La fuga de cerebros en Microsoft empieza a ser preocupante. La marcha anunciada la semana pasada de Ray Ozzie, desde 2006 jefe de arquitectura software de la compañía y heredero del papel de Bill Gates, ha sido un jarro de agua fría para los propios empleados de la empresa. Muchos comentan en privado su inquietud, lógica, por otro lado, si se tiene en cuenta que la salida de Ozzie se une a otros dos abandonos clave: Stephen Elop cambió la cúpula de Microsoft hace varias semanas para dirigir Nokia, y Robbie Bach dejó de ser responsable de la unidad de entretenimiento de la empresa en mayo.
Estos movimientos suponen, además, que todo el control de la dirección de la compañía pasa a manos de su consejero delegado, Steve Ballmer. Una opción que empieza a generar grandes críticas entre numerosos analistas de la industria TIC, que consideran peor que Ballmer haya dicho que prescinde de la figura del "arquitecto jefe" que la propia marcha de Ozzie de la compañía, porque eso supone que Microsoft prescinde de la figura del visionario. Algo que puede tener una gran trascendencia en el futuro de la multinacional.
"Al paso que va esto, se va a quedar sólo Ballmer con sus bailes con la Kinect el sistema para jugar con la consola Xbox sin necesidad de mandos y sus charlas de motivación primaria. Supongo que en Apple o Google lo estarán celebrando, o a lo mejor ya, ni eso", publicaba estos días en su blog el analista español Jaime García Cantero. Unas palabras que dejan entrever un trasfondo peligroso, porque como también advierte este experto, la compañía "no ha estado precisamente sobrada de visión en los últimos años" y, sin embargo, prescinde de uno de los mayores gurús.
Con Ballmer solo al frente del timón, muchos piensan que a Microsoft sólo le queda creatividad y agresividad comercial, artes que domina, dicen, su máximo ejecutivo. Pero le va a faltar algo clave para su futuro: visión en el desarrollo de productos. "Por mucho que les duela, Ballmer no es Steve Jobs, un hombre más innovador, que piensa en lo que va a venir dentro de cinco años", alertan otras voces.
Aunque hay algunos analistas e incluso directivos de Microsoft que han defendido que la marcha de Ozzie no va a significar mucho para el futuro de Microsoft "porque nunca dejó su huella en la compañía", cuesta pensar que una empresa como la que fundó Gates no ha sabido sacar partido a una mente privilegiada como la de Ray Ozzie, que ha reinventado según muchos la industria del software con sus aportaciones. Este hombre, de 54 años, fue el primero que habló de colaboración y creó Lotus, y ha sido pionero en determinar la importancia de la nube, del llamado cloud computing. Que se marche de Microsoft el padre de su plataforma Windows Azure, una de las piezas fundamentales de la firma para competir con Google, Amazon e IBM en el terreno del software como servicio, cuando se está dando a conocer, no es buena noticia.
También es justo decir que Microsoft se habría visto forzada a cambiar a algunos de sus ejecutivos, como pudo ser el caso de Bach. El fracaso de sus móviles Kin, que retiraron del mercado tan solo dos meses después de lanzarlos, dejaba poco margen a Ballmer para mantenerle al frente de su unidad de negocio.
A Microsoft se le ha criticado en los últimos años su llegada tarde a ciertos mercados. Esto ha ocurrido en el negocio de los smartphones, donde se han dejado comer un terreno precioso y difícil de reconquistar desde que saltó a escena el iPhone de Apple; en el software como servicio, donde inicialmente se resistió por temor a una posible autocanibalización de sus ingresos por la venta de licencias, o el nuevo negocio de los tablets. El mayor riesgo al que se enfrenta la firma es a perder posiciones como referente de la industria. "Ya está pasando", dicen algunos observadores. "Basta ver los periódicos para contrastar que hoy los referentes son Google, Facebook, Apple...".
Con todo, Microsoft no es la única empresa que está sufriendo la salida masiva de directivos; ni la única que ha perdido esa capacidad de aventurar por dónde irá el futuro tecnológico. Nokia atraviesa también su propia travesía del desierto, en la que trata de recuperar el ritmo de creación tecnológica y así hacer frente a grupos como Apple, Google y RIM, que le han desgastado ampliamente en el área clave de los smartphones. Nokia, pese a ser el fabricante líder de móviles, ha sufrido en los últimos meses una auténtica sangría de directivos. El último, la pasada semana, cuando se marchó Lee Williams, el responsable de la Fundación Symbian. Y era el sexto relevo en dos meses, el más relevante, el del consejero delegado Olli-Pekka Kallasvuo. También se han ido o van a hacerlo Jorma Ollila (presidente del consejo de administración), Anssi Vajoki (vicepresidente y responsable de los smartphones), Ari Jaaksi (responsable de la plataforma MeeGo), y Mark Loughan (director de Nokia en Reino Unido).
Aunque Elop, en su primera call conference con inversores de Nokia, celebrada el pasado jueves, se mostró muy claro sobre cuáles son sus ideas: afirmó que quiere enfocar la organización hacia el desarrollo de una única plataforma integrada de hardware, software y servicios para que haya una toma de decisiones más rápida tanto en los proyectos internos como en las alianzas externas, el ejecutivo dijo que tanto la cúpula (a que la también tendrán que alimentar con algún visionario, según los analistas) como la plantilla debe alinearse en esa dirección.
fuente: http://www.cincodias.com/articulo/empresas/Microsoft-Nokia-necesitan-fichar-cabezas-visionarias/20101025cdscdiemp_12/cdsemp/
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