Los bancos alemanes han alcanzado un principio de acuerdo para tomar como referencia el plan de refinanciación de la deuda de Grecia elaborado por Francia en las negociaciones con el Gobierno alemán respecto a la participación del sector privado en la reestructuración de la deuda del país heleno.
“La propuesta francesa debería representar la base de trabajo para cualquier decisión de Alemania”, indicaron dos fuentes consultadas, aunque una tercera fuente apuntó que este plan galo aún debe ser “clarificado”.
Asimismo, aún no está claro si las compañías aseguradoras alemanas respaldarían un pacto de este tipo.
Los bancos franceses, los principales acreedores de Grecia, han alcanzado un acuerdo para refinanciar los vencimientos de deuda soberana griega en el marco de un plan europeo más amplio para evitar la suspensión de pagos del país heleno.
El sector privado alemán, que cuenta con una exposición a Grecia de entre 10.000 y 20.000 millones de euros, había solicitado al Estado que ofrezca incentivos para estimular su participación en el rescate de Grecia.
La propuesta francesa para reestructurar la deuda de Grecia contempla dos alternativas para los acreedores que podrán optar así entre canjear un mínimo del 70% de los títulos a vencimiento por nuevos bonos a 30 años, o cambiar al menos el 90% de los mismos por nuevas obligaciones del Gobierno griego a cinco años con un interés fijo del 5,5%.
En concreto, la primera alternativa supone canjear al menos un 70% del importe del principal de los bonos del país heleno con vencimiento entre 2011 y 2014 por nuevas obligaciones de Grecia con vencimiento a 30 años, cuyo principal estaría garantizado por un vehículo especial de inversión (SPV) mediante “bonos de cupón cero adquiridos por una o más entidades soberanas, instituciones supranacionales con calificación “AAA”“.
Bajo el segundo supuesto, los participantes invertirían un mínimo del 90% en nuevos bonos del Gobierno griego con vencimiento a cinco años a partir de la emisión de los nuevos instrumentos de deuda, que ofrecerán un interés del 5,5%.
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“A mi se me antoja que todo está ya escrito, todo pergeñado, y que lo que tratan las Autoridades, en este como en otros casos, es acostumbramos a lo que va a venir, para que cuando venga el lobo todo el mundo sepamos que el lobo iba a venir, aunque animal tan fiero nos devore, que es lo que suele pasar”, añade.
“¿Y qué se me antoja que está escrito? Que no habrá reestructuración formal, ni blanda, ni dura. Simplemente el alargamiento sine die de los plazos de vencimiento de los Bonos Soberanos, es decir, la conversión de determinada deuda Soberana en Deuda Perpetua ¿O acaso 30 años no son muchos años en un Mundo Global, que circula a una velocidad endemoniada. 30 años son muchos años, muchos siglos diría yo. O sea, deuda perpetua”, añade.
“Los que siguen de cerca los mercados financieros saben, llegado este punto (ahora pura hipótesis mía)que será en los mercados secundarios donde se producirán los duelos a sangre, es decir, las compras y las ventas de bonos. Y lógicamente estas transacciones se harán quitas, con descuentos notables. Dicho de otra manera, la quita la hará el mercado y no los estados ¿Genial, no?”, continúa.
“Pues esto no lo he inventado yo, ya está inventando ¿se acuerdan de los bonos Brady?”, concluye.
...Y en USA
Desde que Estados Unidos alcanzó su límite de endeudamiento el pasado 16 de mayo, el debate sobre la necesidad de elevar su techo de gasto ha sido constante. Tanto el presidente Obama, como un gran número de economistas y agencias de calificación urgen al Congreso a aprobar un acuerdo al respecto antes del 2 de agosto, fecha a partir de la cual el país será incapaz de cumplir con sus vencimientos de deuda.
Pero entre tantas voces a favor de un aumento, hay una parcialmente en contra, la del economista de Bank of América Merrill Lynch Ethan Harris. Este analista recuerda que los republicanos se han negado a elevar el límite de deuda a no ser que se acompañe de significativos recortes de gasto, según recoge Marketwatch.
Harris teme que se aprueben recortes drásticos en un momento en que la economía estadounidense no está por la labor de absorberlos, ya que los últimos datos macroeconómicos, sobre todo los relativos al mercado laboral, revelan un freno en la recuperación, y no son pocos los analistas que aseguran que es tan sólo el principio de una segunda recesión. Por eso, Harris se pregunta si no sería mejor que la economía hiciera frente a un default temporal, antes que a un recorte de gasto excesivo.
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Sobre los bonos Brady
Los bonos Brady nacieron con la crisis de la deuda en 1982. Llevan el nombre de su inventor, Nicholas Brady, ex secretario del Tesoro de los EE.UU. La Argentina emitió 30 mil millones de dólares a 30 años.
NESTOR RESTIVO escribió hace 16 años en Clarín: En agosto de 1982 México entró en cesación de pagos y desató la crisis de la deuda externa latinoamericana. Varios bancos acreedores bordearon una quiebra. Pero se organizaron en un club, bien que evitando algo similar al otro lado del mostrador.El primer intento de Estados Unidos para resolver la crisis fue el Plan Baker, lanzado por el secretario del Tesoro James Baker III. Pero la banca privada no apoyó la idea (incluía nuevos aportes del sector privado) y la iniciativa colapsó.La segunda invención tuvo más suerte porque invirtió las cosas y reflotó una antigua fórmula ya usada antes con algunos países deudores (por ejemplo, en la crisis del 30) aunque ahora más sofisticada: el canje de viejos pagarés incobrables y devaluados por nuevos títulos cotizables en los mercados. Un negocio para el cual EE.UU. buscó en Wall Street a un nuevo secretario de Tesoro, más ducho en esas cuestiones: el broker Nicholas Brady.La banca privada ya no sólo no debería seguir prestando (y no lo hizo por años) sino que podía beneficiarse con el canje de títulos. Usó viejos pagarés inutilizados en sus bóvedas para comprar parte de empresas públicas de América latina, y valuándolos al ciento por ciento de su precio nominal, cuando en los mercados se pagaban mucho menos. La operación se llamó recuperación de deuda. Pero ni uno de los países latinoamericanos, desde 1982 a hoy, redujo su deuda, que se duplicó y en un caso (Perú) se triplicó. Toda la región elevó su deuda de 275 a 610 mil millones de dólares; la Argentina, de 43 a 100 mil.Los bonos que ofreció la Argentina y casi toda América latina se llamaron genéricamente bonos Brady en honor a su inventor.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/ya_tenemos_aqui_la_deuda_perpetura_y_alli
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