a la Seguridad Social que realizan las empresas aumentaría la demanda de trabajo?.

Por otra parte el razonamiento choca con otros, también de empresarios, que querrían una rebaja en las cuotas que pagan al organismo a fin de reducir sus costes y ganar competitividad. Dejando al margen que pienso que la competitividad se gana aumentando la productividad, veo un antagonismo abierto entre las dos posturas: si la demanda de trabajo aumenta, ¿cómo van a reducirse los costes sin realizar inversiones cuantiosas y profundas reformas organizativas a fin de poder mejorar la caída de productividad que comportaría el aumento de factor trabajo?.

Y difuso, pienso, lo que dijo el Lunes en la presentación de resultados del Banco de Santander el Sr. Emilio Botín, su Presidente: que las reformas laboral y financiera en la que el Gobierno está trabajando, “Son medidas necesarias pero dolorosas a corto plazo” (El País 01.02.2012, Pág. 21).

Si son dolorosas a corto plazo quiere ello decir que a largo plazo dejan de serlo, ¿porque se vuelve a la situación previa a las reformas?, ¿porque quienes sufren su dolor lo acaban asumiendo?, ¿porque la ganancia que producen tales reformas a quienes sufrieron sus efectos dolorosos son tan espectaculares que compensan con creces tales sufrimientos?, ¿porque como tiene que ser así la percepción de dolor acaba haciéndose virtud?.

No es baladí la respuesta porque tales reformas, sean necesarias o no lo sean, y lo sea, o no, la forma en que se haga, van a producir dolor. Los avisos son de agradecer, pero alguien, sigo pensando, debería detallar un poco más el contenido.

Las ventas de automóviles de Enero: ¡En Enero ha subido la venta de coches!, cierto: el 2,5%, pero la nota de prensa editada por ‘Anfac – Ganban’ añade: “(…) motivado por el efecto calendario, ya que en Enero de este año ha habido un día hábil más que en Enero del año pasado”.

Se han disparado las ventas al canal de ‘alquiladores’, el 51%, gracias a las megaofertas de fabricantes y concesionarios, pero las ventas a empresas han descendido el 7,2%, así como las compras de ‘particulares’: el 2,8%. Dice la nota de prensa: “El resultado de los pedidos del mes de Enero, ha registrado un significativo descenso del 40%, lo que anticipa un mes de febrero con volúmenes de nuevo muy bajos”.

Valoración de estos datos por parte de una persona que conoce el sector en superprofundidad: “Malo, malo, malo…”.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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