‘¿Grecia?, pero sobre Grecia ya se ha dicho todo, ¿no?’; sí, pero no. Tomen lo que sigue como un resumen del resumen.
Había una vez un país pobre, muy pobre que tras la II Guerra Mundial había tenido una guerra civil y que lo-que-entonces-se-llamaban-las-derechas fueron ayudadas por USA para que ganaran a lo-que-entonces-se-llamaban-las-izquierdas. Debido a su posición estratégica el país fue metido en la OTAN y, aunque continuó siendo pobre, ello le reportó ciertas ventajas internacionales; eso más el turismo que comenzó a recibir masivamente y la emigración de sus ciudadanos que podían irse, conformó una economía, pobre, aunque estable aunque fuese a base de golpes de estado. Ese país existe: está en Europa y es Grecia.
Cuando a ‘los países centrales europeos’ se les ocurrió crear una moneda única, absolutamente nadie pensó que ninguno de los países más tarde agrupados en el acrónimo PIIGS entraría en esa área monetaria, es decir, nadie imaginó que Grecia entraría, pero luego se recapacitó: si todos estos países entran, si el 23% del PIB de una futura posible zona monetaria se incorpora, van a poder hacerse muchos negocios en esos países, negocios que van a rendir pingües beneficios; ya, habrá que darles un poco de pasta: los fondos estructurales, y también: la inflación subirá un poco, pero los costes van a ser compensados de sobra con los beneficios. O sea, que los PIIGS fueron metidos en el euro y Grecia con ellos.
Y durante unos años Grecia ‘fue bien’, fue bien a base de ir acumulando una deuda monstruosa, y de que no se mirase con detenimiento los números que presentaba, y de aceptar que la zona obscura de su economía supusiese el 40% del total, pero bueno, los negocios que con Grecia se estaban haciendo iban de maravilla, por lo que, ¿para qué preocuparse?.
Lo que sucede es que todo tiene su final, y la situación griega ha llegado al final, es decir, ya no se pueden continuar haciendo negocios en Grecia que rindan buenos beneficios, por lo que, ¿para qué seguir mirando hacia otro lado, para qué continuar sosteniendo algo que no se aguanta por ningún lado?, el problema es que estamos en un mundo postglobal, por lo que problemas en Grecia suponen problemas gordísimos en muchos otros sitios, a pesar de que el PIB griego represente sólo el 0,4% del mundial, sí a pesar de eso. Es decir, Grecia 2011 = País latinoamericano 1993: como a éstos, a Grecia se le dio, se le permitió; cuando los países latinoamericanos dejaron de ser negocio y en otros sitios empezaron necesitarse capitales se inventó en Consenso de Washington, cuando Grecia ha dejado de ser negocio se ha inventado el Consenso Washington-Frankfort-Bruselas, y a exprimir las últimas gotas de jugo que queden.
Hay quienes dicen que Grecia debería quebrar ya; pienso que da lo mismo porque ya lo está. Pienso que si aún no ha quebrado es porque a quienes tienen su dedo sobre un botón sobre el que figura el cartel ‘Para que Grecia quiebre presionar aquí’, piensan que aún no es interesante que Grecia quiebre; ¿por qué?, pues porque la quiebra de Grecia va a provocar un tsunami en el resto de los PIIGS y antes de la quiebra hay que construir un dique que detenga la superola que la quiebra de Grecia ocasionará; luego, cuando el dique ya esté construido ...
Las dos diferencias: muchos países latinoamericanos producían commodities, Grecia, no; los 90 no tienen nada que ver con los 2010: en los 90 la tendencia de la economía mundial era hacia-el-más, un más virtual, ficticio, basado en el crédito y en suponer cosas falsas, pero un más que a corto plazo creaba empleo y generaba PIB; ahora la tendencia es hacia-el-menos, lo que sugiere un futuro de escasez y de pobreza. Mal asunto. Grecia está acabada, liquidada. Pienso que si dentro de veinte años continúa existiendo como Estado y no ha sido troceada y esos pedazos ocupados por grandes corporaciones turísticas, su economía, su sociedad, habrá retrocedido décadas, con el agravante de que entonces la emigración será muy complicada si no imposible; e insisto: en una tendencia descendente. Y lo peor: ¿quién se equivocó?: nadie; ¿qué se hizo mal?: nada. Las opciones vienen marcadas por la dinámica histórica, y las de Grecia eran las que fueron. Y lo dicho: si algo que representa el 0,4% del PIB del planeta puede liar la que ha liado, es que las cosas están más que rematadamente mal.
¿Italia?, no es lo mismo: ya saben: tracen una línea al Sur de Emilia Romagna y de laToscana; de esa línea para arriba es una Italia, de esa línea para abajo es otra. Mientras Italia ‘fue bien’, había de todo para todos, ahora los que dan dicen que tienen problemas y que se tiene que acabar. Cuando S&P habla de malas perspectivas de crecimiento, ¿de qué Italia está hablando?, cuando dice que es políticamente inestable, ¿a qué Italia se está refiriendo?. Cuando se dice que la deuda pública italiana es la enormidad que es, los del Norte de esa línea dicen: ‘Pero, ¿quién la ha generado?’. Ojo con Italia, pienso que es el primer ejemplo de la Europa de geometría variable hacia la que estamos yendo.
No cambio de tema. Ya les he hablado de una amiga brasileña que trabaja en una de las principales compañías de tarjetas de crédito de Brasil, y también les he reproducido algún fragmento de mails que me envía. Hace unos días me envió uno, uno de cuyos párrafos es este (como siempre no he cambiado ni una coma):
“En Brasil la gente todavía se cree que todo va muy bien. Salarios altos, acuerdos de negocios que solo prevén el mercado a alta (…). Hay reportajes que hablan de crisis, pero sinceramente, creo que es más por plástica, por tener noticia, porque de echo cuando hablo con la gente, todos se creen que es la vez de Brasil. Es impresionante la cantidad de viviendas que se construye, y más impresionante aún la cantidad de tiendas que, de forma independiente, están emitiendo tarjetas de crédito private label para sus clientes, además de las banderas conocidas internacionales, estos créditos son para las clases C, D, E… y están todos contentísimos!! Así es que una persona que se gana 500 puede tener 3000 de crédito mensual en tarjetas. Una empresa se puede tomar crédito dando como garantía lo que tendrá por recibir en su domicilio bancario de las ventas por tarjeta, y la aceleración es 6X. Esperas recibir 1 millón, tu crédito es de 6 millones, lo que claramente demuestra una expectativa de crecimiento de actividad económica”.
¿No les suena?. Brasil = España 2.0. España sí, pero más rápidamente, más fuertemente, más intensamente. Hay que hacer el negocio antes de que el modelo se agote. Luego ya llegará algún consenso para enderezar las cosas, aunque mañana probablemente será el Canary Wharf Consensus.
(El título acongoja: “Debt Crisis Infects Companies via Bank Costs” ( aquí ). Y habla de España, sí).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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