En nuestro país veremos las consecuencias directas de este empeoramiento económico, ya que nuestros bancos más significativos están fuertemente expuestos a la economía portuguesa. Es decir que, en síntesis, no sólo vemos que nuestros bancos se estén viendo agobiados por una depreciación de los activos inmobiliarios que poseen o por una disminución de los ingresos derivados de las operaciones de crédito, si no que parte de sus activos pueden verse rebajados al aumentar las dudas sobre la economía de Portugal.
Las reacciones del mercado ante este hecho podrían haber sido descontadas ya en los últimos descensos de las acciones de Banco Santander, pero también puede ser que el valor esté intentado romper el soporte de los 8 euros para precipitarse a niveles alrededor de los 7,50 euros
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Otro punto importante a la hora de valorar este potencial descenso puede ser la segunda ronda de los test de estrés que, según la EBA (The European Banking Authority), serán aplicados a los bancos europeos durante los meses de marzo y junio. Este factor es importante ya que tendrán en cuenta los escenarios macroeconómicos del país, aspecto que no está en su mejor altura teniendo en cuenta que en España tenemos una tasa de paro que supera el 20%, un PIB que crece a niveles inferiores al 1% y un mercado de la vivienda todavía alejado de la senda de la recuperación. Ante estos aspectos, la valoración de Banco Santander puede verse afectada, lo que haría aumentar la incertidumbre sobre el título y presionar a la baja su cotización bursátil.
Recordemos que aunque Santander tiene la actividad distribuida en bastantes economías, la mayor parte de su actividad se centra en Europa con un preocupante 26 y 29 % respectivamente en España y Reino Unido, ambos países dependientes de la alarmante situación a la que estamos asistiendo en Portugal e Irlanda. Y esta cuestión nos da una razón más para confiar en los descensos del título. Este mismo hecho nos da pie a interpretar esta dependencia por el lado de los resultados, no sólo por el del riesgo, es decir, que su exposición a economías inseguras hace que disminuya su capacidad de generar negocio y beneficio al tiempo que obliga a aumentar la dotación de reservas por insolvencia que afectan, a su vez, al dividendo recibido en última instancia por el accionista.
Por todas estas razones anteriormente expuestas consideramos que puede ser un buen momento para entrar en posiciones cortas en la banca española, ya que el escenario macro a grandes rasgos acaba por ser muy similar para nuestros dos bancos más importantes. Esto es fácilmente observable a partir del análisis conjunto de ambos valores a lo largo del tiempo;
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En el gráfico observamos que hasta mediados de 2008, el comportamiento bursátil de BBVA fue muy superior que el de Santander, momento a partir del cual los valores se comportaron con cierta sintonía manteniendo a su vez un comportamiento correlacionado con el Ibex 35.
Como apoyo, incluyo las calificaciones que las principales casas de análisis le dan al título:
Pinchar sobre el gráfico para ampliarSantander
En síntesis, tras todo lo dicho podríamos apostar por descensos en Santander y en BBVA teniendo un ojo pendiente en un ETF de financieras, el cual nos permitiría la entrada a largo para reducir el riesgo de exposición bajista.
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