La capacidad de los bancos para reinventarse a sí mismos, es decir, encontrar nuevas formas de ganar dinero, es crucial para la salud del crecimiento económico global. Si bien los bancos ya han sido el chivo expiatorio de las crisis financieras y están sintiendo la presión por parte de los políticos (como pide la muchedumbre), puede que ahora los órganos reguladores decidan seguir arriesgando y lleguen demasiado lejos atacándolos aún más.
A corto plazo, vamos a ver cómo se romper algunos grupos bancarios para cumplir con el marco regulador, cada vez más exigente. Esto va a suponer que las compañías de trading puro incrementen su eficiencia ofreciendo solamente servicios de negociación y corretaje. La industria bancaria se va a ver forzada a volver a sus raíces; es decir, suministrar crédito en la economía en lugar de asumir riesgos propios en instrumentos financieros.
Como consecuencia, también creo que dentro de poco veremos bancos “zombis” con riesgos y rendimientos “bajos”, con créditos hipotecarios y minoristas. Los bancos en apuros con auténticos problemas de solvencia también acabarán en la categoría de los zombis, en algunos casos tras los esfuerzos de recapitalización de los gobiernos. Y por último, habrá bancos con un buen modelo operativo y un enfoque del riesgo prudente; y éstos son los que saldrán victoriosos.
¿Qué supondrá esto para los inversores?
Si estoy en lo cierto, los inversores deberían evitar quedarse atrapados en compañías que acaban en la mesa de las autopsias, y los bancos destinados a convertirse en zombis. ¡No nos volvamos locos con el “potencial alcista” de los bancos que se han derrumbado un 90 por ciento desde sus máximos, puesto que lo más probable es que haya alguna razón para ello! En cambio, conviene identificar exactamente a aquellos bancos que tienen un modelo de negocio simple y un enfoque del riesgo prudente, con beneficios estables, actividades de trading relativamente pequeñas y pérdidas crediticias históricamente escasas, y que deberían recuperar la mayoría de sus caídas. Si estos últimos han resultado depreciados en un 90 por ciento en los últimos tres años, puede que estemos justo en la zona de tiro. Asimismo, el factor geográfico también va a tener un papel sin duda principal, puesto que contar con acciones de un banco, realmente supone una posición crediticia larga en el país correspondiente.
Por lo que respecta a EE.UU., tenemos algunos de los bancos menos interesantes: Morgan Stanley, Goldman Sachs y Citigroup; todos ellos con divisiones de banca de inversión y complejas operaciones internacionales. ¡Al final, la complejidad saldrá cara! En la otra cara de la moneda, tenemos Wells Fargo, US Bancorp y BB&T, todos ellos bancos de alcance nacional en EE.UU. y con modelos de negocio comprensibles y estables, que van a salir ganando en esta coyuntura.
Por lo que se refiere al ámbito europeo, la cosa se complica más. Desde mi punto de vista, los bancos italianos y españoles afrontan un futuro repleto de dificultades. Unicredit e Intesa Sanpaolo están sufriendo fuertes presiones por su exposición a los bonos soberanos y los costes de financiación futuros. Banco Santander, por su parte, está en medio del colapso del mercado de vivienda español, y la relación riesgo/recompensa no resulta atractiva. Además, hay varios bancos de inversión complejos en Europa que se tendrán que seguir muy de cerca, por su actividad de trading: Barclays, Commerzbank, Credit Suisse, Deutsche Bank y UBS.
Entre los bancos europeos más interesantes, se encuentran bancos conservadores como SvenskaHandelsbanken de Suecia, y la multinacional HSBC.
El futuro de la industria financiera está ahora en manos de los órganos reguladores
A corto plazo, lo más probable es que veamos grandes cambios estructurales en la forma en la que los bancos realizan su actividad. El camino de la evolución lo marcarán los órganos reguladores, con el Comité de Basilea a la cabeza. La separación entre la banca de inversión y la banca comercial que vimos en los años 30 con la Ley Glass-Steagall, podría ser perfectamente de nuevo escenario final. Esto podría suponer una gran convulsión, ya que romper todas las complejas estructuras actuales será muy costoso. Si somos capaces de aguantar el chaparrón, podría haber muchas oportunidades de inversión al estabilizarse las nuevas estructuras.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/el_futuro_de_la_banca_y_como_sacar_provecho_puede_haber_beneficios_extraord
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