Para un particular, vender una vivienda se está convirtiendo en una misión cada vez más imposible. La competencia de las entidades, que ofrecen descuentos y facilidades de financiación, y la crisis que azota las economías domésticas complican la operación. Pero por si se va a animar en 2011, Marketwatch ha preguntado a expertos y ha elaborado una pequeña lista con consejos útiles.
Poner el precio adecuado desde el principio
Muchos vendedores creen que su casa vale más de lo que pagaron por ella. Esto les lleva a asignar un precio a la vivienda por encima del que debería tener. Esto, según la asesora de Trulia.com Tara-Nicholle Nelson, es una mala idea en cualquier época, pero mucho más ahora que los compradores buscan precios ajustados y que promotores, agencias y demás agentes del mercado se afanan por librarse del stock.
Para combatir esta tendencia, Nelson recomienda visitar casas del entorno que estén a la venta y estar pendientes de los anuncios de inmobiliarias para hacerse una idea de cuál sería la valoración más apropiada para la zona. Además, si va a pedir ayuda a una agencia para que haga de intermediaria, intente no quedarse con una sola opinión, añade el director de HomeGain.com, Louis Cammarosano.
Hay que tener en cuenta también que la percepción que tienen los posibles compradores de aquellos inmuebles que llevan en venta largos periodos. Estar durante mucho tiempo en el mercado supone varias reducciones de precio, lo que puede llevar a pensar que pasa algo con esa casa, apunta Cammarosano. "Normalmente, es mejor no tratar de probar las aguas con un precio demasiado elevado", agrega.
Poner la casa a punto
En estos tiempos que corren, una casa ya no se vende por sí misma. Por una parte, una vivienda que necesite muchas reformas ahuyentará a los compradores. Por otra, cuanto más atractiva sea la imagen que proyecte el inmueble, más probabilidades tendrá de que alguien quiera vivir ahí.
Según explica la agente inmobiliaria Beth Jaworsky, "cuanto más puedas hacer que tu casa se parezca a la de un catálogo, mejor para ti". Esto incluye pintar paredes en colores neutros, despejarla lo máximo posible de muebles o accesorios, vaciar y limpiar la nevera...
Existe otra razón para ello: el espacio. "Cuantas menos cosas haya, más grandes parecerán las habitaciones, el trastero o el garaje", añade la agente, que recomienda hacer siempre una revisión a fondo de la casa para detectar cualquier posible daño o avería que necesite ser reparado.
Aportar toda la información posible
En primer lugar, es bueno especificar en el anuncio -especialmente si es a través de una plataforma online- que se trata de un inmueble que procede de particulares, no de un banco. Para Nelson, un buen número de compradores prefiere mantenerse al margen de propiedades que han sido embargadas.
También es recomendable tener a mano las últimas facturas de agua, luz y gas, así como de las últimas obras o reparaciones que se hayan llevado a cabo en la vivienda. También les serán muy útiles a los que visiten el piso las medidas, para que puedan planificar la distribución y la decoración sin tener que regresar una y otra vez.
"Los compradores siempre están interesados", indica Jaworsky, así que "cuánta más información puedas proporcionar, mejor", afirma.
Facilitar las visitas
Es importante que cada vez que surja la posibilidad de realizar una visita, la casa esté lista para enseñar. En este punto, la función de un agente inmobiliario puede ayudar, aunque si no es un buen recurso tener a alguien -amigo, vecino, familiar, etc- que colabore con la tarea.
"La vivienda tiene que ser fácil de enseñar porque no sabes si vas a tener una segunda oportunidad", indica el asesor inmobiliario David Welch, que insiste además en la importancia de la primera impresión. "El comprador quiere que le guste la casa, así que hay que mantenerla en buenas condiciones para mostrarla", añade.
Ser flexible
Por último, conviene tener en cuenta que en estos tiempos el comprador suele estar al mando... y que él lo sabe. Y, a no ser que el vendedor esté realmente seguro de que logrará desprenderse del inmueble en poco tiempo por las cualidades intrínsecas del mismo, debe estar preparado a aceptar ciertas peticiones.
Así lo resume Jaworsky: "El comprador quiere ver la casa a las 7 de la mañana. Vale. El comprador quiere llevar a diez miembros de su familia y al tasador para revisar la casa este fin de semana durante tres horas. Vale. El comprador quiere incluir la mesa y las sillas de la cocina y el cuadro del salón. Vale".
fuente: http://www.eleconomista.es/vivienda/noticias/2703941/12/10/Quiere-vender-una-vivienda-en-2011-Cinco-consejos-para-comenzar-con-buen-pie.html
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