viernes, 2 de septiembre de 2011

Los datos de confianza apuntan a una doble recesión en Europa

La confianza del consumidor estadounidense se desplomó en agosto a su nivel más bajo desde 2009, bajando a 44,5 desde 59,2 de julio. Las expectativas bajaron incluso más. La caída fue mucho más pronunciada de lo que el mercado esperaba y viene tras las sombrías advertencias de Christine Lagarde, la máxima responsable del Fondo Monetario Internacional, señalando que la crisis mundial está entrando en una fase nueva y peligrosa.

Como señala Ambrose Evans en un artículo en The Telegraph, el FMI ha reducido su pronóstico de crecimiento para Estados Unidos y Europa de acuerdo con un borrador filtrado de su informe Panorama Económico Mundial. Se ha pedido tanto a la Reserva Federal de EE.UU. como al Banco Central Europeo que estén preparados para una mayor expansión de su política monetaria, algo que implicaría un nuevo programa de flexibilización cuantitativa (QE) por parte de la Reserva Federal.

Las últimas actas de la reunión de la Fed a principios de agosto muestran que un número de miembros del comité pidió incrementar sustancialmente los estímulos económicos, lo que sugiere que éstos apostaron por la compra de bonos o más QE3.

La llamada “Banda de los Tres” (los tres componentes más duros dentro de los miembros de la Reserva Federal) ya se han reducido a dos. El presidente de la Fed de Minneapolis Narayana Kocherlakota dijo el lunes que las presiones deflacionarias están construyéndose de nuevo y que “elevar la política expansiva puede ser lo apropiado”.

En Europa el panorama es igual de malo o peor. Evans señala que la eurozona ya está en la cúspide de una recesión incluso antes de que entren en juego las medidas de austeridad en Italia y Francia, y las más agresivas en España, Portugal, Grecia e Irlanda.

El índice de sentimiento económico de la Comisión Europea (ESI) cayó por debajo de la línea de contracción en agosto. Una política monetaria flexible parece ser la única medicina que queda para evitar una dolorosa vuelta a la recesión, dijo Peter Vanden Houte de ING.

Los analistas de Societe Generale han analizado la correlación entre el sentimiento económico en la eurozona y su crecimiento (ver gráfico adjunto). Como podemos observar, los datos apuntan a un tercer trimestre muy débil en cuanto a crecimiento.

José Viñals, director del FMI de mercados de capitales, reprendió a los líderes europeos por no reforzar las defensas de los banco y permitir que la crisis se agrave. “Ustedes no pueden permitirse el lujo de tener una economía mundial donde estas importantes decisiones se posponen porque realmente se está jugando con fuego”, dijo.

Charles Dumas de Lombard Street Research, dijo que es inevitable una recesión en ambos lados del Atlántico el próximo año, culpando a la ” deflación fiscal” sin compensación de estímulos monetarios - ya sea porque los bancos centrales han agotado su munición, o porque se niegan a actuar.

Dumas dijo que el Banco Central Europeo (BCE) ha tensado demasiado las condiciones monetarias y cometió un error al elevar las tasas en julio para hacer frente a un alza del petróleo justo cuando la economía se estancaba. Los costes laborales unitarios están bajando y la oferta monetaria M3 se ha aplanado.

Jean-Claude Trichet, el presidente del BCE, señaló esta semana que no entraba en los planes una subida de tipos, pero que tampoco tienen mucho margen para los estímulos. Evans señala que el BCE se encuentra muy vulnerable después de que el presidente alemán, Christian Wulff, acusara al banco central de ir mucho más allá de su mandato y participar en las legalmente cuestionables compras de bonos españoles e italianos.

Cualquier sospecha de que el BCE relaje su política monetaria para cuidar al sur de Europa dará lugar a una reacción política en Berlín, aunque con la misma Alemania ahora coqueteando con la recesión, las divisiones se disimularían por un tiempo.

Hans-Olaf Henkel, ex presidente de la Federación de Industria de Alemania (BDI), escribió en el Financial Times que su apoyo al euro había sido el error profesional más grande de su vida. Él describió la UEM como un experimento inviable que se está poniendo a las naciones en contra las unas de la otras.

Hizo un llamamiento para un “Plan C” en el que Alemania, Países Bajos, Austria, Finlandia se separaran y formaran su propia moneda, dejando al Sur con un euro más débil y una oportunidad para restaurar el crecimiento. Algunos bancos del Norte tendría que ser nacionalizados por un tiempo para evitar pérdidas de la deuda del Sur, algo que provocaría una crisis financiera.

Stephen Jen de SLJ Macro Partners dijo que la siguiente fase de la crisis de la eurozona probablemente venga cuando los estados deudores lleguen a la conclusión de que ya no vale la pena soportar el dolor de la austeridad impuesta por la Unión Europea. “Creo que esto va a ocurrir en semanas y no en meses.”

Fuentes: Ambrose Evans

fuente: lacartadelabolsa

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