Les aseguro que no es un invento. Yo mismo tome la imagen que adjunto de una pared de la zona de fotocopias de una empresa -importante- de Cataluña. La nota se hallaba enganchada en la pared. Está en catalán, ya; la traduzco. (Se ve muy mal, ya: la luz: rara)
“Compañeras y compañeros.
No tenemos lote, no tenemos agenda, no tenemos aperitivo, el jabón de manos ya no hace espuma y pronto … quien sabe que más … pero, ¿realmente nos quedaremos sin aperitivo de Navidad?
¿Y si nos reunimos el 22 al medio día para celebrar que somos estupendos?
De momento tenemos reservada la sala de Dirección y si os apuntáis podemos llevar comida casera, bebida (no tan casera) y hacer unas risas que bien nos las merecemos.
Si estáis de acuerdo, por favor, apuntaos para saber cuántos seremos y que traemos cada uno.
Tanto si venís como si no, sed felices”.
Y bajo ésta una lista para apuntarse en la columna de lo que se iba a aportar el día 22: “Comida salada”, “Bebidas”, y “Comida dulce”.
Retrotrae a épocas pasadas, ¿verdad?, y da que pensar. Es pasar a otra cosa, y hasta se le puede buscar, y encontrar el punto bueno: esto es más natural, más auténtico, más entrañable, hasta más humano. Y hasta habría alguien que diría que supone ‘un cambio de paradigma’. Tal vez, tal vez, pero genera menos PIB, y crea menos empleo, y no inventa nada: estas cosas ya se hacían: antes de que ‘España fuese bien’. Vaya tela.
Bueno, pues eso. ¡Felices Fiestas!.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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