Adaptarse a las circunstancias del momento o morir. Las palabras de Darwin quedan patentes en el día a día de los negocios del libre mercado. Algo similar ocurre con el café. Así, lo que parecía que era un clásico sin posibilidad de evolución, desde hace unos pocos años ha conseguido reinventarse en formato cápsula.
La competencia que se da actualmente en este sistema más colorido, limpio, moderno y elitista que el tradicional, ha propiciado que en el último año las máquinas de café con sistema de cápsulas hayan bajado considerablemente de precio y lo que hace unos meses se compraba a unos 150 euros, siempre dependiendo del modelo y marca, hoy se puede conseguir por poco más de 50.
Los principales fabricantes de electrodomésticos han sacado al mercado su cafetera con su propio sistema de extracción del café. De esta forma, aquel que tenga intención de comprar una de estas máquinas se encontrará con un amplio abanico tecnológico bajo las firmas Philips, Fagor, Krups, Bosch, Taurus, o Delonghi, entre otras, además de una gran variedad de sabores. A esta lucha se une la de las marcas vinculadas a cada sistema de tueste del producto. Por ejemplo el café Starbucks, el té Twinings o el chocolate Milka sólo se pueden encontrar en la gama Tassimo fabricada con tecnología Bosch. Por su parte, los amantes del café Marcilla tendrán que apuntarse a Philips Senseo y los del Nescafé, Nesquik o Nestea a Krups.
Una cafetera Krups Dolce Gusto de gama media a principios de 2010 costaba 130 euros frente a los 80 a los que hoy se puede encontrar e incluye toda clase de descuentos extra a cargo de fabricante y distribuidor. Las ventas de cafeteras no han dejado de subir a pesar del panorama económico y el sector crece más de un 14%. Nespresso, una de las marcas pioneras y de mayor referencia del sector, registó un crecimiento del 20% en 2010 y cerró el ejercicio con unas ventas que superaron los 2.500 millones de euros.
El sistema de café por cápsulas fue ideado para evitar reducir el margen de beneficios de las principales empresas cafeteras frente a las pretensiones de los grandes distribuidores. El resultado es un mecanismo exclusivo que en algunos casos se vende en tiendas o en stands de la propia marca, como ocurre en el caso de Nespresso. Así, tras el influjo inicial causado por George Clooney, se esconde una nueva forma de negocio que, como ocurre en el caso de las impresoras, resulta más rentable por los consumibles que por las propias máquinas responsables de producir el producto.
El negocio está en las cápsulas
En un país tradicionalmente cafetero –cada español consume más de 600 cafés de media cada año- la opinión de la mayoría de consumidores es que el sistema de cápsulas da un producto con mejor sabor y aroma. Además, si encima bajan el precio de estas máquinas, miel sobre hojuelas. Entonces, ¿dónde está el truco?, ¿dónde reside el beneficio para las compañías? En el precio de las cápsulas. Es muy alto. De hecho, hay quien dice que este mercado, al igual que sucede con el ladrillo español, se está convirtiendo en una burbuja.
El precio de un paquete de 250 gramos de una conocida marca de café es de 1,80 euros frente a los 2,70 euros que cuestan 18 cápsulas monodosis de esa misma marca. El valor por cápsula en las distintas marcas oscila entre los 0,25 y los casi 0,42 céntimos y es ahí, y no en las máquinas, donde reside el verdadero negocio de este sector, tal y como señala Rubén Sánchez, portavoz de Facua.
“Los fabricantes saben que deben bajar los precios de las máquinas de café porque de esta forma se consigue enganchar al cliente y llevar a los usuarios a consumir las cápsulas, que es donde verdaderamente se encuentra el negocio”. No sucede por igual con todos los modelos, pero lo que empezó siendo un producto con tintes elitistas va llegando poco a poco a todos los hogares y su precio se hace más asequible.
En un mercado en auge en el que el número de consumidores de café en cápsulas ha pasado del medio millón de usuarios en 2009 al millón y medio que hay en la actualidad, los principales fabricantes han puesto toda su artillería sobre la mesa para captar la mayor cuota posible de mercado. En los últimos tiempos se ha anunciado que la compañía United Coffee, proveedor de café tostado para marcas como Mercadona, ha lanzado una gama de marca blanca de cápsulas que pretende competir con los gigantes del sector.
Conflictos entre marcas
A finales del año pasado Nespresso llevó a los tribunales a la compañía Sara Lee acusándola de violar sus patentes. Y es que, pese a que la comercialización de la marca blanca de las cápsulas está en fase experimental en grandes superficies como Mercadona, sacar al mercado productos que sean compatibles con cafeteras de otras marcas está penalizado por los registros de propiedad.
Mientras tanto, el derecho exclusivo de comercialización beneficia a las grandes empresas del sector que se encargan de fijar unos precios que garanticen la viabilidad de su negocio. Desde Facua consideran que “lo que se paga es desproporcionadamente más caro que el coste del paquete de café tradicional”, un argumento que parece no hacer mella a la venta de estos pequeños recipientes de colores y al encanto que George Clooney ejerce sobre ellos.
http://www.elconfidencial.com/economia/2011/burbuja-cafeteras-capsulas-20110501-78061.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario