Un par de semanas atrás un lector me envió un mail: un mail monográfico: hablaba de Galicia. Evidentemente es un punto de vista: su punto de vista; y es un punto de vista interesante, mucho. Esto me contó:
“Vivo en un pueblo costero de Galicia. Mi mujer y yo nos retiramos aquí tras unos años viviendo en Madrid, dedicados al sector tecnológico. No somos un caso aislado. Otro amigo nuestro ha vuelto a otro pueblo de la costa de Lugo, a ayudar a la empresa del padre. Y varios amigos están viviendo ahora como “freelances” viviendo en Santiago de Compostela, beneficiándose de unos bajísimos costes de alquiler, y una conexión a Internet.
En mi pueblo, nada menos que el 2/3 de la población es pensionista. Según las estadísticas, sólo trabaja 1 de cada 4 habitantes de la comarca. El panorama para los jóvenes (eufemísmo para todo el que tiene menos de 40 años y todavía no puede pensar en la prejubilación) es simplemente desolador. La prensa los tacha de “ninis”, que viven en casa de sus padres jugando a la playstation. Pero la realidad es que trabajan sin ningún tipo de contrato o cotización, cobrando al día entre 20 y 50 euros.
Los jubilados trabajan también en negro, cosiendo redes, para poder ayudar en casa, y con más trabajillos varios. Las “rederas” que tienen que hacer factura se quedan sin trabajo, y es bastante difícil luchar contra esto, porque los barcos son escoceses, y si les sale caro, se irán a otro sitio.
Los que tienen contrato en las pocas fábricas que hay, por ejemplo cosiendo pantalones para la industria textil gallega, tienen una semana de vacaciones. No es que sólo les paguen una semana. Es que sólo pueden dejar de ir al trabajo una semana. Se sienten afortunados.
Como ejemplo revelador, trabajar de cajera en el supermercado, con un sueldo de 900 euros, es todo un símbolo de pertenecer a la clase media, y te permite lujos como tener un hijo, e incluso poder hacer un viaje a Londres en una compañía low cost.
La empresa de mi amigo es (nombre de la actividad a la que se dedica la empresa). El padre se dedicó a comprar tierras y a plantar (una clase de árboles). Ahora el (el árbol anterior) es la primera industria de su pueblo (antes fue la conserva). Puso un anuncio para buscar gente para serrar como autónomo, y en 2 días le llamaron 120 personas (contadas por el móvil). Es un ejemplo más de la “primarización” de nuestra economía. ¿Qué inversión en formación necesitamos para cortar (nombre de una clase de árboles)? ninguna.
En ambos pueblos, las casas “modernas” esperan comprador. Los precios son de unos 150.000 euros, una ganga para alguien procedente de “la capital”. Pero con este panorama de falta de estabilidad, está claro que sólo pueden acceder a estas viviendas gente que trabaje para el “sistema”: funcionarios, banqueros, abogados, etc. Pero con el mar y el salitre, y la vejez, y el abandono, las casas se vuelven menos atractivas para veranear….
No quiero entrar en más detalles sobre cómo está evolucionando todo eso. Entiendo que no será muy distinto a otras zonas. Pero lo que sí que estoy notando es la “deflación” de capital humano y sus efectos.
Primero, menos gente tiene que soportar los costes de “mantenimiento” del pueblo. Inevitablemente eso acarrea, o deuda, o subida de impuestos, y por supuesto, menos servicios. El deterioro comienza a ser palpable en muchas calles.
Segundo, es prácticamente imposible conseguir mano de obra cualificada. Ya no hablo de programadores. Hablo de cosas más básicas como configurar internet, arreglar una televisión, instalar Windows, cambiar el TDT. La de gente que se queda una semana sin ver la tele porque se ha “desprogramado”. Hace años, la gente sabía arreglar la casa, tender la ropa, etc. Pero quién sabe arreglar un microondas, o una vitrocerámica?. Y no digamos ya temas de internet. Algo tan simple como anunciarse en facebook es todo un reto para las empresas locales. ¿Aplicaciones para IPad?
Tercero, falta de inversión. Los pensionistas no necesitan que los jóvenes “sobrevivan”. Realmente, se han adaptado a su vida, y esperan tranquilos a que su momento venga. Nadie entra en las tiendas (una ferretería me confesó que muchos días hacían 20 - 40 euros como mucho, y es una ferretería en un pueblo).
Y Cuarto. Esto es lo más grave para mí. La vejez, la emigración, la ausencia de formación nos ha dejado a un pueblo sin líderes. No hay gente suficiente para llevar a cabo una reforma, porque simplemente no hay esa gente. No hay ejemplos de emprendedores, ni de políticos, ni de gente cualificada que marquen el camino a seguir.
Hay muchas más situaciones que se podrían comentar, pero no me quiero extender mucho más”.
Mi respuesta fue breve: no podía ser de otra forma:
“Si hubiese querido escribir lo que ha escrito de forma más clara no hubiese podido. Ud. describe una realidad microeconómica, ahora compleméntela con otra: la macroeconómica. Las cuentas de Galicia mostraron, a 31.12.2010, un déficit del -2,43%, y en el 2006, últimos datos publicados, su situación, dentro del contexto de las cuentas regionales, era de superávit: 5,20% también de su PIB. Es decir, a lo que Ud. cuenta añada que Galicia recibe del resto de España una cantidad equivalente al 5,20% de su PIB, pero aun así gasta más de lo que ingresa: el 2,43% de su PIB. Para meditar”.
¿Exagera?. No lo sé, quienes conozcan en profundidad la realidad de la que mi lector habla podrán juzgar con más argumentos; yo tan sólo me limito a exponer.
(Sube la prima de riesgo del reino, a pesar de ‘todas las medidas que se han tomado’; pienso que es lógico: para España ya está llegando el momento en el que no va a hacer falta seguir creyendo que va a poder pagar lo que debe, que no puede, y sí, tiene que ver con lo de asumir el cáncer, evidentemente; y con eso también tiene que ver, pienso, ‘las dudas’ que crea la economía USA: ¿continúa siendo tanto negocio como era invertir en papeles USA?, con acuerdo sobre la deuda o sin acuerdo).
buen blog. Interesante
ResponderEliminarla situación es un poco... bueno a la vista está