lunes, 30 de mayo de 2011

Lo que está viniendo, lo que ya ha llegado

¡Cuidado!. Esta crisis no se ha debido al período de tipos bajos que hemos vivido, los tipos bajos fueron uno de los motores de un crecimiento que ha llevado a la crisis que justo hemos comenzado.

Ya lo hemos dicho aquí: agotado el modelo se le inyectó nitro: concesión de crédito a todo aquel que pudiera firmar, aumento de la capacidad de endeudamiento hasta el infinito particular de cada ciudadana/o, y bajada de tipos. Para las entidades financieras el negocio pasó a estar en el bulto, en el volumen: más, más, más.

Ahora la capacidad de endeudamiento se ha agotado: no queda nitro en el depósito, por lo que la actividad está cayendo porque ‘la gente’ ya no tiene crédito, el desempleo crece y ‘la gente’ no puede pagar lo que debe (y a más desempleo menor capacidad global de pago: España: si no se ha hecho ya, que alguien calcule cuál es el monto de los créditos hipotecarios que tiene la población activa española: ese es el volumen de las posibles spanish subprime, a partir de aquí sólo hay que ir descontando lo que deben los desempleados: ese será el importe de la impagadosidad hipotecaria), y el desempleo va creciendo, por lo que a las empresas les va creciendo su exceso de capacidad productiva. (¿La exportación?: consumo a crédito en otra parte).

Nada justificaba la última subida de tipos salvo una cosa: dar un regalo a las entidades financieras: al decrecer el volumen de negocio que ganen más con aquel negocio que ya está hecho. Es un camino, pero como los otros: de hoy para mañana: ganar un par de semanas. A medida que las cuotas crediticias se encarezcan ‘la gente’ aún podrá consumir menos (por lo que quienes nos exportan podrán vendernos menos, y su exceso de capacidad productiva se manifestará: Alemania: el 50% de su PIB es exportación). La impagadosidad crecerá, y las entidades financieras verán como lo que ingresan por un lado se va por otro; unas entidades financieras que ya están plagadas de agujeros: los activos contabilizados a X cuyo valor real es (X – n) siendo n un guarismo que no cesa de crecer.

A esto añadan el affaire Grecia, el de Portugal, el de España, el de Italia, el de Bélgica (el de Irlanda no, Irlanda, pienso, es una historia anglosajona, es decir, no continental; como lo de los desayunos en los hoteles de antes, sí). Muchos temas, ya, complicado porque nada tiene que derrumbarse: la caída tiene que ser suave, por lo que hay que amortiguar el derrumbe.

Entre que salen los stress tests y se analizan y discuten estamos en Septiembre. Algo habrá que dar a Grecia: poco: lo justo para que no se hunda, a Portugal también, algún grito adicional se le dará a España. Estas pruebas a las entidades financieras, pienso, van a ser bastante más reales que las del año pasado, no totalmente reales, claro: amortiguación. (Lo de la amortiguación, pienso, es lo que más claro se tiene: hay que evitar la caída incontrolada de la Depresión, cosa que hoy se puede hacer). Pero a partir de Septiembre / Octubre …

Hasta que se asuma que nadie puede pagar toda su deuda y hasta que se identifique que deuda no puede ser pagada no podrá abordarse el problema de la porquería que guardan las entidades financieras, aunque esté identificada (que, pienso, lo está). Ni las pomadas ni los antibióticos tienen ya efecto: está llegando la hora de la cirugía, pero las actuaciones quirúrgicas siempre tienen consecuencias.

La salida de esta crisis pasa por eliminar una capacidad de generación de PIB que es virtual, por rediseñar el uso y el pago de un PIB generado a través de instrumentos virtuales que ya no funcionan, por asumir retrocesos, pérdidas y menoscabos (de asalariados, sí, pero también de accionistas y de otros inversores varios), y por adecuar poblaciones activas a otras necesidades estructurales. ¡Exactamente!: por cambiar a un nuevo modelo.

(En Francia el precio de la vivienda está subiendo, en París, sobre todo, mucho. ¿Por qué?. No existe una explicación lógica, nada lo justifica: vean la evolución del PIB galo. Los motivos deberían buscarse en otro lado: si crece el precio de la vivienda los activos se revalorizan / pueden revalorizarse y pueden pintarse expectativas de nuevas revalorizaciones. Ya: eso dura lo que dura, pero puede ser suficiente: para llegar a Septiembre / Octubre, si).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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