viernes, 5 de agosto de 2011

ESPAÑA, vs GRECIA: análisis y reflexiones para salir de la crisis

Sabemos lo de Grecia. Se veía cómo sus mandatarios habían llegado a un acuerdo y los mercados lo celebraban. A ello, hay que sumar la gente que se echaba a las calles desesperada -y no solo hablamos de aquellos radicales que se enfrentaron a la policía- si no de aquellas personas que han visto cómo se le reducían los salarios, se le eliminaban las pagas extra, se le aumentaban los impuestos indirectos y a quienes por encima se les apremiaba a seguir pagando las consecuencias de esta situación. Es inevitable que llegados a este punto nos preguntemos ¿es éste realmente el camino? ¿No será que Paul Krugman tiene razón y las consecuencias de este aumento de las medidas de austeridad lleve a una nueva constricción de la economía? Las respuestas a estas preguntas no son fáciles y, sobre todo, cuando en el pasado a este tipo de crisis se les dio solución o bien incurriendo en impagos o aumentando el endeudamiento público como forma de catalizar el crecimiento económico.

Lo que vemos en Grecia en menor medida es lo que estamos viviendo en España, tenemos ciertos parecidos en la situación que sería bueno poner en relieve. Hace unas semanas semana hemos asistido al debate del Estado de la Nación y sí, hemos visto mucha discusión, demasiada palabrería.

Pero si ponen atención, la palabra consenso no aparece por ninguna parte. Y digo consenso porque la situación en la que estamos requiere medidas, requiere remedios y requiere soluciones, y todas estas labores no pueden ser únicamente aplicadas por una parte ¿nadie se da cuenta de que hemos llegado al punto en que todos debemos volcarnos en conseguir solucionar la crisis que vivimos? Los hay que acusan a la banca, los hay que acusan a los políticos, pero la verdad es que la culpa es generalizada porque la banca ha actuado amparada en la legalidad puesta en marcha por el poder político que todos hemos elegido. La banca ha fomentado que las personas se endeudasen, pero no se puede ser simplista ya que está claro que no habría vendido hipotecas si no hubiese tenido público para comprarlas.

Mi idea no es soltar un discurso de pesadumbre arremetiendo contra todo, sino que consigamos entender desde el punto de vista económico dónde estamos y qué tenemos que hacer para conseguir solucionar, de verdad y de una vez por todas, esta realidad.

Esta crisis en España no es algo que nos coja por sorpresa. Desde el siglo XVI hemos estado a merced de los déficits. Sin ir más lejos aún en la época de esplendor, España nunca fue un país capaz de hacer una asignación eficiente de los flujos y recursos, nunca tuvimos una organización bancaria, mercantil y tributaria capaz de coordinar los recursos y llevar a buen puerto las finanzas públicas.

Por otra parte se nos ha hecho creer en general que éramos ricos, que nos podíamos considerar uno de los grandes de Europa y, quizá, éste ha sido nuestro mal endémico, porque progresivamente nos hemos ido endeudando. El dinero era barato, las casas cada día valían más y los bancos nos ponían cada vez más fácil el comprar casa, coche, vacaciones etc…. ¿Quién iba a decir no a semejante alternativa?

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Pero por aquellos tiempos nadie protestaba, nadie salía a la calle y decía “¡señores no nos permitan tener a disposición tanta financiación!” No pedían que se limitasen los saldos negativos en las tarjetas de crédito y todo marchaba a lo grande. Por eso es inevitable indignarse cuando la población arroja solo las culpas a una minoría ya que todos lo estábamos viendo, todos éramos conscientes, pero mientras la vaca daba leche nunca nos preguntábamos si la estábamos apretando demasiado.

En la calle se veía que la gente estaba bien, las tasas de paro nunca habían estado tan bajas y nuestro Producto Interior Bruto crecía a una tasa constante. Pero ese crecimiento no era sólido, es decir, valíamos más porque consumíamos más y porque generábamos más casas pero ninguna de estas variables podía ser considerada desencadenante de bienestar a largo plazo. Nunca nos planteamos aprovechar esa mejora temporal y superflua de bienestar para hacernos un país más competitivo, para eliminar aquellas actividades cuya supervivencia está limitada en el tiempo para así destinar los recursos a fomentar actividades rentables. No nos preparamos para un cambio y simplemente nos quedamos aprovechando los beneficios que el corto plazo nos estaba regalando. Vivimos el hoy sin pensar que tendríamos mañana, y esa ha sido la actitud que hemos ido teniendo desde que en el siglo XVI tras la guerra de Flandes nos vimos con un agujero de 12 millones de ducados en las arcas públicas, ¿no habrá llegado el momento de cambiar?

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Para el cambio se necesita el apoyo general de la población y de los dirigentes. En el caso de Grecia, se están refinanciando la deuda a cambio de medidas que en ningún caso parecen dirigirse al crecimiento en el largo plazo.Ni asegurarlo ni fomentarlo ya que lo que vemos es que les hacen pagar más con un salario más bajo, suben los impuestos haciendo menos atractivo el turismo y el asentamiento de empresas y mi duda es ¿qué pretenden? Todos vemos claro que cuando una familia se ha endeudado más de la cuenta tiene que empezar por disminuir el gasto, pero también tiene que aumentar los ingresos de alguna manera para ser capaz de reponerse a esta situación.

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En línea con lo anterior, en España todavía tenemos tiempo, tiempo para poder aumentar los ingresos antes de que la situación sea insostenible. Si echamos un vistazo a la composición de nuestro PIB, el porcentaje mayor de su composición reside en el sector servicios. El sector servicios es traicionero porque puede variar y cierto es que todo puede cambiar pero el ocio y el turismo es una variable con una inestabilidad y una flexibilidad grande. No podemos confiar nuestra resistencia a estos parámetros.

En España gozamos de recursos pesqueros, agrícolas y ganaderos ¿ dónde los hemos dejado? ¿En un mundo con una demanda de alimentos creciente no puede ser una buena opción el invertir en un sector primario fuerte? Así mimo tenemos un sector industrial pero demasiado concentrado en determinadas empresas y con un grado de innovación muy bajo ¿qué podríamos hacer para que la población aumentase su afán emprendedor? No cabe duda que esto es una obligación de todos y en ello deberíamos focalizarnos. Hace poco el FMI alababa nuestras reformas pero todavía las tildaba de insuficientes. Comentaba que necesitamos una reforma laboral agresiva ya que la que tenemos es insuficiente. Necesitamos medidas que nos ayuden a flexibilizar un mercado laboral anclado en el 21%.

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Aquí podemos ver cómo ha sido nuestra evolución desde que la crisis ha comenzado. Podemos definir la Formación bruta de Capital como el crecimiento sin deducir amortizaciones de la inversión y el capital en un sector concreto de la economía durante un período determinado de tiempo. Para que pueda aumentar la productividad es necesario que aumente esta variable y ha sido sin duda alguna la que más ha caído desde que la crisis ha comenzado, pero la necesitamos para poder asegurarnos una buena actividad económica y nivel de vida.

Sin embargo es curioso que mientras que nuestra inversión se ha precipitado el consumo no se ha reducido en la misma cuantía ¿es acaso esto una actuación correcta? No sería mejor destinar parte de nuestro consumo a fomentar el crecimiento futuro de nuestros recursos? Y los primeros que quizá deberían de plantearse el reducir gastos superfluos deberían de ser determinadas administraciones públicas. Hace ya algunos años en una visita a España economistas americanos se sorprendían de la cantidad de auditorios que tenemos en pequeños ayuntamientos que ¿son realmente necesarios? ¿Es necesario gozar de todo el aparato burocrático que tenemos? Porque a la población quizá le resulte más interesante tener los organismo más concentrados y no tener que padecer.

Otra idea que también nos puede llamar la atención es que todos los países que nos encontramos en el punto de mira somos conocidos como países en los que el cumplimiento tributario no es muy seguido.

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En dónde la responsabilidad social con la Hacienda pública no es asumida como un compromiso con la sociedad y nuestro futuro, por ello ¿no deberíamos cambiar el funcionamiento para asegurarnos que se lleva a cabo toda la recaudación que debería? En síntesis, lo que nos gustaría resaltar es la realidad que nuestra economía está viviendo, nuestro potencial y la capacidad y recursos de los que disponemos para todavía mejorar llegando a ser esa economía puntera que siempre hemos deseado ser.

fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/espana_analisis_y_reflexiones_para_salir_de_la_crisis

1 comentario:

  1. Gran artículo, sólo tengo un pero, los criterios del FMI nunca han resultado acertados, sus movimientos y los del Banco Mundial no han hecho m´s que dejar ruina por los países por los que han pasado. Una buena forma de recaudar para la Hacienda Pública, sin machacar a la mayoría de los ciudadanos sería aplicar la Tasa Tobin a las transacciones financieras. De esa manera se pueden relativizar (y rentabilizar) los movimientos especulativos financieros que tanto daño están haciendo. Claro que estas medidas se tendrían que tomar, si no ya a nivel global, cuanto menos a nivel europeo y a los amigos de Bundesbank y de la City, no les interesa demasiado

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