miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los bancos podrán mantener el dividendo pese a la norma de Basilea

Las entidades españolas deberán tener un capital de calidad de al menos el 6,37% para mantener sus actuales políticas de retribución. Todos los bancos cotizados superan ese umbral.

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Los bancos españoles podrían seguir pagando dividendos si la reforma regulatoria de Basilea III entrara en vigor mañana. El cambio normativo que los supervisores financieros preparan desde hace dos años aumenta la vigilancia sobre el reparto de los beneficios de las entidades. Para incrementar la resistencia de la banca ante futuras crisis, los reguladores han acordado reforzar el capital del sector.

Una de las vías para lograrlo es la imposición de restricciones al pago de dividendos cuando los bancos no cumplan determinados niveles de solvencia. Desde el inicio de la crisis, los supervisores han censurado que algunas entidades internacionales que acabaron sucumbiendo a las tensiones siguieron abonando generosos pagos a sus accionistas cuando ya mostraban signos de debilidad.

Conservar el capital
Para evitar que estas prácticas se repitan, el sector deberá contar con un nuevo colchón de conservación de capital. Se ha estructurado como un extra de recursos propios sobre el mínimo exigido. En el caso de la ratio de máxima calidad (common equity Tier 1), similar al actual core capital (capital y reservas sobre activos ponderados por riesgo), el mínimo regulatorio se ha establecido en el 4,5%. Dependiendo de si la hucha suplementaria de fondos está más o menos llena, los bancos sufrirán limitaciones en el reparto de sus beneficios.

En este sentido, los supervisores han establecido que las entidades con un core capital de entre el 4,5% y el 5,125% deberán cancelar las políticas de remuneración y destinar todo su resultado a reforzar la solvencia. Cuando la ratio se sitúe en una horquilla entre el 5,125% y el 7%, el pay out (porcentaje del beneficio destinado a dividendos) podrá oscilar entre el 20% y el 60% (ver cuadro). Sólo cuando el core capital supere el 7%, el sector tendrá plena discrecionalidad sobre el destino del 100% de sus beneficios.

Los bancos españoles, que siempre se han caracterizado por unas políticas de retribución prudentes, reparten, de media, en torno al 50% de sus resultados entre sus accionistas. Por tanto, teniendo en cuenta las horquillas fijadas por los reguladores, las entidades deberían tener un core capital de al menos el 6,375% para poder mantener sus políticas de retribución.

En la actualidad, todos los bancos cotizados superan este umbral. El grupo con más holgura es Popular, con una ratio del 8,66%, a cierre de septiembre. Le sigue Santander (8,50%) y BBVA (8,20%). Bankinter es el que tiene menos margen de maniobra. El capital de máxima calidad de la entidad está en el 6,6%.

Las principales entidades cotizadas han venido repartiendo en los últimos años una media de 7.500 millones de euros con cargo a las cuentas de cada ejercicio entre casi 4,5 millones de inversores que componen su base accionarial. Los abonos de Santander y BBVA, beneficiados por el aporte de su negocio internacional, están compensando la retribución global del sector y los menores pagos de las entidades medianas, con su actividad centrada en España. Los analistas consultados por FactSet prevén, de hecho, que Santander y BBVA paguen con cargo al ejercicio 2010 el mismo dividendo por acción que en 2009. Los accionistas del resto de bancos verán reducida su retribución por título entre un 17% y un 31% (ver gráfico). La rentabilidad por dividendo de la banca española ronda el 5,6%.

Control sobre los bonus
Los pagos a los accionistas no son los únicos que están bajo la lupa de los supervisores. Las limitaciones también afectan a otros abonos que pueden contribuir a una descapitalización del sector. Entre ellos, los programas de recompra de acciones propias, los bonus de los altos ejecutivos, o la remuneración en forma de cupón que pagan otros instrumentos de capital. Las restricciones no afectan a ciertos scrip dividends, programas de retribución flexible al accionista como los que tiene en marcha Santander. Ofrecen al inversor la posibilidad de cobrar el dividendo en efectivo o acciones.

fuente: http://www.expansion.com/2010/12/28/empresas/banca/1293576253.html

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