El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, lo admitió ayer por primera vez. Tras el toque de atención incluido en el último informe del Banco de España y la advertencia del BCE, el Gobierno admite que adoptará las medidas de ajuste fiscal adicionales que sean necesarias para cumplir con sus objetivos de déficit.
El Banco de España aconsejó al Gobierno la semana pasada preparar medidas adicionales de ajuste fiscal en el caso de ser necesario. Y el miembro del Comité Ejecutivo del BCE, José Manuel González-Páramo hizo lo propio ayer: "es preciso acelerar las reformas pertinentes para liberar las fuerzas del crecimiento".
La entidad dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez advirtió que los planes de reestructuración del Gobierno podrían no ser suficientes para sembrar la confianza en los mercados. Una idea apuntalada por la recomendación de ayer de la autoridad que vela por el euro.
Respuesta del Gobierno
La respuesta del Ejecutivo no tardó en llegar: cueste lo que cueste. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, subrayó que para el Gobierno la estabilidad presupuestaria para el periodo 2010-2013 es una prioridad y sus objetivos de déficit para este año del 9,3% y del 6% para 2011 son "incondicionales".
Las previsiones del Gobierno son superiores a las de los analistas. Unas expectativas basadas en un buen comportamiento del sector exterior y del consumo de los hogares. Con todo, de producirse un deterioro en el cuadro macroeconómico, el Gobierno admite que acometerá medidas adicionales de ajuste fiscal.
Campa aseguró que las previsiones del Gobierno se han realizado con "cautela". Confían, por tanto, en que se confirmen los datos del Banco de España, así como sus expectativas de un retroceso del PIB del 0,3% para este año.
Esperan, no obstante, que no se registren tasas intertrimestrales negativas.
El INE publicó ayer los resultados de la inflación en julio, primer mes que recoge los efectos de la subida del IVA. El índice de precios de consumo (IPC), uno de los indicadores que miden la temperatura de la demanda, experimentó una subida de cuatro décimas en tasa interanual, hasta el 1,9%.
Un incremento que el Gobierno achacó, sobre todo, al alza del IVA. La campaña de rebajas de verano, no obstante, contribuyó a amortiguar ese repunte. Según Economía, fue determinante la influencia de la subida fiscal y de los componentes más volátiles del índice, como los productos energéticos. El secretario de Estado, José Manuel Campa, afirmó que el traslado del IVA a los consumidores no es total, sino que se sitúa entre el 45% y el 60%.
Asimismo, Campa dijo que la inflación "se ha normalizado en valores moderadamente positivos" y prevé que la tendencia seguirá en los próximos meses. Si bien, el Ejecutivo no descartó que puedan producirse "subidas marginales", a medida que el consumo se recupere. La inflación subyacente -que excluye los bienes con los precios más inestables, como la energía o los alimentos frescos- aumentó un 0,8% en julio, tras experimentar un crecimiento de cuatro décimas respecto al pasado junio.
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