- Hay que huir de los planes de deuda con comisiones que superen el 0,50%
El aumento de la rentabilidad de la deuda pública está teniendo un efecto muy negativo en los planes más conservadores. La mitad de los inversores ya pierde dinero. ¿Hay alguna forma de evitarlo?
Sus nombres engañan. Ni la renta fija, aunque sea a corto plazo, ofrece unos rendimientos fijos de forma constante. Ni los productos monetarios son un seguro en los que guarecerse de las pérdidas patrimoniales. Unos y otros han visto cómo la crisis de la deuda de la eurozona no sólo les ha hecho daño, sino que además les ha obligado a mudar sus tímidas ganancias de años anteriores por pérdidas.
La situación cobra aún más gravedad si se tiene en cuenta que son precisamente estos productos los que recomiendan las entidades para los perfiles más conservadores. Y no sólo en lo que a fondos se refiere, sino también - y aquí el tema cobra más dramatismo- en lo referente a planes de pensiones. De hecho, un reciente estudio del Observatorio Inverco afirma que un 17 por ciento de los planes de pensiones que más se demandan este año son de renta fija.
Por eso el hecho de que la rentabilidad del bono español a diez años se haya disparado al 5,5 por ciento actual o que ahora el Tesoro español tenga que pagar rendimientos del 3,45 por ciento en las letras del Tesoro a 12 meses frente al 0,86 por ciento de su subasta de enero no ha hecho sino empobrecer la cartera de los ahorradores que tuvieran algún plan de pensiones monetario o de renta fija a corto plazo, ya que hay que tener en cuenta que en la valoración de estos no sólo incluye el precio del cupón, sino también el valor que tengan sus emisiones en el mercado secundario.
Esto ha desencadenado que ahora 865.000 de los 1,5 millones de partícipes, el 57 por ciento, que tienen un plan de pensiones de deuda a corto plazo estén acumulando pérdidas en el último año. Si bien es cierto que, precisamente en el caso de los planes de pensiones, la evolución a corto plazo no es significativa (hay que tener en cuenta que es un tipo de inversión con la que no se busca hacer trading sino obtener plusvalías a largo plazo), no es menos real que el mal comportamiento que han tenido este año está llevando a algunos a acumular pérdidas a largo plazo (el año pasado sólo había dos planes de pensiones de este tipo con pérdidas a cinco años y ahora la cifra ha aumentado hasta cinco).
Y eso, teniendo en cuenta que suelen ser los inversores que están más próximos a su edad de jubilación los que tienen sus ahorros en estos productos es preocupante, ya que el margen que tienen para recuperarse de estas pérdidas es cuanto menos escaso. Sobre todo teniendo en cuenta las perspectivas que los analistas tienen sobre la inversión en deuda europea: la privada ya ha agotado el potencial, a la rentabilidad de la renta fija pública más segura, como la alemana, el único camino que le queda es el repunte y el rally del rendimiento de los bonos de la periferia europea no ha tocado aún techo.
Qué puede hacer el ahorrador
Pero eso no es lo más preocupante. Al fin y al cabo para situaciones como ésta se inventó la ventaja fiscal que tienen los fondos y planes de pensiones, en donde los traspasos están exentos fiscalmente. El problema está en que no hay alternativas con el mismo poco riesgo a las que traspasar el dinero. "En fondos de inversión la mejor opción serían los de retorno absoluto pero tratándose de planes de pensiones no porque habría que asumir más riesgo", afirma Ricardo Sánchez-Seco, de Gestiohna.
Sin embargo, hay algunos trucos para conseguir mantener el perfil bajo de riesgo y no perder dinero invirtiendo en fondos monetarios o de renta fija. Uno de ellos es fijarse en la comisión que cobran a sus partícipes.
