Doy por supuesto que han reparado en ello: Grecia, Irlanda, Portugal: los-que-no-debieron-entrar (IRL no es del Sur, pero a efectos de lo que viene como si lo seriese). Esas economías, jamás de los jamases debieron haber entrado en el euro, España tampoco, claro, pero de eso hablaremos después. En ninguna de las listas del euro figuraba sus nombres, y no debían estar por una única razón, ¿la adivinan?, pues porque … su competitividad era ridículamente reducida.
Al final se hicieron cálculos: tenerlos fuera era más peligroso que tenerlos dentro por los manejos monetarios que podían hacer y las consecuencias que eso podía tener sobre el euro debido a las vinculaciones comerciales de esos países con la futura área euro; además, bien montada la cosa podía dar negocio: entre los fondos estructurales (de los que muchísimo se beneficiaron quienes los dieron: ¿quién ha fabricado muchos de los trenes que circulan por las líneas AVE del reino?), la inversión extranjera que se vino a estos países tras su entrada en el euro, la bajada del impuesto de beneficios de Irlanda, el boom del ladrillo español (el 50% dinero europeo), negocio turístico, etc. el Cuarteto del Sur ha reportado sus buenos beneficios a la UE, hasta que la fiesta se acabó. (Recuerden el informe de The Economist de Noviembre del 2008: “The Party is Over” (http://www.economist.com/node/12501023).
Lo malo, lo terrible es que, cuando el acreedor dice basta, las deudas hay que devolverlas. ‘El Cuarteto fue bien y más que bien’, pero fue acumulando una deuda total monstruosa que ya es insostenible: nadie se fía de que pueda ser pagada. Había que dar el último apretujón y exprimir lo máximo que se pudiera el limón: de ahí los aumentos en los precios de la deuda en las emisiones que han ido teniendo lugar en esas economías, el último apretujón que añadía más presión a la caldera y acercaba a los países al rescate: la garantía de que la deuda iba a ser pagada, garantía que tampoco era gratis: por ella también hay que pagar.
Grecia, KO; Irlanda, KO. Portugal vio lo que significaba el recate (jamás menosprecien a una portuguesa ni a un portugués, nunca intenten engañarles: tienen un séptimo sentido para intuir las cosas, de verdad): dependencia, acogotamiento, más dependencia, empeñarse de por vida en el pago de una deuda impagable, el problema es que llegado a este punto la partida ya está perdida: el acreedor ha llegado y ha exigido la deuda, y o pagas, o pagas, es decir, solicitas la ayuda (hasta en eso: la ayuda no se ofrece, se ha de implorar).
España. Con España hay dos problemas: 1) ya lo hemos dicho: por el volumen de su economía y por el volumen de su deuda España es irrescatable, y 2) España posee el 30% de la deuda exterior portuguesa, por lo que un impago generalizado de Portugal significaría un leñazo de 75 mM€ para, fundamentalmente, las entidades financieras españolas de consecuencias potencialmente muy destructivas que podrían desencadenar procesos desestabilizadores imposibles de calibrar.
Pienso que el rescate de Portugal está realizado, orquestado, diseñado, pensando básicamente en España. Cierto otros países tienen deuda portuguesa, pero el impacto de un impago total de Portugal, en proporción, afectaría más a España que a The UK: España es uno de los miembros del Cuarteto. Se garantiza que las entidades financieras españolas van a cobrar y ya se le exigirá a la población portuguesa que apoquine impuestos y que sufra recortes: esa pasta SI hay que devolverla (quita al margen, que, pienso, la habrá, pero más adelante: Portugal y todo el mundo: cuando esté todo pintado y en su sitio). El Parlamento portugués no quiso aceptar el PEC-4 y ahora va a tener que tomarse un PEC-4 plus con recargo. El Sr. Sócrates tenía razón: siempre es mejor llevar tú la iniciativa en las negociaciones, pero eso es si te dejan, y los acreedores de Portugal ya habían decidido: aunque el Parlamento hubiese aceptado la suerte ya estaba echada. Bien, el affaire Portugal ya está cerrado, y ahora …
A España hay que sostenerla, estrujándola lo que se pueda, claro: tiene que pagar el haber entrado sin tener el carnet: sólo un pase, y ya ha caducado. España tiene una deuda enorme, una dependencia exterior tremenda, un PIB poco valioso, un modelo productivo que no garantiza suficiente crecimiento para pagar lo que debe, pero España es muy grande al igual que lo es su capacidad de causar daño. Pienso que con España se va a seguir, ‘los mercados’ van a seguir, haciendo lo que han estado haciendo hasta ahora: estrujando, presionando, pero sin que la cuerda se acaba de romper, que se deshilache un poco si: ya le pondrán un poco de cinta americana: lo suficiente para que siga aguantando, y que el Gobierno de turno: el actual o el que sea, que vaya presionando a su población con más impuestos y más recortes a fin de garantizar pagar lo que debe.
España tiene otro problema, un problema del que aquí no se habla pero sí, pienso, fuera: sus grandes desequilibrios fiscales interiores; con ese tema ‘los mercados’ también se van a meter, no ahora, claro: ahora hay que definir el marco de referencia, el ajuste fino llegará después; y en ese ajuste fino se aplicará el mismo esquema a nivel regional, pienso, es lo lógico, ¿no?.
Y la quita. Fíjense que hasta ahora no se ha hablado del tema. La pregunta es muy simple: Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, Dinamarca, Surinam, Papúa Nueva Guinea, Islas Marshall, Burkina Faso, … deben X, de ese X, ¿cuánto pueden pagar?, ¿cómo podrán pagarlo?, eso vendrá después; y con España sucederá lo mismo: España debe cuatro billones de euros, de esa cantidad, ¿cuánto puede pagar?, ¿cómo puede pagarlo?. Tiene consecuencias, ya: las quitas, sus implicaciones, los imprescindibles cambios para digerir eso. España no va a ser rescatada, pienso, pero lo que en la calle se palpará será como si lo hubiese sido.
Por cierto, ¿han visto lo que pasó ayer?. LA noticia: el rescate de Portugal, la segunda noticia: el papel del Madrid y del Barça en la Champions, la tercera: el aumento de los tipos en la UE (pensaba que no subirían: no sube la inflación sube el petróleo, que no es lo mismo, pero sí: los han subido: tendrá consecuencias), la cuarta: las nuevas previsiones económicas del Gobierno del reino: ¡en cuarto lugar!: desapercibidas.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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