Recibí hace unos días un largo escrito, de un joven, el que sigue.
“Me he decido a escribirle para poner de manifiesto como es la situación con la que nos encontramos muchos jóvenes a la hora de ir a pedir trabajo y de cómo se presenta nuestro futuro desde mi experiencia personal y la de compañeros de estudios. No sólo se trata de que no hay trabajo, sino de cómo se valora en este país a los universitarios.
Me gustaría empezar por el principio. Recién licenciado, en (nombre de una licenciatura) por la (nombre de una Universidad española), me decidí a especializarme en algo e hice un Master en banca, finanzas y seguros en la (nombre de otra Universidad española). Hasta este punto nada fuera de lo normal. Pues bien, ahora comienza lo bueno. Cuando terminé la carrera eché algunos currículos por (nombre de una región española) y me llamaron de la oficina central de una de las cadenas de supermercados más grandes de (una zona geográfica) de España, y que, para que se haga una idea, factura alrededor de unos 500 millones de euros al año. Al recibir la llamada me lleve una gran alegría, mi primera entrevista de trabajo (anteriormente estuve de prácticas en una empresa de logística en el departamento de exportaciones), hasta que me dijeron que era para mozo de almacén. Como estábamos en verano y me hacía falta el dinero para pagar el máster acepté y al final lo fui compatibilizando con los estudios durante todo el año, lo cual no fue nada fácil.
¿Cuál fue mi experiencia en esa empresa? Pues mire ... tremendamente frustrante. Mis superiores directos, que ostentaban cargos importantes, alguno de ellos era el responsable de casi 200 empleados para que se haga una idea, eran unos completos ignorantes. Alguno incluso no sabía escribir bien (como anécdota le diré que cuando entró en vigor la prohibición de de fumar, uno de ellos escribió un cartel en donde se leía “prohibido fumar”). A parte de eso, sus conocimientos técnicos sobre como desempeñar su trabajo (gestión de almacén y logística) eran pésimos o nulos (otro ejemplo: los mozos de almacén teníamos una hoja donde nos ponía el stock de productos, en donde podía haber un desfase de miles de unidades, es decir, el ordenador decía que había 1.000 unidades del producto X y en realidad no había ninguna).
Pasados ya unos cuantos meses vi la luz, o eso creí. A través de un contacto de mi familia me gestionaron un “enchufe” con el dueño de la empresa (las cosas aquí funcionan así). ¿La respuesta del jefe? Que antes de poder trabajar en las oficinas tenía que empezar por lo más bajo. Aunque se le olvidó decir que para las oficinas sólo contrataban a auxiliares o administrativos para pagarles menos (una forma diferente de entender la productividad). Así estuve un año, hasta que terminé el Máster y decidí buscar un sitio donde me valorarán más.
Tras ponerme a buscar de nuevo empleo me llamaron de una fábrica de (productos de decoración). Empresa que no era precisamente pequeña ya que exportaba (según me comento el jefe de ventas, que fue el que me entrevistó) a países como Alemania, Francia y parte de Latinoamérica. Pues bien, allí estaba yo, dispuesto a darlo todo para ser el jefe de un grupo de ocho personas que me definieron como customer manager (era el puesto para el que me iba a entrevistar). La entrevista fue bien, una parte en inglés, las típicas preguntas ... hasta que me pregunto por el Máster que había estudiado, RIENDOSE literalmente de mí por haber estudiado eso, como frases como ” un máster en banca no te sirve para nada”, o “¿aspiras a trabajar de cajero en un banco?”. Como vi que era un poco (mucho) ignorante en el tema le tuve que explicar en qué consistía un Máster en banca, finanzas y seguros, y a medida que le hablaba ponía cara de no tener ni idea de lo que le estaba contado (tema de derivados, productos bancarios aplicados a la empresa y demás). El resultado fue que no me llamaron, como era obvio después de haber tratado al entrevistador como si fuera tonto, pero me fui de allí con la satisfacción de que habían intentado reírse de mi pero como dice que refrán “quien ríe de último ríe mejor”.
Tras ese incidente me llamaron de un banco (de los importantes de este país), hice las pruebas de selección y las pasé. Me mandaron a una oficina para dos meses de verano. Me dieron algún tipo de formación….pues no. Resultado, llegué a la oficina, me senté en frente al ordenador y no sabía ni abrir el programa. Esto se tradujo en colas interminables en la oficina un estrés insoportable y NADIE que me explicara cómo se hacían las cosas. Eso sí, al cabo de los dos meses manejaba el programa sin problema. Esta experiencia me sirvió para ver unas cuantas cosas respecto al funcionamiento de las entidades financieras. Para empezar, los empleados de las oficinas son unos comerciales puros y duros sometidos a grandes presiones para que vendan cosas que si la gente entendiera (o le explicaran) lo que firman no lo harían ni locos. Otra cosa que saqué en limpio es que no tenían ni idea….sí, para mí fue una sorpresa tan grande como desagradable. Sus conocimientos se limitaban al día a día de una oficina (cobros, pagos, cheques, hacer el scoring para préstamos o créditos y poco más).
¿Cual es la conclusión de todo esto? ... pues que tras estudiar un una carrera, un máster, haber estudiado idiomas, me encuentro en la misma tesitura que miles de jóvenes en España. Sin trabajo, el poco que hay de pésima calidad y lo que es peor infravalorado. Como veo mi futuro…pues lejos de aquí. En Febrero me marcharé a Inglaterra, me subemplearé en lo que sea para mejorar el inglés todo lo que pueda y después a buscar trabajo en la City londinense. Si tengo algo de suerte y las cosas van bien volveré Si, cuando me jubile, hasta entonces ayudaré a Inglaterra (o Francia, Alemania, Suiza…da igual en donde) a aumentar su PIB y a que sea un país un poco más rico, al igual que ya han hecho compañeros míos de Máster, alguno está en Londres, Ámsterdam, Viena…
Había una frase de una película (‘300’) en donde el rey Leonidas de Esparta decía al emisario persa del rey Jerjes : “THIS IS SPARTA”, yo les diría como sinónimo de sueldos de 700€, subempleo, precariedad laboral, universitarios infravalorados…...“THIS IS SPAIN””.
El comentario es automático: ‘Ese es el punto de vista de ese joven’. Tal vez, tal vez ...
(Las agencias de calificación. Gravémonos esto en el bolo de una vez: si las agencias de calificación no hubiesen hecho lo que hicieron no hubiésemos podido hacer lo que hicimos, por lo que no hubiésemos crecido todo lo que crecimos ya que, para crecer tanto, había que hacer lo que se hizo. ¿Ya?).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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