"La mejor opción es buscarse un plan de pensiones que tenga capacidad de invertir en depósitos y una baja comisión de gestión", afirma Sánchez-Seco. Y por baja comisión se entiende, a su juicio, que cobre el 0,50 por ciento sobre el patrimonio como máximo. Una tarea ardua, ya que de media estos productos cobran un 1,13 por ciento de media, frente al 0,60 por ciento de media de los fondos, según los datos de Morningstar.
Dentro del pequeño grupo de planes de pensiones de este tipo que cobran a sus partícipes comisiones inferiores al 0,5 por ciento conviene destacar el comportamiento de Caser Alligator. Este producto sólo soporta un gasto de gestión del 0,30 por ciento y consigue ganar más de un 5 por ciento en lo que va de año. Una rentabilidad muy superior al 0,19 por ciento que ceden de media estos productos en el ejercicio.
Otra opción es traspasar al plan de pensiones a otro que sí haya demostrado que ha sabido capear la tormenta que, desde el mes de mayo, ha caído sobre el mercado de deuda pública. A este respecto, hay que recordar que los traspasos entre planes de pensiones están exentos de pasar por Hacienda y que este tipo de productos rara vez soportan comisiones por reembolso.
La mala noticia es que son pocos los planes de pensiones que consiguen no acumular pérdidas desde el mes de mayo, cuando la crisis de la deuda encontró su réplica en el mercado. De los 112 planes de pensiones de renta fija a corto plazo o monetarios, sólo 45 lo logran. Una vez más hay que destacar el caso de Caser Alligator. Desde mayo hasta ahora consigue una rentabilidad superior al 4 por ciento (ver gráfico). Cajasur Monetario y Rioja Plandepósito son los otros dos productos que consiguen rentabilidades positivas pese a la tormenta de la deuda. Ambos tienen en común que destinan parte de su cartera a la inversión en depósitos, cuya rentabilidad no ha dejado de incrementarse ante el recrudecimiento de la guerra del pasivo que han llevado a cabo las entidades para obtener financiación ante los problemas para conseguirla en otros mercados. Ambos, además, ganan más de un 2 por ciento en 2010, logrando así su objetivo de obtener rendimientos por encima de los tipos de interés, que desde mayo de 2009 permanecen en el 1 por ciento.
Sin embargo, ojo, porque, aunque ningún analista cree que el BCE vaya a subir el precio del dinero, al menos hasta finales de 2011, un incremento en los tipos de interés, si bien tiene en la renta fija a largo plazo a su principal perjudicado, también daña a los planes de pensiones de deuda a corto.
Por ello, otra alternativa a los planes de pensiones de renta fija pasa por acudir a los Planes de Previsión Asegurados (PPA). Son seguros de vida que disfrutan de las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones (el ahorrador se puede deducir hasta 10.000 euros al año en su declaración de Hacienda) pero que, además, ofrecen siempre una rentabilidad garantizada, ligada la evolución de, precisamente, la deuda pública. Según los datos de Unespa, la Asociación Empresarial del Seguro, el patrimonio de estos productos creció en los nueve primeros meses del año un 8,15 por ciento, superando los 5.000 millones de euros. Además, los traspasos entre planes de pensiones y PPA también están exentos de pagar a Hacienda.
Cuándo hay que rescatar
Ya sea a los 65 o a los 67 años hay que tener en cuenta que el momento de la jubilación puede no ser siempre el mejor momento para rescatar los ahorros acumulados en el plan de pensiones. Al menos no para hacerlo de golpe. "Aunque el inversor esté cerca de jubilarse no debe poner todo su dinero en productos monetarios sino sólo lo que vaya a necesitar en los siguientes dos años; el resto lo puede seguir invirtiendo en productos algo más arriesgados", afirma Jacobo Zarzo, analista de Atlas Capital.
Además, así se evitará sustos fiscales, ya que no hay que olvidar que el dinero rescatado tributa como rendimientos del trabajo, es decir, a un tipo comprendido entre el 28 y el 43 por ciento. Y lo normal es que si se rescata en forma de rentas, éstas no cambien el tipo impositivo o sólo lo incrementen mínimamente.
eleconomista
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